La cazadora de pedófilos que se convirtió en presa de su propia trampa
Kellie Howarth solía hacerse pasar por una niña en internet para dar caza a pedófilos, pero acabó por ser víctima de su propio engaño.
Fue atacada por trolls en internet que la denunciaron falsamente de haber abusado de menores. ¿Habrá sido uno de los pedófilos que ella misma ayudó a atrapar buscando venganza?
Hace unos meses, cuando esta madre británica de 42 años se preparaba para pasar un día en el parque con sus hijas pequeñas, la policía llamó a la puerta. Entró en pánico. Preguntó a los oficiales si le había ocurrido algo a su hijo mayor, que ya no vivía en la casa familiar.
No, dijeron. Necesitamos hablar con usted. Envió a su hija de 12 años al piso de arriba y le dio algunos juguetes para jugase con su otra hija de cuatro años. Sentada, escuchó cómo el agente le decía que se habían hecho algunas denuncias “desagradables” sobre su persona.
Alguien había enviado un correo electrónico a la comisaría de policía de Northumbria (Inglaterra) en el que se afirmaba que Howarth abusaba sexualmente de niños. El correo electrónico decía que “con frecuencia” esta mujer producía “vídeos caseros” donde se mostraban abusos sexuales a un menor y que después los “publicaba en internet para usos de los pedófilos”. “Me quedé atónita”, dijo esta madre del norte de Inglaterra. “Me destrozó. Fue horrible. Incluso lloré”.
El cazador cazado
Fue un golpe para ella, pero sabía exactamente lo que tenía que hacer para demostrarle al oficial que las acusaciones eran falsas.
Sacó su teléfono y le mostró la colección de mensajes de acoso que había recibido durante un año a través de redes sociales.
El correo electrónico fue la última artimaña de una campaña incesante de trolls que empezó cuando la echaron del grupo ciudadano de caza de pedófilos The Hunted One (El cazado). “Ha sido una auténtica pesadilla”. Intentó ocultarle lo que le estaba pasando a su familia, pero al final se volvió demasiado grande. “Un día el acoso por Twitter fue tal que golpeé el piso de la cocina y rompí a llorar”, dijo.
Fue entonces cuando se lo contó a su esposo, aunque sus hijos más pequeños todavía no saben nada de lo ocurrido.
Atrapar a pedófilos
The Hunted One asegura que ha proporcionado pruebas a la policía que resultaron en la condena de 30 abusadores sexuales.
Howarth se había ofrecido a trabajar de forma voluntaria en este grupo ciudadano después de haber hecho algo similar con otra asociación más pequeña llamada Guardians of the North (Guardianes del Norte).
Su papel en The Hunted One era hacerse pasar por chicas jóvenes a través de perfiles falsos de Facebook, a modo de señuelo.
Aceptaba solicitudes de amistad de hombres mayores que pronto empezaban a revelar sus intenciones. Cuando ya había conseguido acumular pruebas suficientes contra los sospechosos, pasaba esos mensajes a la policía o participaba en trampas, donde engañaba al sospechoso para hacerle acudir a un encuentro donde después, en lugar de verse con la menor que aparecía en internet debía enfrentarse a los miembros del grupo ciudadano.
Muchas veces estos momentos eran grabados en video y después subidos a internet. “En ese momento creí que lo que estaba haciendo estaba bien”, asegura Howarth. Pero después de cinco meses de unirse a The Hunted One, las identidades reales de sus miembrosse dieron a conocer en un blog. El blogger anónimo se quejó de que eran “peligrosos” y “que estaban fuera de control”. En ese mismo blog también aparecían varias páginas pro-pedofilia, incluida una donde se solicitaba la abolición del registro de delincuentes sexuales y un artículo en el que se solicitaba la legalización de imágenes indecentes de niños. Esto ha llevado a esta madre de 42 años a a sospechar que al menos algunos de quienes la atormentaban a través de las redes sociales eran pedófilos descontentos, sobre todo porque los ataques comenzaron poco después de que su identidad real se dio a conocer.
“Definitivamente hay pedófilos detrás de esto”, asegura. “No quieren que cazadores de pedófilos como yo seamos operativos”.
“Por eso me preocupa que si me encuentran, tomen fotos de mis hijos”.
Cuando ya había conseguido acumular pruebas suficientes contra los sospechosos, pasaba esos mensajes a la policía o participaba en trampas, donde engañaba al sospechoso para hacerle acudir a un encuentro donde después, en lugar de verse con la menor que aparecía en internet debía enfrentarse a los miembros del grupo ciudadano. Muchas veces estos momentos eran grabados en video y después subidos a internet.
“En ese momento creí que lo que estaba haciendo estaba bien”, asegura Howarth. Pero después de cinco meses de unirse a The Hunted One, las identidades reales de sus miembrosse dieron a conocer en un blog. El blogger anónimo se quejó de que eran “peligrosos” y “que estaban fuera de control”. En ese mismo blog también aparecían varias páginas pro-pedofilia, incluida una donde se solicitaba la abolición del registro de delincuentes sexuales y un artículo en el que se solicitaba la legalización de imágenes indecentes de niños. Esto ha llevado a esta madre de 42 años a a sospechar que al menos algunos de quienes la atormentaban a través de las redes sociales eran pedófilos descontentos, sobre todo porque los ataques comenzaron poco después de que su identidad real se dio a conocer. “Definitivamente hay pedófilos detrás de esto”, asegura. “No quieren que cazadores de pedófilos como yo seamos operativos”. “Por eso me preocupa que si me encuentran, tomen fotos de mis hijos”.
Textos y foto de Mundo