¡Hasta siempre Clima Urrutia!
Jaime Santos se presentaba en “Sábados Felices” e interpretaba a Clímaco Urrutia, un eterno político candidato a la presidencia de la República. Con su típico acento cachaco, de los puros rolos, comenzaba a decir verdades sobre la corrupción, el clientelismo, los robos que se le hacían al erario, las triquiñuelas para gobernar, las trampas para salir electo y decenas de casos más. A medida que avanzaba su parlamento la gente reía con sus pensamientos filosóficos. Nunca dijo una mentira, pero los asistentes reían.
Al final decía: “Ala, ¿cuándo almorzamos?”.
Claro que no todos carcajeaban, porque el maestro fue amenazado de muerte en varias oportunidades y debió salir del país por contar verdades. No es la primera vez que pasa en el país. Años después a otro personaje que decía realidades las balas lo llevaron lo acallaron.
Un día hizo una disertación sobre el himno nacional, explicando palabras como inmarcesible y de cómo en Colombia no había un solo ciprés. Historiadores y críticos literarios salieron a la defensa de Rafael Núñez.
Estudioso del teatro
Jaime Santos estudió Periodismo en la Universidad Javeriana, fue egresado de la Academia Superior de Bellas Artes de Praga como director teatral y titulado en el Berliner Esemble de Berlín.
Fue director y libretista de teatro, cine y televisión en Colombia. Director Nacional de Educación Artística del Instituto Colombiano de Cultura. Fue nombrado también como cónsul de Colombia en Canadá y Panamá.
Con Jorge Alí Triana fundó y codirigió el TPB. Fue comentarista de la Orquesta Filarmónica de Bogotá y columnista de El Tiempo, El País, Radio Súper, Todelar, Radio Santafé y el extinto noticiero Tv Hoy.
Cuando RCN Televisión pasó sus oficinas de Teusaquillo a la Avenida de las Américas improvisó un depósito de gaseosas para construir sus estudios. A un lado, en un segundo piso, en una pequeña oficina de 3 metros por 5 fue instalada la de Jaime Santos. A un lado estaban también las del escritor y libretista don Efraín Arce Aragón y las del director Felipe González.
Era común encontrarlo en los pasillos de la novel programadora y saludaba con su cordial acento cachaco. “Ala carachas, qué frío tan macho está haciendo hoy”, siempre arrastrando la erre.
Nota de nuestro asociado Proclama del Cauca