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La Colombiana que puede ser Piloto de Formula 1

Texto tomado de EL MUNDO de Madrid, España.

Tatiana Calderón creció en Bogotá y reside en Madrid. Tiene 24 años, carnet de piloto profesional y roza con la yema de los dedos la Fórmula 1. Habla inglés y alemán desde niña. Es seria candidata a entrar en la escudería Sauber como probadora, anuncio que debería confirmarse en los próximos días. Tiene muchas historias curiosas que contar, pero últimamente en España, cuando identifican su acento, siempre le preguntan por lo mismo. A ella y a todos los colombianos. “Por Pablo Escobar, todo el rato”, suspira con resignación ante el impacto que en nuestro país han tenido en los últimos meses las series de televisión que recuerdan las terribles andanzas del famoso narcotraficante muerto en Medellín en 1993. Cuando le sacan el tema, responde con orgullo nacional: “Les digo que prefiero hablar del Nobel de la Paz que ha conseguido nuestro presidente, Juan Manuel Santos”, señala esta joven con doble pasaporte. En su segunda patria entrena duro, a la espera de celebrar muy pronto el salto al universo prohibido para ellas. ¿Será Tatiana la primera mujer piloto de la Fórmula 1?

“Me veo capacitada. Soy rápida, me preparo fuerte y no tengo miedo”, advierte con discurso trabajado. El tono dulce que gasta en el cara a cara se esfuma al volante, una fiera protegiéndose en las curvas. “Me lo dicen mis rivales, que me transformo, pero no queda otra para hacerse respetar”, cuenta sobre su larga experiencia en las categorías de promoción del automovilismo. Siempre peleando en un oficio de tradición masculina.

Ahora mismo es la chica mejor situada en este mundo, la única en la GP3. Esta próxima temporada alternará las carreras en la división de bronce del automovilismo con su aventura en el ‘gran circo’. En la Fórmula 1 aprenderá cómo son las tripas de una escudería de élite, el ritmo del ‘paddock’, el trajín del negocio. Su misión será hacer kilómetros en el simulador y ayudar al desarrollo del monoplaza. Todo con los ojos muy abiertos, cogiendo experiencia y a la espera de lograr el sueño de su vida: subirse a un monoplaza de F1. Si las cosas van bien, podría realizar algún test a lo largo de 2017.

Apadrinada por Carlos Slim

Para su ascenso, además de las maneras demostradas en la pista en los últimos años, va a contar con la ayuda de la escudería Telmex, el proyecto de mecenazgo de jóvenes pilotos que lidera el mexicano Carlos Slim, la mayor fortuna del planeta. Sergio Pérez (Force India y antes en McLaren) salió de esta cantera. El apadrinamiento es indispensable para cualquier aspirante a progresar en el motor, mucho más para una mujer en un entorno laboral tan áspero. “Hace poco, un colega me dijo que uno de sus peores momentos fue cuando le adelanté en el circuito de Paul Ricard. Me alegró escucharlo”, apunta antes de reconocer las malas pulgas de los rivales: “Se tiran a matar si me ven cerca. No se creen que una mujer pueda ir tan rápida”.

Tatiana Calderón vive entregada a la velocidad, entre horas de gimnasio en su barrio madrileño (Salamanca) y sesiones de kárting en Pedrezuela, al norte de la capital. El pasado martes entrenó en Valencia y el miércoles participó en la jornada de grabaciones comerciales de Sauber en Montmeló. Se quedó ya en Barcelona para seguir a pie de pista la primera sesión de test oficiales de la pretemporada de Fórmula 1, que se celebra la próxima semana en el circuito catalán. “Sé hacer un buen diagnóstico del coche, cuido los neumáticos y tomo decisiones con cabeza fría”, repasa en la lista de sus virtudes, descartando de su equipaje el miedo. Lo agotó todo en 2011.

“Fue el peor accidente que he tenido. Me dolía muchísimo la cabeza, la espalda. Realmente me asusté y comprendí el riesgo que corremos”, recuerda del golpazo contra un muro mientras aceleraba por un óvalo norteamericano. No perdió entonces la pasión despertada cuando tenía nueve años y acudió con su hermana, Paula, a montar por primera vez en un kart. “Buenas notas”, le exigió su padre si quería seguir al volante.

Cumplió el pacto esta tozuda colombiana, que gasta sus pocos ratos libres en El Retiro o el Santiago Bernabéu, con los colores futbolísticos definidos mucho antes de que su paisano James Rodríguez firmara por el club blanco. Aún no le conoce personalmente, pero no tardará ya que comparten agencia de representación en Bogotá. En la Fórmula 1 se queda con los ídolos de sus dos banderas: Juan Pablo Montoya y Fernando Alonso. “Con el primero me enganché a las carreras de niña y del segundo aprendo cada vez que le veo en la pista; es super completo”.

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