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Cómo evitar las intoxicaciones alimentarias en Navidad

Las intoxicaciones alimentarias son frecuentes tanto en invierno como en verano debido a los cambios de temperatura que se producen, lo que afecta negativamente a los alimentos. Además, la manipulación y la conservación inadecuadas son otras de las principales causas. Náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal, fiebre, dolores musculares, cefalea, malestar general, etc., son algunos de los síntomas más característicos.
Ahora que se acercan las fiestas navideñas, que son sinónimo de celebraciones multitudinarias donde, generalmente, consumimos alimentos que presentan más riesgo de contaminación, hay que tener especial cuidado. Desde la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), los especialistas señalan que en Europa se presentan alrededor de 40.000 casos que causan 3.300 hospitalizaciones y provocan el fallecimiento de ceca de 20 personas. “La mayoría de los casos de intoxicaciones alimentarias son en realidad toxiinfecciones alimentarias provocadas por  bacterias,  virus o  parásitos. Estas contaminaciones suelen surgir por manipular, preparar o  conservar  inadecuadamente los alimentos que, precisamente, ahora consumimos en mayor cantidad”, advierten los especialistas.
Recomendaciones para evitar las intoxicaciones
Una experiencia de este tipo puede ocurrir dentro y fuera de casa. Pero se puede prevenir. Solo hay que tener mucha precaución y seguir una serie de pautas. Para disfrutar de estas fiestas la SEEN aconseja:
Mantener la higiene a la hora de cocinar
Además de lavarse las manos con agua caliente y jabón antes y después de preparar alimentos, es importante disponer de un espacio limpio y libre de posibles contaminaciones.
“El congelador y frigorífico deben estar limpios, y los alimentos que no necesitan estar refrigerados se pueden almacenar en un lugar seco y fresco, que tenga una buena ventilación, y siempre alejados de la luz solar o de fuentes de calor”, señalan los expertos. Los productos de limpieza siempre tienen que estar alejados de los alimentos, así como los trapos y bayetas hay que lavarlos después de cada uso o ser desechables.
Preparar la cantidad justa de comida
“Es mejor no cocinar grandes cantidades de comida, excepto que vaya a congelarse para evitar las sobras, que no debemos mantenerlas más de 48 o 72 horas en el frigorífico, ni tampoco recalentarlas más de una vez”, explican los especialistas.
Limitar el consumo de mariscos y pescados
También habría que reducir la ingesta de alimentos de alto riesgo como carnes, huevos, productos lácteos (preferiblemente pasteurizados), ensaladas, salsas, cremas, natas, etc. cuando su consumo no se produce de forma inmediata.
Preparar los alimentos en el momento
Si lo hacemos con bastante antelación nos arriesgamos a no conservarlos después de forma correcta y a sobrepasar el tiempo adecuado para prevenir el riesgo de la proliferación de microorganismos.
Evitar la contaminación cruzada
En estas fechas elaboramos platos muy variados, lo que conlleva muchas veces el uso de utensilios que se pueden utilizar indistintamente para cortar productos crudos o cocinados, carnes y pescados a la vez, etc.
Mantener los alimentos a temperaturas seguras
La zona de peligro va desde los cuatro hasta los 65 grados centígrados: en esta banda los microorganismos se multiplican con gran rapidez. Por debajo de los cuatro grados los microorganismos no se multiplican, pero están vivos.
“Si sacamos del refrigerador un alimento, a medida que aumente la temperatura se incrementará el número de gérmenes que contiene. Por encima de 65 grados podríamos considerar que ya los hemos matado a todos. También es importante descongelar los alimentos en el refrigerador o en algún lugar fresco”, afirman los expertos.
Congelar el pescado a -20 grados centígrados durante, al menos, 72 horas
“Se recomienda, además, la ultra congelación. Así se evita que los microorganismos se desarrollen, por lo que se mantiene en perfecto estado de conservación y se impide su deterioro, así como el riesgo de persistencia del parásito anisakis”, aconsejan desde la SEEN.
Cocinar los alimentos a más de 65ºC como mínimo durante 2 minutos
La función higienizadora de la cocción se debe a que son muchos los microorganismos patógenos que no soportan temperaturas superiores a los 60 – 65 grados centígrados. “A estos grados, a los que se llega con la mayoría de métodos de cocción, las bacterias empiezan a degradarse y lo hacen más, a medida que se mantiene la temperatura con el tiempo o si se aumenta”, inciden los expertos.
Lavar bien la fruta y la verdura
Se deben lavar muy bien antes de pelarlas, cortarlas, comerlas o cocinarlas. El lavado reduce las bacterias que pueden estar presentes en los productos frescos, es la mejor manera de reducir los riesgos de enfermedades transmitidas por estos alimentos.
Cuidado con las conservas
No coger aquellas latas que tengan golpes o estén abombadas o presenten zonas oxidadas, y desechar por completo las que al abrirlas, desprendan gas.

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