Celebra Colombia el día de la Floricultura
Este miércoles 10 de abril se celebra en Colombia el día de la Floricultura, la segunda actividad agrícola mas importante del país.
El sector floricultor colombiano ocupa el segundo puesto en las exportaciones agrícolas no tradicionales del país, después del café. Colombia posee una amplia variedad y especies de flores que le permiten atender a diferentes mercados del mundo, tanto en cantidad como en calidad de los productos. Al enfocarse en Asia Pacífico, este artículo presenta un panorama general del comercio de flores a nivel global, para luego identificar las particularidades, fortalezas y amenazas del sector colombiano y los mecanismos de integración que podrían beneficiar el comercio con los mercados asiáticos. Finalmente se analizará el caso de tres empresas floricultoras, que han construido relaciones de comercio exitosas con Asia.
Introducción Colombia es un país privilegiado por sus recursos naturales, diversidad de sus ecosistemas y geografía, que le han permitido posicionarse como uno de los principales referentes en biodiversidad del mundo. A partir de esta riqueza y considerando la biodiversidad como base de la agricultura, ésta se convierte en una de las actividades más importantes para el desarrollo social y económico del país. A partir de la década de los 90, la economía colombiana ha experimentado grandes transformaciones, al sustituir sus políticas proteccionistas, que privilegiaban la industria interna como eje de su crecimiento, por una economía de apertura enfocada al sector externo y a la inserción global como motor de su desarrollo. Desde entonces, el país se ha empeñado en fortalecer una vocación exportadora en algunos de los renglones de la economía, y en particular, en el sector agrícola. Durante las últimas décadas la floricultura colombiana ha logrado posicionarse en los mercados internacionales. La competitividad del sector ha llevado a producir flores de alta calidad, lo cual ha posicionado al país como el segundo exportador a nivel global.
La posición geográfica, las condiciones climáticas y la luminosidad forman parte de las principales características que debe poseer una región o país para cultivar flores, además de considerar ciertos requerimientos para cumplir con las exigencias del producto en el mercado internacional. Por tanto, es indispensable contar con un adecuado proceso productivo que cumpla con los estándares de calidad internacionales -un ejemplo de ello son los invernaderos, lugar donde se controla la iluminación, la temperatura, el riego y las plagas-. Adicionalmente, se debe tener en cuenta la disponibilidad de suelos y su preparación, utilizando fertilizantes, abonos, semillas, agua, entre otros elementos esenciales para el cultivo. Las flores son altamente dependientes de un manejo adecuado de su cadena de frío, condición que debe cumplir para ser distribuido en el mercado internacional. Este procedimiento, permite alargar la vida útil de la flor, convirtiéndose en la promesa de servicio al cliente. Por esta razón, las flores tradicionales como las rosas, claveles, crisantemos, astromelias y bouquets, en contraste a las flores tropicales, deben mantenerse en cadena de frío desde el corte hasta la entrega del cliente final, de manera constante, sin interrupciones, y con baja humedad, para que se evidencie una óptima calidad del producto . La industria de flores en el mundo es dinámica y ha estado en constante crecimiento en las últimas cuatro décadas. Para los países que dependen de la agricultura, se ha convertido en un sector importante en la economía interna. De esta manera, los principales productores han centrado sus esfuerzos en torno a la innovación tanto en su proceso productivo como en su distribución internacional. En el 2013 el terreno destinado para el cultivo de flores se concentraba principalmente en Asia con un 72% del total de las áreas cultivadas en el mundo; en segundo lugar, América Latina con el 13% y Europa con 9%. Finalmente, América del Norte, África y el Medio Oriente registraban un área cultivada del 2,6%, 2,8% y 0,6% respectivamente.
Los mayores consumidores de flores frescas se encuentran en el continente europeo y asiático, principalmente en Europa Occidental, Rusia y Japón, los cuales junto con Estados Unidos demandan el 75% de las exportaciones mundiales. Cada una de estas economías realiza importaciones por encima de $239 millones de dólares al año.
Europa es abastecida principalmente por Holanda -en más de la mitad del total importado por la región-, sin embargo, en el occidente del continente también se importa de África y Latinoamérica. Adicionalmente, los países de Asia Pacífico como Japón, Singapur y Australia son abastecidos en su mayoría por productores del Sureste Asiático,1 entre los cuales se destacan Malasia y Tailandia. Por su parte, India y China también forman parte de los principales productores de flores en la región, no obstante, la oferta de estas economías está en su mayoría destinada al consumo interno y sólo en algunos casos, abastece a países vecinos . En relación al desempeño de América Latina en el sector, los líderes en producción y cultivo de flores son Colombia y Ecuador, ocupando el segundo y tercer puesto respectivamente a nivel mundial. Particularmente, en Colombia, la exportación de flores es la principal actividad agropecuaria no tradicional del país, después del café.
El sector floricultor colombiano posee ventajas comparativas y competitivas que lo convierten en un importante actor en el mercado global de flores. Factores propios como la ubicación geográfica, la luminosidad, el clima tropical y la topografía en algunas regiones del país son claves en el proceso de producción, pues permiten que el cultivo sea de calidad, diverso en las especies y tamaños y con colores intensos. Estos elementos ayudan a mantener una estabilidad en el proceso productivo a lo largo del año, permitiendo desarrollar ventajas frente a competidores internacionales, que deben hacer uso de invernaderos y sistemas artificiales de producción, los cuales finalmente encarecen el precio del producto. Además de contar con condiciones naturales que favorecen la producción, el sector floricultor colombiano se preocupa por promover prácticas de responsabilidad social y de compromiso con el medio ambiente, con el objetivo de lograr la sostenibilidad productiva. Entidades como la Asociación Colombiana de Exportadores de Flores (Asocolflores), promueven este tipo de prácticas, que fortalecen el sector mediante diferentes programas, entre los que se destacan Florverde, programa que busca formar y certificar a los productores que cumplen con estándares ambientales y de responsabilidad social; y el Centro de Innovación de la Floricultura Colombiana, el cual tiene como finalidad realizar investigaciones que promuevan la competitividad, a través de los avances tecnológicos y la innovación.
Nota escrita con textos tomados de la Revista MUNDO ASIA PACIFICO