El mago blanco que ha conquistado el fútbol africano
El técnico galo, único que ha ganado la Copa de África con dos países, logra llevar a Marrucos al Mundial después de 20 años de espera
Hervé Renard no tuvo una brillante carrera como futbolista ni destacó cuando le concedieron oportunidades para sentarse en banquillos de clubes, pero el técnico francés (Aix-les-Bains, 30-9-1968) ha conquistado el continente africano como seleccionador. Su constancia en el trabajo y su especial conexión con los jugadores son los únicos secretos de un «mago blanco» que ya ha triunfado en tres países diferentes. Tras sus éxitos con Zambia y Costa de Marfil, a las que convirtió en campeonas en la Copa de África, daba este fin de semana a Marruecos la alegría que llevaba esperando desde hace veinte años al conseguir clasificarse a su selección para el Mundial de 2018.
La vida de Hervé Renard comenzó a cambiar hace quince años cuando recibió una inesperada llamada de su compatriota Claude le Roy. El que terminó convirtiéndose en su maestro dirigía entonces un equipo en China y necesitaba un ayudante en el banquillo, una propuesta que no dudó en aceptar. Inseparables durante años, en 2007 les llegó la oportunidad de mudarse para trabajar en África dirigiendo los destinos de la selección de Ghana. Solo un año después, sus caminos se separaron porque Renard recibió una oferta para dirigir a Zambia, su primera experiencia como seleccionador. «Los maestros están hechos para ser superados», fue el mensaje de despedida de Claude le Roy.
Éxitos encadenados
El mentor de Hervé Renard no se equivocó con aquellas palabras en el momento del abrazo del adiós. Tras una breve etapa en Angola, el técnico regresó al banquillo de Zambia y en 2012 dio a este país la primera Copa de África de su historia. Aquel éxito no fue fruto de la casualidad y tres años más tarde amplió su palmarés con la selección de Costa de Marfil, convirtiéndose en el primer, y hasta el momento único, entrenador que se ha coronado rey de África con dos naciones distintas.
El pasado fin de semana, con un triunfo y precisamente ante Costa de Marfil (0-2), Renard volvió a sacar a la calle a la afición de un tercer país. Con esa victoria, Marruecos aseguró su clasificación para Rusia 2018 y su bandera volverá a figurar en los mástiles de un Mundial después de veinte años de espera. Un hito celebrado por todo lo alto en las calles de muchas ciudades. Valiente sobre el césped, el técnico demostró su arrojo en rueda de prensa. «No queremos evitar a nadie. Personalmente, me gustaría enfrentarme a Francia. Sería para mí un gran honor poder estar en el mismo grupo que ellos», afirmó el seleccionador, que, sin haber cumplido aún los 50 y con una imponente cabellera rubia, se ha convertido en un referente en el fútbol africano.
La Federación marroquí se encomendó a Hervé Renard en 2016 después de destituir como seleccionador a Zaki Badou, aquel ágil guardameta que triunfo en el Mallorca a finales de la década de los 80 y principios de los 90. El técnico ha vuelto a exhibir en Marruecos su fuerte carisma y el liderazgo que siempre le han acompañado, cualidades que le han ayudado en la transformación de un combinado tradicionalmente anárquico en el apartado táctico. Un vicio que ha conseguido pulir porque ha logrado instaurar la disciplina, especialmente en defensa, y sus jugadores llegarán al Mundial de 2018 sin haber recibido ni un solo gol en la fase de clasificación.
Marruecos será junto a Túnez, Nigeria, Senegal y Egipto las cinco selecciones que representarán a África en la Copa del Mundo del próximo verano.
Textos y foto de Diario Español