La conspiración: ¿qué ha pasado con este cuadro de Leonardo da Vinci?
Noviembre de 2017. Sale a subasta un cuadro del florentino Leonardo Da Vinci llamado ‘Salvator Mundi’ en la casa de subastas Christie’s de Nueva York. Dos compradores anónimos pujan por hacer la oferta más alta. Finalmente, la obra se vende por más de 450 millones de dólares (unos 396,650 millones de euros), el precio más alto jamás registrado para una obra de arte. ¿Quién sería el multimillonario adquisitor y dueño de tamaña fortuna? ‘The New York Times’ señala a Bader bin Abdullah bin Mohammed bin Farhan al-Saud, un príncipe saudí poco conocido en el mundillo del arte.
Posteriormente, este mismo diario revela que ese nombre es falso, y que el verdadero comprador es el príncipe heredero a la corona de Arabia Saudí, de nombre no tan kilométrico: Mohammed bin Salman. Una atribución que fue muy cuestionada por la embajada estadounidense del país árabe. Apenas una horas antes de que se publicara este informe, el museo Louvre Abu Dhabi de los Emiratos Árabes Unidos anuncia su nueva exposición, encabezada por el polémico cuadro. Pero en septiembre, dos semanas antes de la inauguración, el Departamento de Cultura y Turismo de Abu Dhabi pospone indefinidamente la exposición. ¿Qué ha ocurrido aquí?
Una lluvia de informes comenzaron a dar fe de una desaparición de la pintura, inquietando a expertos en el mundo del arte y coleccionistas, o peor aún: había sido destrozada o mal conservada. La más reciente ola de interés la produce un post publicado en un blog afín a Trump y a Putin: Narativ, que así se llama tal publicación, aseguró que el cuadro estaba dentro de una trama internacional de lavado de dinero que involucraba a las familias reales de Arabia Saud y Abu Dhabi. Pero no solo queda este hecho ilícito en tierras extranjeras, sino que señala también al personal de la campaña presidencial de 2016 de Donald Trump, la firma de inteligencia israelí Psy-Group y al magnate ruso Dmitry Rybolovlev, anterior propietario de la pintura.
Según el post de Narativ, Rybolovlev puso la pintura en subasta a sabiendas de que los saudíes y emiratíes se pelearían por ella, inflando así descomunalmente el precio de su valor. Después, los fondos de venta se canalizaron a Psy-Group, que según un informe de ‘The Daily Beast’, tenía vínculos con la campaña del presidente estadounidense. Todo este embrollo resulta un tanto incongruente o un capítulo más en la larga lista de historias que desfilan en torno a los gobiernos de Trump, Putin y Oriente Medio. Los expertos del mundo del arte han descartado la versión del blog, argumentando que si los saudíes y emiratíes hubieran querido trasladar dinero a la campaña de Trump, bno habrían elegido una obra de arte de tanto renombre para hacerlo. Sobre todo teniendo en cuenta que se trataba de una subasta pública. Pero como sucede con las temidas ‘fake news’, la teoría de Narativ fue seguida y difundida por revistas tan importantes como ‘Vanity Fair’ o el blog liberal ‘Wonkette’.
Las versiones
“Mientras escribo esto, nadie ha visto la obra de arte en más de un año y su paradero exacto no se conoce desde hace más de 100 días”. Son las palabras de Zev Shalev, editor del blog Narativ. Por otro lado, expertas en el mercado del arte como Georgina Adam, consultada por la revista ‘Vox’, aseguran que no está perdido. “Sabemos dónde se encuentra, creemos que está guardado en Ginebra”. Evidentemente, Suiza es un destino muy popular para las obras de arte con precios desorbitados. El país es conocido por sus pocas trabas fiscales a la hora de declarar bienes tan preciados como cuadros legendarios.
El tema se ha convertido en una inmensa bola de nieve de dudas y opiniones que ya parece imposible de frenar con cualquier explicación lógica. ¿Por qué el príncipe heredero a la corona saudita querría pagar tanto dinero por una obra de Da Vinci? “Las subastas, en esencia, consisten en lograr que personas astronómicamente ricas paguen grandes sumas de dinero por pinturas y esculturas, y que al hacerlo se sientan muy cultas”, asegura Ben Davis, crítico de arte de ‘Artnet News’, a Vox. Otra de las explicaciones es por fines publicitarios, ya que la adquisición de la obra coincide con la inauguración del esplendoroso museo Louvre Abu Dhabi.
“Las obras de arte son principalmente trofeos”, incide Adam. “No es el mejor Leonardo de todos los tiempos, puesto que el mejor nunca se pondrá a la venta ya que los museos franceses tienen prohibido por ley ponerlos a la venta. Los Emiratos tienen una muy buena razon para quererlo: han gastado mucho dinero en la construcción de este increíble museo, y están fabricando su propia colección”. No es para menos; han bautizado a su gran proyecto de museo con el mismo nombre que el situado en el corazón de París.
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