Las frutas que tienen 52 millones de años
Textos publicados en EL PAÍS de Madrid.
Ignacio Escapa Museo Paleontológico Egidio Feruglio
Hace 52 millones de años ya existían los physalis. Un grupo de investigadores ha encontrado dos de estas frutas fosilizadas en la Patagonia argentina. Su edad las sitúa en el periodo en que América del Sur aún estaba pegada al supercontinente Gondwana. Esto va a obligar a reescribir la historia de las plantas.
En la actualidad hay unas 85 especies del género Physalis. Entre las más conocidas están el tomatillo (no relacionado con el tomate rojo, del género Solanum), el alquequenje o la uvilla. Estos frutos originarios de América, pertenecen a una familia más amplia, las solanáceas. Están emparentados con la patata, el tomate rojo, el pimiento o el tabaco. Su característica exterior más llamativa es que los sépalos del cáliz de la flor siguen creciendo mientras fructifica, acabando por cubrir el fruto.
A pesar de la fragilidad del fruto, de la delicada estructura de estos sépalos, un grupo de investigadores de EE UU y Argentina han encontrado los fósiles más antiguos del género Physalis y uno de los primeros restos de solanáceas que aparecen en el registro fósil. El hallazgo se produjo en el yacimiento de la Laguna del Hunco, en la provincia de Chubut, en la Patagonia argentina. Hoy la zona tiene un clima frío y seco. Pero en tiempos de estas frutas, la región era húmeda y de clima templado.
Hasta ahora se creía que los physalis aparecieron hace menos de 10 millones de años.
Peter Wilf, Penn State
“Estos fósiles son únicos, la delicada cobertura como de papel que recubre los physalis rara vez se conserva como fósil”, dice la botánica de la Universidad de Cornell (EE UU) y coautora del estudio, Mónica Carvalho. A la fruta la han bautizado como Physalis infinemundi, o physalis del fin del mundo, y “muestra que la historia evolutiva de esta familia de plantas es mucho más antigua, en particular en América del Sur, de lo se creía hasta ahora, revelando claves para entender la diversificación de la familia”, añade Carvalho.
Para averiguar la edad de estos frutos, los autores del estudio, publicado en Science, recurrieron a la edad de las rocas de origen volcánico donde quedaron fosilizados. Usando un sistema de datación geológica que se apoya en la desintegración radiactiva del argón, estimaron que los physalis tienen una antigüedad de 52,22 millones de años, lo que los coloca en la parte inicial del periodo Eoceno. En aquel tiempo, América del Sur se estaba separando de la Antártida, África, lo que hoy es India y Australia, resquebrajando lo que era Gondwana.
La datación obliga a reescribir la historia evolutiva de las plantas. En una nota, el profesor de geología de la Universidad Estatal de Pensilvania (EE UU) y coautor del estudio, Peter Wilf, dice: “Analizamos cada detalle de estos fósiles comparándolos con todos las posibles especies emparentadas vivas y no hay duda de que representan los primeros fósiles de physalis del mundo y los primeros fósiles de frutas de la familia de las solanáceas”.
Hasta ahora, se creía que las solanáceas se separaron del gran tronco de las plantas angiospermas, o plantas con flores, hace unos 60-50 millones de años. De aquella rama surgiría el género Physalis, se creía hasta ahora que hace apenas 10 millones de años. Pero estos dos frutos retrasan la divergencia entre las plantas muchos millones de años atrás, lo que obliga a cambiar todo el árbol evolutivo vegetal. Algo que confirma el investigador argentino del CONICET, Rubén Cúneo: “Los hallazgos paleobotánicos en la Patagonia están probablemente destinados a revolucionar algunas visiones tradicionales sobre el origen y evolución del reino vegetal”.