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El mirlo, el ave que canta como ninguna

Radio Diez de Marzo comparte:

En este momento se considera que, a nivel mundial, hay unas 9.000 especies de aves, de las cuales, aproximadamente, 4.300 pertenecen al grupo de los llamados pájaros cantores o canoros. No todos los pájaros que pertenecen a ese grupo ‘cantan melodías’ ya que hay algunos, por ejemplo, los córvidos, que se limitan a expresar sonidos carentes de la musicalidad.

La diferencia entre el canto y el reclamo es, de alguna forma, arbitraria y se tiende a considerar que el canto es más largo y complejo, y que está asociado al apareamiento y al cortejo, mientras que los reclamos tiene una función diferente, como puede ser una señal de alarma ante un peligro o un sonido para mantener cohesionado al grupo.

La variedad de cantos que podemos encontrar en el reino animal es enorme, desde notas monótonas e interminables como las que ejecuta la Buscarla pintoja, hasta otras enormemente complejas y cargadas de musicalidad. En este segundo grupo nos encontramos al zorzal común, a la curruca capirotada, al ruiseñor común y al mirlo común.

Los investigadores que se han acercado al complejo campo de la vocalización de las aves sugieren que la producción de una canción es muy compleja y se basa en la capacidad que tiene su cerebro para dirigir los cambios y combinaciones de la musculatura. De forma que las aves tienen que contraer varios músculos para cambiar de tono.

La mayoría de los cantos son ejecutados por los machos y lo hacen desde sitios de percheo, si bien algunas especies son capaces de realizarlos en vuelo. Lo consiguen gracias a una estructura ósea que se encuentra en el extremo inferior de la tráquea y que se denomina siringe –del griego surinx, flauta de Pan–. A diferencia de lo que sucede con nuestra laringe, la siringe de las aves carece de cuerdas vocales y los sonidos se produce por las vibraciones del aire al atravesarla.

Dado que la siringe se ubica en el lugar anatómico en el que la tráquea se bifurca para formas los bronquios hay pájaros cantores que pueden producir dos o más sonidos de forma simultánea.

El melómano de los aires
Mirlo (Blackbird) fue el título de una canción del grupo británico The Beatles, fue compuesta por Paul McCartney mientras estaba en Escocia y para ello se inspiró en los hechos xenófobos de Little Rock. La letra de la canción comienza con ‘Blackbird singing in the dead of night’ y es que, en efecto, estas aves tienen cierta predisposición por entonar su melodía al amanecer y al atardecer.

El mirlo (Turdus merula) pertenece a la familia Turdidade y originariamente tenía hábitos migratorios, pero con el paso del tiempo se acostumbró a la actividad humana y acabó por establecerse de una forma estable. Su plumaje es uniforme, las hembras son de color pardo y los machos negros.

Estas aves son unas virtuosas del canto y son conocidas por su gorjeo aflatudado, no repetitivo y melódico, formado por notas aceleradas con un final agudo característico.

Improvisación
Los expertos han calificado al timbre de los mirlos como «líquido, con un ligero roce», dado que existe una cierta improvisación y una disonancia. Se podría decir que es la imperfección típica de los grandes artistas. Otra de sus singularidades es que, a diferencia de lo que ocurre con otras especies, no hay dos mirlos que canten igual, cada individuo desarrolla una firma sonora personal.

La figura de esta ave a lo largo de la historia ha estado envuelta en cierto halo de misterio, durante el medioevo se decía que cuando los mirlos comienzan a piar los muertos se despiertan y fue precisamente en esta ave en la que se metamorfoseó el diablo cuando visitó a San Benito para distraerlo de sus obligaciones.

En la mitología celta su presencia estaba asociada con la evolución de la racionalidad a la espiritualidad. Sabiendo esto, ¿cómo no iba a ser objeto de inspiración para los Beatles?

Tomado de: https://www.abc.es/ciencia/mirlo-canta-ninguna-20220916150653-nt.html

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