Dinamarca, el segundo país más feliz del mundo, y donde se toman millones de antidepresivos
Una nación con datos curiosos y sorprendentes.
Dinamarca y sus dos territorios autónomos, las islas Feroe y Groenlandia, votan este miércoles en unas legislativas que, salvo sorpresa, pondrán fin a cuatro años de gobierno conservador y devolverán al poder a los socialdemócratas de Mette Frederiksen.
He aquí cinco cosas que hay que saber sobre Dinamarca, donde la campaña de los comicios del 5 de junio estuvo centrada en el clima, la defensa del estado del bienestar y la inmigración.
En este pequeño país, que es un buen alumno en la lucha contra el calentamiento global pero que tiene una de las mayores producciones porcinas del mundo, con la contaminación que ello conlleva, el 57% de los votantes cree que el próximo gobierno debe dar prioridad al clima, según una encuesta de Gallup publicada en febrero. Son el 69% entre los 18-35 años de edad.
En Dinamarca, el 34,9% de la energía utilizada procede de fuentes renovables, frente a una media del 10,2% en los países de la OCDE.
En Groenlandia, los efectos del calentamiento global son obvios. En esta gigantesca isla ártica, cuatro veces más grande que Francia, el derretimiento del hielo, que provoca el aumento del nivel del mar, se cuadruplicó entre 2003 y 2013.
Dinamarca enviará a una isla deshabitada a los delincuentes extranjeros
Dinamarca tiene una población de 5,6 millones de habitantes, el 9,9% de los cuales han nacido en el extranjero. Entre 2010 y 2015, el número de solicitudes de asilo se cuadruplicó a 21.316.
En respuesta, el país restableció los controles en sus fronteras, que la derecha ahora quiere mantener de forma permanente, y endureció sus ya estrictas condiciones de acogida, sin dudar en rechazar a los refugiados que le corresponden según las cuotas europeas y en expedir únicamente permisos de residencia temporales.
En el primer trimestre de 2019, 620 personas presentaron una demanda de asilo, la cifra más baja desde 2008.
El gobierno de derecha saliente, apoyado por el principal partido nacionalista del país, el Partido Popular (DF) danés, presume de haber logrado adoptar 114 enmiendas limitando la inmigración. Altamente simbólica, entre ellas estaba la confiscación de bienes de los inmigrantes que llegan al país, para cubrir sus gastos por alimentación y alojamiento, que se usó diez veces.
Además del DF, otras dos formaciones de ultraderecha concurren en las legislativas y podrían lograr representación en el Parlamento.
El discurso anti-inmigrante se ha contagiado a toda la clase política, y los socialdemócratas han prometido mantener el rumbo.
Según el Eurobarómetro, el 30% de los daneses mencionan la inmigración como su principal preocupación, nueve puntos por encima de la media europea.
Dinamarca cuenta con un modelo social eficiente, financiado por altos impuestos, que ofrece a todos una red de seguridad contra el desempleo o las enfermedades.
La deshabitada isla de Lindholm donde Dinamarca enviará a los delincuentes extranjeros.
El acceso a la educación y a la atención sanitaria es gratuito y la semana laboral no supera las 37 horas.
La defensa de la libertad de expresión es una piedra angular de la sociedad danesa, moderna y progresista.
La homosexualidad fue despenalizada en 1933. El reino es también el primer país del mundo que autorizó los enlaces de homosexuales con la creación de una unión en 1989.
Extraído de EL CLARÍN