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Crisis en la radio colombiana

Por: Graciela Torres La Negra Candela en Kien&Ke

El comienzo del fin de las grandes cadenas radiales. Radiografía de la radio colombiana

La otrora estable y bien fundamentada radio colombiana, modelo a nivel mundial por lo bien estructurada y éxitosa anda en crisis, desde hace unos meses por problemas de contenidos de poco impacto entre la nuevas generaciones, de acuerdo con lo sabios de las encuestas y los analistas especializados, comenzó a sentirse.  No es nueva.  ¡De acuerdo! Los jóvenes poco se interesan por el acontecer del país. La mayoría, quiere escuchar música de su gusto y nada más.  Pero el auge de la tecnología les da herramientas digitales, diferentes a las ondas hertzianas que según algunos se quedaron en la radio de los sesetas y setentas.  Poca renovación en propuestas .  Cambia la forma pero no el fondo. Como dicen ellos mismos, renuevan los payasos pero nada más.

Comenzando el 2017, el tsunami comenzó a cobrar víctimas.  Se oficializó la venta de la Frecuencia 890 AM., de la Cadena Todelar de Colombia fue vendida al Pastor Cañas, para incrementar sus ganancias en el negocio de la Fé.  Ya le habían cedido la frecuencia de Radio Unica hace un par de años.  Se comenta en el medio radial que otra de la misma empresa correrá la misma suerte, Radio Cordillera.   Por los lados de RCN las cosas no son mejores: En el 2016, reajustaron los sueldos grandes a las cabezas de los programas a quienes les disminuyeron en la gran mayoría en un cincuenta por ciento con la lapidaria frase: “Si le gusta bien o, sino mire a ver qué hace”.  Por eso muchos de ellos andaban con cara de aburridos y buscando otras opciones, pero difícil porque en la competencia la situación no es mejor.

A Caracol Radio, supuestamente la más poderosa y estable a nivel económico, también llegó la guadaña.  Van veinticinco despedidos, entre ellos figuras de trayectoria y reconocimiento radial como Fernando Palma, entre otros a quienes arreglaron porque su indemnización valía un dineral.

Deben cumplir una cuota de ochenta y cinco despidos para equilibrar la nómina de la empresa, de lo contrario seguirán en rojo.  El grupo “Ambar”, con manifiesto interés en adquirir este activo del Grupo Prisa, espera recibir la empresa saneada para concluir la operación. No es un hecho desde luego, apenas son negociaciones.

Pero lo último conocido sobre las finanzas de Caracol tienen alarmados a algunos de los damnificados.  Es la decisión de devolverles las frecuencias adjudicadas a ellos por el Ministerio de Comunicaciones en su momento a poderosos periodistas en sus respectivas ciudades.  Supuestamente son las menos rentables en ciudades intermedias y nada más.  Le devolverán a Dario Arizmendi la que él tiene alquilada a la Cadena porque se sabe que a Paula Laserna si le devolverán la de Ibagué y por ahí comienza la lista.  De hecho desde el año anterior se conoció la misma intención con la frecuencia de la emblemática Radio Santafé en Bogotá hoy Q’Hubo radio lo cual no molesta para nada a las hermanas Lulu y Blanca Bernal, dueñas de esa emisora.

Por los lados de La “W” también hay movimientos destinados a ganar sintonía y aumentar los ingresos.  La vinculación de Vicky Dávila en el horario de las 12 a las 3 de la tarde lo dice claramente.  Implementación de deportes entre las 3 y las 5 de la tarde enfrentando una hora con “En la jugada” y “El tren de la tarde” de RCN, también mandan un mensaje subliminal del estado actual de la radio colombiana que anda colgada del techo ante los sorprendentes cambios preferenciales en el gusto de los oyentes nacionales.  Continuarán los ajustes.  Como van las cosas estamos en el comienzo del fin de las grandes cadenas radiales.

 

 

 

 

 

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