El presidente estadounidense Joe Biden y su homólogo ruso Vladimir Putin concluyeron este miércoles su esperada cumbre de Ginebra, Suiza
Los dos mandatarios se dieron la mano después de pararse con su anfitrión, el presidente suizo Guy Parmelin, frente a la villa La Grange con vista al lago de Ginebra, donde se reunieron por cuatro horas, con los ataques cibernéticos, la intromisión electoral rusa y las violaciones de los derechos humanos como principales temas en la agenda.
Biden tomó la iniciativa y tendió la mano a Putin. “Siempre es mejor verse cara a cara”, dijo el mandatario estadounidense al inicio de esta cumbre, la primera con el líder ruso desde que llegó a la Casa Blanca en enero.
El presidente ruso confió por su parte en que esta reunión, que se previa tensa debido a los importantes desencuentros entre los dos países, fuera “productiva”.
El presidente Putin fue el primero en llegar a las 13.02 hora local (11.02 GMT), directamente desde el aeropuerto internacional de Ginebra.
Biden llegó a Villa La Grange 15 minutos después desde el hotel donde se aloja y escoltado por una impresionante comitiva compuesta por más de 30 vehículos.
Una vez en la mansión, ambos volvieron a salir acompañados del presidente suizo, quien dijo que su país se siente honrado de acoger esta reunión y favorecer así el diálogo y la compresión mutua.
Asimismo, deseó a Putin y a Biden una “reunión fructuosa en el interés de sus respectivos países y del mundo entero”.
Minutos después los presidentes aparecieron ante las cámaras sentados en la gran biblioteca de la Villa La Grange, donde están manteniendo al menos la primera parte de su reunión, acompañados de sus ministros de Asuntos Exteriores, el ruso Serguéi Lavrov y el estadounidense Antony Blinken.
“Señor presidente, quisiera agradecerle su iniciativa de celebrar esta reunión”, dijo Putin, sentado en la biblioteca de la mansión junto a Biden. Putin destacó además que “se han acumulado muchas cuestiones en las relaciones ruso-estadounidenses”.
Biden dijo por su parte que durante esta jornada intentarán determinar dónde están sus intereses mutuos y dónde están sus desacuerdos.
“Podemos hacer todo para discutir los asuntos de una manera profesional y predecible”, afirmó.
Ambos mandatarios hablaron delante de los periodistas al comienzo de la cumbre, antes de que los reporteros fueran sacados de la sala.
Preguntado sobre si confía en Putin, Biden sacudió su cabeza arriba y abajo en una manera que pareció afirmativa. Sin embargo, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que ese gesto fue malinterpretado.
“Durante un caótico libre para todos con miembros de la prensa gritando preguntas unos sobre otros, el presidente asintió con la cabeza general en dirección a los medios”, dijo en un comunicado. “No estaba respondiendo a ninguna pregunta ni a nada más que al caos”.
Por otro lado, un reportero cuestionó al mandatario ruso sobre si temía al opositor encarcelado Alexei Navalny y acerca de qué haría si Ucrania se uniera a la OTAN, ante lo que Putin elevó la vista y no contestó.
Luego las puertas se cerraron y los presidentes y sus ministros se quedaron a solas, únicamente acompañados por sus intérpretes, para empezar a conversar sobre la extensa agenda que les espera
En torno a las 14.30 (12.30 GMT) comenzó una primera reunión en formato ampliado con otros cinco miembros de cada una de las dos delegaciones, que terminó después de unos 90 minutos. Una segunda parte con esta estructura continuó a las 16.15.