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Drogas, dólares y dentaduras olvidadas en hoteles de Punta del Este, Uruguay

hoteles Punta del Este

Publicación de EL PAÍS de Montevideo.

Aunque la lista de objetos perdidos en un hotel es interminable, lo más frecuente son los cargadores de los celulares, que suelen quedar conectados en los enchufes de las habitaciones. Tampoco faltan las prendas de vestir como ropa interior, shorts de baño, bikinis, pijamas, remeras, gorros y calzados que quedan en los cajones o en los roperos, y también espumas de afeitar, cepillos dentales, peines o medicamentos.

Incluso en muchos hoteles se ha encontrado alguna vez una dentadura postiza y tampoco es extraño descubrir juguetes sexuales, sobre todo vibradores. En esa línea, según contaron desde el Hotel Conrad , “una vez, una famosa dejó olvidado un objeto sexual que fue reclamado por su asistente personal, pero finalmente nunca lo fueron a retirar, por lo que pasado un determinado plazo se descartó”.

También en ese lujoso hotel los huéspedes se han olvidado de maletas completas y se dan cuenta recién al llegar al aeropuerto. En ese caso se les envía el equipaje por remise, al igual que sucede cuando dejan en la habitación los pasaportes.

Pero más allá de los clásicos, también hay lugar para los objetos extraños. En el Awa Hotel de Punta del Este se han encontrado desde dientes postizos y drogas (como cocaína en frasquitos, marihuana y un desmorrugador), hasta una pierna ortopédica que había quedado detrás de la puerta del baño.

“Fue un caso muy especial, era un muchacho que estaba muy pasado de rosca, que se lo llevaron de apuro, y quedó la pierna en la habitación”, contó el gerente del establecimiento.

Asimismo en la caja fuerte de una de las suites, un huésped brasileño llegó a olvidarse de un sobre con 30 mil dólares en su interior. La mucama lo encontró e inmediatamente el hotel contactó a la persona y lograron devolvérselo.

En el caso del Casino Enjoy de Punta del Este, de acuerdo a los relatos del personal del lugar, algunos turistas “llegan con bastón y cuando se van se los olvidan”; otros dejan las llaves de sus autos o de sus casas “y pasan a reclamarlos unos días después”, cuentan.

Reclamos.

Los objetos dejados por los huéspedes suelen acumularse en los depósitos que los hoteles tienen especialmente para esos casos. Algunos permanecen allí por años o meses, aguardando que algún día su propietario lo reclame. Otros —los de gran valor— son reclamados enseguida.

Por lo general cuando el huésped está haciendo el check out, el personal de limpieza hace una revisión primaria de la habitación sobre todo las cosas del lugar: si consumió algo del frigobar o no o si se llevaron las toallas o las sábanas. Por eso, generalmente se descubren las cosas olvidadas cuando se va a hacer la habitación a fondo. Una vez que se encuentra el objeto olvidado, si en ese momento la persona está en recepción, se le avisa. En caso de que se haya ido, si son cosas importantes o de valor, se intenta contactar a la persona tanto por vía telefónica como por correo, y en caso de requerirlo, se le envía el objeto.

“Justo hace unos días nos pasó que se alojó una persona que trabaja de seguridad para la embajada de Estados Unidos y se olvidó de las escarapelas y un audífono. En ese caso enseguida se llamó a la embajada y desde ahí le avisaron”, contó el gerente del Awa Hotel.

En tanto, si el objeto es de poco valor, como un cargador de teléfono, y el huésped ya se fue, se guarda —debidamente rotulado con el día, la hora, el número de habitación, el nombre del huésped y la persona que lo encontró— y se espera a que lo reclamen. Algunas personas, sobre todo los extranjeros, prefieren comprarse de nuevo el objeto perdido ya que cuesta menos que el envío. Aunque siempre hay excepciones, uno de los funcionarios del Hotel Ajax de Punta del Este contó a El País que una familia que había venido a vacacionar al balneario dejó olvidado un koala de peluche. “Lo reclamó y pidió que se lo mandáramos a Suiza. Tuvo que pagar por el envío por lo menos 50 dólares”, contó el hombre y agregó que una situación similar sucedió con un brasileño. “Se olvidó de unos zapatos y pidió que se los enviáramos”.

Memorias.

La lista de objetos perdidos por lo huéspedes en los hoteles es extensa. Están los clásicos olvidos como los cargadores de celulares, ropa, gorros, un libro o un par de calzados. Pero también el servicio de limpieza de los hoteles se ha topado con la presencia de varios objetos extraños como una pierna ortopédica, droga en recipientes, juguetes sexuales, dentaduras postizas o un monto desorbitante de dinero que queda guardado en la caja fuerte. Generalmente los hoteles mantienen los objetos en los depósitos por un año, 6 o 3 meses.

ANECDOTARIO.

Se guardan los objetos entre tres y doce meses.

El tiempo por el cual se guardan los objetos varía dependiendo de las normas del hotel. Algunos esperan un año, otros 6 meses y para unos cuantos el límite son 90 días. Una vez transcurrido ese plazo, algunos hoteles deciden donar los objetos perdidos —sobre todo la ropa —a distintas organizaciones de la zona como pueden ser instituciones educativas, organizaciones sin fines de lucro u hospitales. Otros los tiran o se los dan a la persona que los encontró, y varios hoteles deciden —al final de la temporada de verano— sortear los objetos entre el personal.

Muchos hoteles deciden no llamar por teléfono a los huéspedes una vez que encuentran un objeto perdido, debido a algunas malas experiencias que han tenido. En una ocasión, según el relato de una funcionaria de un hotel, llamaron a un huésped que se había olvidado un objeto en la habitación para preguntarle si lo quería y a qué dirección se lo enviaba. Atendió su esposa y al escuchar el relato de la funcionaria, la mujer se mostró sorprendida e indicó que nunca había estado en ese hotel. “Creo que no hace falta explicar más. Allí fue cuando decidimos no llamar a nadie, y que fuera el cliente quien reclamara lo que había olvidado si lo quería”, contó la funcionaria

Tesoros que se llevan los huéspedes de hoteles.

Según relataron a El País varios encargados de hoteles, la gran mayoría de los huéspedes suele llevarse algún objeto como recuerdo de sus vacaciones. En algunos casos preguntan si se lo pueden regalar y en otros casos directamente se lo llevan sin consultar. Los menos son los que preguntan si alguno de esos objetos están a la venta. Las batas y toallas con los logos correspondientes encabezan el ranking de los hurtos, así como también los jabones y los frascos de shampoo y acondicionador que se hallan en los baños. También están los que piden que le regalen adornos de los hoteles.

“Hemos regalado muchísimas lámparas, hemos regalado alfombras y las tazas del desayuno. Los que más piden son los brasileños, y en menor medida los europeos”, contaron a El País.

Otros tesoros que se llevan los huéspedes son las lapiceras con el logo del hotel.

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