10 Síntomas de salud que no debes pasar por alto.
Galeno ya decía en el siglo II que el síntoma sigue a la enfermedad como la sombra al cuerpo. Esa señal que nos manda el corazón, el pulmón o el estómago indica que algo no funciona bien. Un simple dolor de cabeza o unos pies hinchados los percibimos como molestias pasajeras en la mayoría de los casos, aunque en ocasiones también pueden ser indicios de graves enfermedades.
No se trata de convertirnos en hipocondriacos y colapsar las urgencias a la primera de cambio, pero tampoco de permanecer impasibles y confiados ante los avisos del organismo.
Sin embargo, también se da el caso contrario: pacientes que no recurren a ningún profesional, aunque los síntomas sean más que evidentes y requieran una opinión especializada.
A continuación indicamos algunos de esos indicios a los que deberíamos estar más atentos, porque el diagnóstico a tiempo de una enfermedad puede ser sinónimo de curación.
Dolor de espalda
La Sociedad Española de Reumatología (SER) lo ha cuantificado: el 80 % de la población sufrirá dolor de espalda en algún momento de la vida.
A menudo se debe a esfuerzos o a una mala postura, pero puede indicar la existencia de una hernia discal. El dolor que produce en el cuello irradia hacia el hombro y el brazo. Es muy típica la sensación de hormigueo y entumecimiento en este último y en la mano. En la ciática o radiculopatía la molestia se ubica en las lumbares y se extiende a lo largo del nervio pinzado hacia los glúteos y la pierna.
Prurito
El picor es un mecanismo de defensa que hace que el paciente se rasque o se frote para aliviarlo, y eliminar así parásitos dañinos u otros cuerpos extraños presentes en la piel.
En la mayoría de los casos no pasa de una simple molestia más o menos intensa, pero pasajera y sin relevancia para la salud. Cuando el prurito se vuelve crónico estamos ante el aviso de una enfermedad; dermatitis, alergias, urticaria e infecciones cutáneas provocan muchas veces picor.
También se manifiestan así algunos trastornos metabólicos – diabetes y problemas de tiroides; dolencias hepáticas, como la cirrosis; la anemia y otros males de la sangre; determinados tipos de cáncer –linfoma, leucemia, plasmocitoma–; así como el trastorno obsesivo compulsivo y las infestaciones parasitarias por lombrices intestinales o piojos.
Uñas blanquecinas
Una proteína rica en azufre, la queratina, forma las uñas que protegen los tejidos de los extremos de los dedos. Si lucen rosadas y traslúcidas, podemos estar tranquilos. Las alteraciones en su coloración indican algún problema dermatológico, y también enfermedades sistémicas –que afectan a varios órganos del cuerpo–, infecciones por hongos, intoxicaciones o secuelas por el consumo de determinados fármacos.
Dolor de cabeza
Unas gafas mal graduadas, grandes esfuerzos físicos o la tensión excesiva de los músculos de la cara provocan a la larga dolor de cabeza. Este síntoma es también un indicio de vista cansada, y una de las señales de afecciones tan comunes como la gripe, el resfriado y la alergia. Además, surge por falta de sueño y si se ha consumido mucho alcohol u otras sustancias tóxicas. Representa una de las molestias más comunes –alrededor del 3 % de la población la sufre a diario– que en ocasiones indica la existencia de enfermedades más importantes: trastornos metabólicos como hipoglucemia, meningitis, encefalitis, apoplejía, dificultades circulatorias, ictus y tumores cerebrales.
Cansancio
Todos, en algún momento, nos hemos sentido débiles o agotados por falta de sueño, un día de trabajo intenso, algún viaje agotador, una situación agobiante o la práctica excesiva de ejercicio. Pero detrás de un cansancio prolongado en ocasiones se esconden graves trastornos, como anemia, apnea del sueño, enfermedades cardiovasculares, cáncer o síndrome de fatiga crónica.
Dolor de mandíbula
El hábito involuntario de apretar o rechinar los dientes, conocido como bruxismo, ocasiona con frecuencia dolor mandibular. Algunas personas lo hacen cuando se sienten estresadas, y otras muchas, sin ser conscientes de ello, mientras duermen.
Este síntoma también puede ser consecuencia de una osteomielitis, una infección que viaja a través del torrente sanguíneo y afecta a los huesos y tejidos circundantes, en este caso, de la mandíbula. Más excepcionalmente aparece entre los síntomas de la angina de pecho, aunque los signos más característicos de esta alarma cardiaca son dolor opresivo en el tórax y molestias intensas en hombros, brazos, cuello y espalda.
Dolor de mandíbula
El hábito involuntario de apretar o rechinar los dientes, conocido como bruxismo, ocasiona con frecuencia dolor mandibular. Algunas personas lo hacen cuando se sienten estresadas, y otras muchas, sin ser conscientes de ello, mientras duermen.
Este síntoma también puede ser consecuencia de una osteomielitis, una infección que viaja a través del torrente sanguíneo y afecta a los huesos y tejidos circundantes, en este caso, de la mandíbula. Más excepcionalmente aparece entre los síntomas de la angina de pecho, aunque los signos más característicos de esta alarma cardiaca son dolor opresivo en el tórax y molestias intensas en hombros, brazos, cuello y espalda.
Extremidades hinchadas
El sedentarismo, la retención de líquidos, una ropa demasiado ajustada o el calor sofocante pueden ser motivo para que los brazos y piernas se hinchen. Sin embargo, si las molestias permanecen y van acompañadas de problemas respiratorios, podríamos encontrarnos ante una insuficiencia cardiaca congestiva. Este síntoma también aparece cuando se ha perdido mucho peso y el organismo empieza a consumir las únicas reservas que le quedan: las proteínas.
Fallos de memoria
¿Dónde he dejado las llaves? ¿A qué día estamos hoy? Si te haces estas preguntas de vez en cuando o las palabras que tienes en la punta de la lengua se resisten a salir, no te preocupes: los especialistas no le dan mayor importancia a estos despistes. Más de la mitad de los mayores de cincuenta años se quejan de lo mismo. Ana Martínez, investigadora en enfermedades neurodegenerativas del CSIC, explica que “la pérdida de memoria vinculada a acontecimientos recientes no tiene por qué hacernos sospechar que padecemos alzhéimer. Para que esa posibilidad fuera verosímil, deberían concurrir otros factores, como una predisposición genética o familiar a sufrirlo, edad avanzada –suele aparecer a partir de los setenta años–, cambios en la personalidad o en las relaciones sociales, desorientación espacio-temporal y problemas para reconocer a los familiares”.
Encías sangrantes
La gingivitis –inflamación y sangrado de las encías– se produce por lo general debido a las bacterias presentes en los restos alimenticios que quedan atrapados entre los dientes. Es una enfermedad muy frecuente, que sufre en algún momento de su vida el 80% de la población, sobre todo jóvenes y adolescentes. Con unas medidas higiénicas básicas termina por curarse sola. Pero si no se trata, la infección y la inflamación se diseminan desde las encías hasta los ligamentos y el hueso que sirven de soporte a las piezas dentales.
Aparece así otra enfermedad conocida como periodontitis, la causa principal de caída de los dientes en los adultos. Además, está confirmado que representa un importante factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
Texto y foto de