En su primera salida en Copa Mundo de Fútbol en Rusia la selección Colombia inicia perdiendo con Japón 2 a 1
Colombia llegaba al inicio presumiendo de estar en las mejores condiciones posibles. Pero tal cual se vio la aparición de los primeros minutos, la sensación más bien fue del que se planta en el examen de final de curso habiéndose estudiado los temas que no entraban. Desarmado desde un principio, a los nuestros les tocó tirar de improvisación sobre la marcha para corregir el enredo con el que habían iniciado su presencia en Rusia.
La cosa comenzó de la peor manera imaginable. Era el minuto 8 y Colombia se quedaba con uno menos sobre el césped por una mano claro de Carlos Sánchez en el área, con la que trataba de salvar el clamoroso error que había cometido previamente en la salida. El árbitro no dudó, señaló el punto de penalti y le sacó la roja al jugador que ha sido el protector en el equilibrio de Colombia en los últimos años. Kagawa anotó sin problemas desde los once metros.
No llevábamos ni diez minutos y el encuentro se había vuelto en una pesadilla. Y el improvisado plan de Pékerman hecho trizas. Le tocaba al profe intervenir en una de las situaciones en las que menos cómodo se siente. Tenía que corregir el plan sobre la marcha, y hasta en esto se le vio demorado. Media hora tardó para sacar a Cuadrado del campo, de nuevo individualista en la adversidad, y meter en el campo a un todocampista con veinte pulmones como Barrios para igualar fuerzas. La decisión corrigió el rumbo a la deriva de la Tricolor, pero la tormenta seguía y tocaba remar a contracorriente.
La remontada se puso en las manos de una sociedad: Falcao y Quintero. Los dos se echaron el equipo al hombro. Tiraron de talento, casta y todo lo que tenían a mano. La recompensa llegó a cinco minutos del descanso. La falta al borde del área la provocó inteligentemente Falcao, porque en esas andaba Colombia, sacando petróleo de cualquier charco. Quintero lo convirtió en oro puro. Se inventó un disparo de genio. Raso, por debajo de la barrera y a la raíz del poste. Era casi el momento de ir a vestuarios, y Colombia parecía despertar de la pesadilla en la que se había convertido el debut en Rusia.
En la segunda mitad tocaba vértigo. A cada intento de ataque de Colombia le seguía un aviso más serio de los japoneses. Colombia se jugó el duelo a la ruleta rusa. Todo o nada. Sacó todo su arsenal para lograrlo. James entró por un Quintero que se había quedado ya sin gasolina en el tanque y Bacca entró por Izquierdo en busca del milagro.La Tricolor jugaba al límite. Cada ataque le podía costar un disgusto y cada entrada ponía en riesgo una nueva amonestación.
Así llovieron una tras otra las ocasiones de Japón. Colombia acudía al rosario que le salvase de este día fatídico, pero lo que tocaba ver era realmente una película de terror. A los continuos sustos, le siguió el momento de pánico. Japón le hacía gol de la única forma en la que no se esperaba peligro, en jugada de estrategia. Osako se imponía de cabeza en un córner, y dejaba en evidencia la mayor envergadura de los defensores colombianos.
El delantero japonés ya le había hecho un cuadro a Dávinson durante 70 minutos. Y remataba a Colombia desde la estrategia. Tocaba entonces quitarse las cuerdas y lanzarse a la desesperada. Pero a Colombia ya le quedaban pocos trucos en el repertorio. James, al que no se le veía tan tocado como para haberlo reservado, intentó coger el faro de los suyos.
Resistía Colombia a ver lo inevitable. Pero la verdad es que el partido se había perdido ya desde hace tiempo. Desde el momento en el que Pékerman improvisó con un plan que no habíamos visto hasta este debut en Rusia. Un plan que llenó de incertidumbre a los nuestros y mostró debilidad a los nipones. La oportunidad perfecta para que el equipo a priori más fácil del grupo le diera un estocazo a ‘la Sele’ del que va a ser muy difícil reponerse en Rusia. Colombia comienza con pesadilla y ahora toca arreglar este entierro.
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