La empresa Vallecaucana Evacol gana demanda a la marca Crocs
Tras ocho años de conflicto, la empresa colombiana de calzado Evacol ganó en los estrados una dura batalla que tenía casada con la reconocida marca Crocs por la producción de los zuecos que se han popularizado en todo el territorio nacional.
El gigante del calzado había conseguido en 2019 que la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) le prohibiera a la empresa colombiana fabricar los zapatos de goma, pues definió que el diseño era una marca registrada de Crocs y por ende se estaría cometiendo una violación a la legislación nacional sobre la propiedad de la multinacional.
Sin embargo, tres años después, Evacol logró tumbar la sanción impuesta por la SIC, después de que el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá no encontrara suficientes motivos para mantener la prohibición a la industria nacional.
La controversia comenzó en 2016, cuando Crocs obtuvo el registro de la marca tridimensional en Colombia, dando pie a acciones legales contra Evacol bajo la acusación de una presunta infracción por derechos de propiedad industrial. La Superintendencia de Industria y Comercio inicialmente dictaminó a favor de Crocs en 2019, lo que llevó a Evacol a destruir más de 50.000 zuecos y suspender la venta de estos productos. No obstante, la apelación de Evacol llevó el caso a una segunda instancia, donde se revocó completamente la decisión inicial.
Y es que la decisión de la SIC habría sido injusta, según comentó el gerente de Evacol Colombia, Antonio Wang, pues el trámite para registrar el popular modelo de zuecos habría iniciado hace más de una década, sin que la entidad diera el visto bueno.
“Nosotros solicitamos la patente del sueco y la Superindustria dijo que el modelo no tenía novedad y cuatro años después Crocs solicitó ese modelo de marca tridimensional y lo aprobaron. Eso es lo que me parece injusto”, indicó Wang en diálogo con La W.
Además, el empresario aseguró que la extendida batalla legal no solo representó una carga financiera, con pérdidas que ascienden a más de 500 millones de pesos en material destruido, sino que también implicó un daño reputacional y operacional durante años.
“Para mí más triste es que se dañó nuestro nombre. El mercado empezó a decir que nosotros somos unos copiadores y muchos bancos piensan que nosotros vamos a quebrar, y no prestan fácil plata y no tienen confianza. También muchos clientes se asustaron porque íbamos a quebrar por perder una línea de zapatos”, comentó el gerente en diálogo con Noticiero 90 Minutos.