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26 personas tienen tanta riqueza como la mitad de la humanidad, según Oxfam

La desigualdad económica se agudiza en el mundo, de acuerdo con el informe más reciente de la organización no gubernamental Oxfam.

La desigualdad económica se ha vuelto en las últimas décadas uno de los principales temas de discusión pública a propósito del sistema económico en el que viven prácticamente todas las sociedades humanas. En particular luego de los años que siguieron al fracaso del bloque soviético (y el intento de hacer funcionar un Estado, un país y sus habitantes bajo las reglas del comunismo preconizadas por las ideas de Karl Marx y algunos sus intérpretes), el capitalismo se alzó como vencedor único de la contienda, al grado de que ahora más que nunca millones de personas en el mundo son incapaces de concebir una vida fuera de sus reglas.
Sin embargo, como lo atestigua la situación mundial, el capitalismo dista mucho de ser un sistema perfecto, ni en el dominio puramente económico (si es que tal cosa existe) ni en sus derivaciones sociales y culturales. Entre sus muchos efectos que vale la pena cuestionar y acaso incluso compensar de algún modo es justamente la desigualdad que propicia. En la medida en que la propiedad de los medios de producción se concentra en unas pocas manos (uno de los principios elementales del capitalismo) y que el resto se ve orillado por esta situación a vender su fuerza de trabajo, la desigualdad es uno de los resultados necesarios en dicha ecuación.
En años recientes este mecanismo básico del capitalismo se ha trasformado en un grado importante, en parte por consecuencia de la revolución en las telecomunicaciones provocada por Internet. Los cambios traídos por la Web se instalaron con tanta velocidad en nuestra vida que quizá muy pocos de nosotros nos hemos detenido a reflexionar sobre su impacto en dominios como la producción de bienes, el consumo y la generación de riqueza. La “burbuja” digital nos ha permitido expresar nuestra opinión en redes sociales, tomar y publicar selfies o comprar en línea, pero claramente va mucho más allá de esto y para el sistema económico representó una de las expansiones más trascendentes del último siglo, comparable al descubrimiento y explotación de América o al impacto de la Revolución Industrial sobre la economía.
Pero dicha bonanza no ha sido para todo el mundo y quizá ese sea otro signo distintivo. El capitalismo nunca ha sido equitativo, pero es posible que nuestra época sea la más desigual de la historia. De acuerdo con un informe elaborado y publicado por la organización no gubernamental Oxfam, 2018 fue uno de los años en que la desigualdad económica más se agudizó.
De entrada, el dato más impactante de este informe de Oxfam es que tan sólo 26 multimillonarios concentran la misma cantidad de riqueza que 3.8 mil millones de personas, mismas que integran el 50% de la población más pobre del planeta.
Pero no es todo. Apenas en 2017, los multimillonarios del mundo de acuerdo con los criterios de Oxfam eran 43 y en 2016 eran 61, es decir, aun los ricos más ricos aumentan su riqueza, dejando a otros fuera de tan “selecto” club.
En ese sentido, la riqueza de las personas más ricas del mundo aumentó en un 12% en el último año, mientras que aquella de los pobres del mundo disminuyó en un 11%. Dicho de otro modo: los ricos se hacen más ricos y los pobres se hacen más pobres.
Entre las razones específicas de nuestra época que propician esta brecha entre ricos y pobres se encuentra que en general los gobiernos del mundo, sin distinción, colectan más impuestos de la población pobre o de ingresos medios que de la población de ingresos mayores. En el Reino Unido, por ejemplo, el 10% de los habitantes más pobres pagan más impuestos que el 10% de los más ricos (sobre todo por la vía de los impuestos al consumo), y un caso semejante puede encontrarse en países como Francia, Estados Unidos o los de América Latina.
Actualmente la persona más rica del mundo es Jeff Bezos, fundador y propietario de Amazon. Su historia, de hecho, es ejemplo claro del impacto en la generación de riqueza derivado del ingreso de Internet a nuestra vida cotidiana. En tan sólo unos pocos años Bezos se hizo multimillonario, en buena medida gracias a la Web y a partir de los intercambios de información que ésta propició (sin excluir el apoyo gubernamental o político ofrecido a sus maniobras). Hoy en día, la fortuna del magnate se calcula en 112 mil millones de dólares, el equivalente a toda la riqueza de Etiopía, un país de 105 millones de personas.
Entre las medidas sugeridas por Oxfam para cerrar esta brecha de desigualdad se encuentra la recomendación de crear un impuesto de una tasa de 1% sobre la riqueza, sobre el cual ha sido especialmente insistente el economista francés Thomas Piketty, autor del libro El capital en el siglo XXI, uno de los principales estudiosos de la desigualdad generada por el capitalismo contemporáneo y coautor de este informe de Oxfam. Según estimaciones de la organización, dicho impuesto a la riqueza generaría cerca de 418 mil millones de dólares, más que suficientes para proveer educación y salud que prevendrían hasta 3 millones de muertes, especialmente de niños.
Porque, al final, ese posiblemente sea el problema mayor de la desigualdad económica: millones de seres humanos mueren de muertes absurdas todos los días, en todo el mundo, sin la oportunidad de realizar su existencia ni siquiera en un grado mínimo.
¿Es qué es tan difícil poner en práctica un cambio en esta situación?

Textos de piajamsurf.com

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