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Alberto Contador, una carrera llena de obstáculos y alegrías

A pesar de haber ganado el Tour, la Vuelta y el Giro, la carrera del madrileño ha estado plagada de complicaciones y caídas

Publicación y foto de  diario de España

La historia de Alberto Contador se escribe con una sonrisa, pero también tiene lágrimas. A sus triunfos en el Tour, la Vuelta o el Giro hay que sumar varias decepciones en forma de caída y de problemas físicos y con el dopaje que le han alejado de subir a más podios.

Esos problemas empezaron pronto. Apenas dos años después de su paso a profesionales, le diagnostican un problema en el cerebro. Un cavernoma del que es operado poco después y que le deja en el dique seco durante casi todo el año 2004.

A ese renglón torcido se le sumó la Operación Puerto, donde su nombre no aparecía como implicado, pero en la que declaró como testigo. Aún así, la exclusión de su equipo del Tour de Francia le impidió disputar la ronda francesa en 2006.

Fue al año siguiente cuando el ciclista madrileño brilló al fin con luz propia. La descalificación de Rasmussen le dio el liderato a tres días del final del Tour 2007 y, tras una complicada contrarreloj, logró mantener el amarillo y lucirlo en París. Era su primer éxito en la carrera más importante.

Su fichaje por el Astana, también vetado para la edición 2008 del Tour, le impidió defender su título, pero ese año gana el Giro de Italia y la Vuelta a España. Un doblete histórico al que sumó un cuarto puesto en la contrarreloj de los Juegos de Pekín.

Las cosas iban rodadas para Contador, que en 2009 mantuvo su rumbo triunfal y de nuevo ganó en París. Era su segundo Tour y pocos pensaban, visto su dominio, que sería también el último.

En 2010 comienzan otra vez los problemas, aunque tardaron en salir a la luz. Tras ganar la Dauphiné Liberé y la París-Niza, el madrileño se presentaba como favorito para el Tour, donde acabaría siendo primero en París por delante de Andy Schleck. Lo que no sabía entonces, cuando celebraba su tercer Tour, es que en una de las etapas de descanso había dado positivo por clembuterol, lo que terminaría por arrebatarle el triunfo y dejarle fuera de las carreteras durante dos años.

La Vuelta a España se convirtió en su primer objetivo tras volver de la sanción en agosto de 2012. Ahí, con una escapada épica camino de Fuente Dé se alza con el liderato y termina ganando la ronda española entre lágrimas de alegría. Había vuelto el mejor Contador.

Esas buenas sensaciones no se repitieron en 2013 en su regreso al Tour, en el que acaba cuarto muy lejos en la general. Una caída le hizo abandonar al año siguiente, en una constante para el resto de su carrera. Aún así, Contador se recuperó y ganó la Vuelta a España ese año 2014 por delante de Froome en el único cara a cara que el español ha ganado al británico.

Amante de los retos, el pinteño anunció que en 2015 correría Giro y Tour para intentar ganarlos. Cumplió a medias, porque sí se hizo con el triunfo en la ronda italiana, pero acabó otra vez por los suelos en el Tour, sin opciones de luchar por la general.

2016 y 2017 han sido años complicados para Contador por las caídas. Tanto, que aunció su posible retirada a final de 2016, aunque luego se retractó. Aún así, dos caídas más en las dos primeras etapas del Tour merman sus fuerzas y una fiebre le obliga a retirarse en la novena. Esas lesiones le impiden ir a los Juegos y preparar con esmero la Vuelta a España, en la que solo puede ser cuarto.

Tras analizar su posible retirada, decide darse un año más. Su irregular participación en el Tour de Francia -con muchos intentos de escapada y algún desfallecimiento- reabre las dudas sobre su retirada. Un anuncio que el madrileño ha hecho hoy y que se hará efectiva después de la Vuelta, donde tratará de ganar para redondear un palmarés que le sitúa a la estela de Indurain como mejor ciclista español de la historia.

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