Estudios muestran que yoguis tibetanos pueden elevar su temperatura con la mente
Publicación de Pijamasurf.com
En el llamado País de las Nieves, una especie de guarida espiritual en el techo del mundo, se ha amaestrado la técnica del fuego interno o fuego interno psíquico llamada tummó. Esta técnica de generación de calor interno proviene de los mahasiddhas de la tradición indotibetana y es común al kundalini yoga, al tantra hinduista y al budismo vajrayana (que es lo que se practica mayormente en el Tíbet). Aunque algunos creen que esta técnica fue desarrollada para combatir el frío (siguiendo el caso del Iceman Wim Hof, quien ha desarrollado una variación del tummó para mejorar el sistema inmune y soportar fríos extremos), en realidad el tummó poco tiene que ver con esto. Se trata de una técnica, un yoga, para conducir los vientos o energías (g-lungs, prana) al canal central, destruir bloqueos y alcanzar el cuerpo vajra o cuerpo de iluminación en la fase de compleción del Anuttara Tantra. El calor interno, ligado a un estado de gozo, es el sostén del cuerpo pero también de la conciencia: se dice que la mente monta el caballo de los vientos. Al fluir por los canales va arrasando todos los nudos y bloqueos ligados a la ignorancia y a la solidez del ego. Se dice que el canal central es el hogar del Buda Primordial, Kuntuzangpo. La ciencia ha probado la efectividad de esta técnica, al menos en lo que refiere ha elevar la temperatura corporal. Un estudio realizado en 1982, en el que un grupo de científicos viajó al Tíbet con equipo, mostró que los yoguis son capaces de consistentemente efectuar cambios en su cuerpo, incrementando la temperatura en sus dedos del pie y de la mano hasta en 8.3°C. Otro estudio y revisión de la literatura existente, realizado por Kozhevnikov (2013), mostró que no sólo pueden incrementar la temperatura periférica, sino la temperatura de todo el cuerpo integralmente. La termogénesis del tummó hizo que su temperatura se elevara a un estado moderado de fiebre de 38.3°C, reflejando un incremento de respuesta de excitación por activación simpática. En otras palabras, el tummó afecta el sistema nervioso a través de movimientos de respiración, lo que se conoce como candados (mulabhanda, uddiyanbhanda), visualizaciones de gotas, vientos, y luz y otras técnicas (amaestrar el tummó es algo que puede llevar décadas en algunos casos, y es necesario tener cierta juventud, para tener bindhu). Los científicos creen que estas técnicas podrían aplicarse para no meditadores que quieren regular su temperatura y sus respuestas introceptivas. Sin embargo, de hacerlo, no sería tummó, como ocurre con Wim Hof, ya que el tummó existe dentro de un contexto tradicional tántrico y sin la visión de mundo y la intención original de alcanzar la iluminación, la práctica se vuelve un remedo, mera terapia.