El Pentágono teme que un ataque a Siria desate una escalada “fuera de control”
El secretario de Defensa, Jim Mattis, enmienda a Trump y afirma ante el Congreso que “aún no se ha tomado una decisión” sobre la intervención en Siria.
El juego ha ido demasiado lejos. Tras días de caos y frivolidad presidencial, el secretario de Defensa, Jim Mattis, trató de imponer la calma en la crisis siria y alertó ante el Congreso del riesgo de que un ataque pueda desencadenar “una escalada fuera de control” en el mayor polvorín de Oriente Próximo. “Una de mis mayores preocupaciones es evitarlo”, dijo el teniente general Mattis. En las antípodas de la aceleración de Donald Trump, el jefe del Pentágono señaló que aún no se había tomado la decisión de golpear a Siria.
Un día la intervención es inminente. Al otro puede no ocurrir nunca. Un día la andanada será con “misiles bonitos, nuevos e inteligentes”; al otro nada está claro. El presidente de Estados Unidos ha impuesto al conflicto sirio su impronta. Imprevisible, frívolo, fatuo, el mandatario que lidera la coalición que prepara la represalia contra el régimen de Bachar El Asad por el uso de armas químicas en Duma, ha alarmado a su propio equipo y desatado un aluvión de críticas.
Los reproches a su zigzagueante gestión, calificada por The Washington Post de “huracán de impulsos” y por The New York Times como “el triunfo de la contradicción”, llegan de todos los flancos y han puesto en evidencia su ligereza. Durante años, el multimillonario criticó a Barack Obama por ofrecer extensas argumentaciones sobre sus operaciones militares. Para el republicano solo servían para dar pistas al enemigo. “Yo no entraría en el conflicto sirio y si lo hiciese sería por sorpresa y no soltándolo en todos los medios”, dijo en 2013, cuando Obama sopesaba un ataque a Siria. Una posición que esta semana ha pisoteado él mismo.
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