De María Estela Martínez a Melania Knavs
Para muchos son simplemente dos nombres, el primero aparecido hace ciertos años cuando el líder populista argentino y varias veces presidente de la Republica, Juan Domingo Perón, la presento como su compañera, al conocerla en los años de exilio en Caracas.
Perón frecuentaba un cabaret en la capital venezolana llamado “Pasapoga” en la Avenida Urdaneta, fue allí donde la conoció y se enamoró de ella.
Vivieron juntos desde entonces, en distintos países: Panamá, Venezuela, República Dominicana y finalmente España, donde se casaron el 15 de noviembre de 1961. Huérfana de padre en 1938, María Estela se distanció de su familia y adoptó el nombre artístico de Isabel, sumándose a una compañía de danzas con la que recorrió Latinoamérica. A fines de 1955 Isabel se convirtió en la tercera y última esposa de Perón.
En 1965 Isabel viajó a la Argentina como delegada personal de Perón, acompañada por José López Rega, para hacer frente al fenómeno del neoperonismo. La misión de Isabel era desbancar al líder metalúrgico Augusto T. Vandor, apodado “El Lobo”, quien desde el gremialismo había adquirido un peso sustancial en la escena política y propiciaba “un peronismo sin Perón”. En las elecciones de Mendoza de 1966, Vandor apoyó a Serú García como candidato del peronismo, mientras que Isabel trajo el mensaje de Perón de adhesión al candidato “leal”, Corvalán Nanclares. Esta división permitió que terminara ganando Jofré (candidato del Partido Demócrata), por escaso margen ante Corvalán Nanclares, mientras que el MPM (la alianza de los partidos neoperonistas Tres banderas -de Serú García- y el Partido Blanco), terminó en cuarto lugar.
Corvalán Nanclares siguió una larga trayectoria en el justicialismo: fue tres veces candidato a gobernador, diputado provincial y presidente de la Cámara de Diputados y se desempeñó como ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y como Ministro de Justicia.
En ese viaje Isabel contactó a figuras de la Resistencia Peronista y propició un ordenamiento incipiente bajo las directivas del general Perón.
En diciembre de 1971 viajó nuevamente a la Argentina, acompañada por López Rega, para apoyar la designación de Héctor Cámpora como nuevo delegado de Perón en el país.
A fines de 1972 acompañó a Perón en su primer retorno al país y participó en algunas actividades políticas.
Perón regresa a Argentina en junio de 1973. Para las elecciones de septiembre de ese mismo año para la presidencia, Isabel es la fórmula de vicepresidente de su esposo, ganan las elecciones, a los pocos meses, luego de sufrir una enfermedad fallece, el 1 de julio de 1974, asume la presidencia la ex bailarina de Cabaret para dejar sentadas populistas de las cuales hizo siempre énfasis en lo que, desde el exilio de Perón, necesitaban los argentinos para continuar en una época donde se podía ya presagiar los hechos que marcarían una dolorosa historia en Argentina. El Golpe de Estado de los Militares.
Su sagacidad, capacidad de convencimiento, su belleza fueron los puntos a favor que le sirvieron para cautivar a un hombre como Perón, quien siempre tuvo poder, asi hubiese estado por muchos años fuera de su país exiliado, lo que la llevo a ser la mujer presidente de la Argentina. Cuando se conocieron Perón tenía 67 años y ella solo 24 años. Diferencias de edades aprovechadas por María Estela Martínez.
Y el segundo nombre, aparecido hace apenas un año, aunque ya era muy conocida entre los magnates y grandes ejecutivos norteamericanos, es el de la ahora quien será a partir del 2017 la primera dama de los Estados Unidos, Melania Knavs.
Poco se conoce de ella, aunque en la prensa amarillista norteamericana se dijo que luego de llegar de su país natal Yugoslavia, a los Estados Unidos, se ganó la vida como dama de compañía, lo que, en países como Colombia, se les llama, “pre-pago”, una manera del trabajo de la prostitución.
La revista CARAS, presento un perfil de ella que comienza diciendo que nació en una humilde aldea yugoslava, el 26 de abril de 1970.
Dice además CARAS, que se graduó en Diseño y Arquitectura, aunque algunos lo desmienten, mientras se presentaba en concursos de belleza hasta que, en 1992, ganó un viaje a Roma.
El articulo agrega, que en Milán cambió la “v” de su apellido por una “u” y le agregó una “s” (Knauss) para que fuera más europeo.
A los 26 se fue a Nueva York y estuvo en las portadas de revistas como Vanity Fair, Vogue y Elle, además de abrir los desfiles más top. En 2000 conoció al millonario Donald Trump que le pidió su número de teléfono, pero Melania no se lo dio. “No estaba dispuesta a convertirme en una más del montón de mujeres que tenía”, explicó. Y su estrategia resultó. Una semana después, cuando ella tenía 28 y él 52 años, se encontraron y no volvieron a separarse. Después de superar una crisis de un año, el 22 enero de 2005, con un traje de novia de cien mil dólares y frente a una torta de cien kilos, sellaron su amor. Fruto de ese amor, en 2006, nació Barron William que se sumó a los otros hijos de Trump, Donald Jr., Ivanka, Eric y Tiffany.
Termina el artículo de CARAS afirmando, que se dice que Melania es tímida, reservada y obsesiva de su físico —diariamente desciende desde su piso en la Trump Tower con pesas en los tobillos y come siete diferentes frutas por día—.
Los estadounidenses la miraban con rescelo y, algunos señalaban: “Será la primera dama menos preparada y justo después de Michelle Obama, una mujer inteligente y elegante”. Y justamente a ella dicen que copia lady Trump. Pero no de la mejor manera. Ya que apenas terminó su primera presentación sobre un escenario republicano estalló el escándalo cuando la acusaron de plagiar un discurso que dio Michelle en una convención demócrata en 2008. Trump no permitió que se destruyera su credibilidad y obligó a un colaborador a asumir el error. Pero más allá de su primer “metida de pata”, Melania apuntó su lente hacia las mujeres y el mundo fashion. Y esa velada lució un vestido blanco con puños anchos de la colección Net-a-Porter de la firma Roksanda que cuesta 1.898 dólares y que a las pocas horas se agotó, en todas sus tallas, en las grandes tiendas.
Melania Knavas es otra de las afamadas que llega gracias a sus buenas dotes de oportunistas a una cumbre que muchas como ella, anhelan.
Texto escrito por Carlos Alberto Lenis Garcia, especial para Radio Diez de Marzo.