El cáncer de colon constituye el cáncer más frecuente
El cáncer de colon constituye el cáncer más frecuente, si se cuenta conjuntamente en hombres y mujeres. Se ha producido una disminución paulatina en el predominio de frecuencia que se daba en varones y actualmente es prácticamente equivalente en ambos sexos.
Según datos de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), en 2020, la incidencia estimada solamente en España se situó en más de 44.000 nuevos casos, un 9,2% del total de los cánceres diagnosticados. Es el segundo tumor más frecuente en varones después de próstata y el segundo en mujeres después de mama.
Según datos de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), afectará a 1 de cada 20 hombres y a 1 de cada 30 mujeres antes de cumplir los 74 años.
¿Cuáles son las causas?
Las causas del cáncer de colon son múltiples, lo que hace que se considere una enfermedad multifactorial en la que intervienen dos tipos de factores:
Factores ambientales:
Consumo de alcohol y tabaco.
Una dieta rica en grasas y carnes rojas y pobre en frutas, verduras y fibra.
La obesidad y alta ingesta calórica: son antecedentes frecuentes en personas que sufren esta enfermedad.
Factores genéticos: el cáncer colorrectal aparece de forma familiar en uno de cada tres pacientes y solo está clara la asociación genética en una minoría de los casos. Estos familiares pueden haber presentado a su vez cáncer de colon o de otros órganos, como mama o páncreas, o tener enfermedades que predisponen a la aparición de pólipos en este órgano.
¿Existen factores de riesgo?
El cáncer de colon presenta como factores de riesgo los siguientes aspectos:
La edad: la presencia de esta enfermedades poco habitual antes de los 40 años, empieza a aumentar a partir de esa edad y se hace máxima a los 75 años. No obstante, existen formas familiares de cáncer de colon que representan uno de cada tres o cuatro casos, aproximadamente, y que pueden aparecer en edades más precoces.
Los antecedentes de pólipos múltiples en el colon (poliposis familiar),cáncer de colon e incluso de otros cánceres como mama o genitourinarios:son circunstancias que deben tenerse en cuenta para aumentar la vigilancia.
¿Qué síntomas pueden alertarnos de un cáncer de colon?
Podemos fijarnos en varios síntomas iniciales que indican un cambio en la pared del colon.
Cambio de ritmo de las deposiciones: presentar diarrea o estreñimiento no habituales.
Cambio de calibre de las heces: heces en forma de cinta, por ejemplo.
Otros síntomas frecuentes en el cáncer de colon son:
Anemia crónica por pérdida de sangre oculta en heces.
Pérdida de sangre más ostensible: más en el caso del cáncer de localización colorrectal. Esta sangre visible puede ser oscura o roja.
Sensación de no haber terminado la deposición.
Molestias abdominales más inespecíficas.
Cansancio significativo y pérdida de peso: suelen darse en fases más avanzadas de la enfermedad.
¿Cómo se diagnostica esta enfermedad?
El diagnóstico precoz del cáncer de colon es muy importante, ya que si se detecta en las primeras fases, cuando todavía no presenta síntomas, hay más probabilidades de superar un tipo de tumor en el que las tasas de curación son altas. De hecho, según la Asociación Española contra el Cáncer, cerca del 90% de los cánceres de colon podrían ser curados si se detectasen a tiempo.
De hecho, según estima la AECC, la supervivencia a esta enfermedad a los 5 años de ser detectada precozmente se sitúa en el 64% de los pacientes, un dato superior a la media de los países europeos, que es de un 57%.
El diagnóstico se basa en la combinación habitualmente ordenada de una serie de pruebas que permitan finalmente la toma de muestras y su estudio anatomopatológico:
Test de sangre oculta en las heces: sirve para averiguar si hay sangre en las heces y que no se ve a simple vista. Si sale positivo, es signo de que puede existir algún sangrado en el tubo digestivo, por lo que hay que continuar haciendo más exploraciones.
Exploración física: de ella cabe destacar la utilidad del tacto rectal, que el médico realizará para descartar la presencia de anomalías físicas, bultos o dolor en el recto, si bien otras zonas del colon serán difícilmente accesibles.
Enema de bario con doble contraste: es un tipo de radiografía, centrada en el colon y el recto, que se toma después de que al paciente se le haya aplicado un enema con una sustancia que permite delimitar la forma de la pared interna del colon.
Colonoscopia: ante sospecha clínica o de cribado por sangre oculta en heces, o bien como parte de la vigilancia indicada por los antecedentes, sirve para observar el interior del tubo digestivo a través de un tubo que se introduce por el recto y tomar muestras del tejido o de las lesiones sospechosas (biopsia) para luego analizarlas. Constituye la prueba más definitiva y siempre que esté disponible, disminuye la realización de estudios radiográficos que pueden resultar no concluyentes u obligar posteriormente a la realización de esta prueba.