La familia rusa que vivió aislada en Siberia por 40 años y nunca se enteró de la II Guerra Mundial
Publicación de msn noticas, textos de BBC MUNDO.
La mayoría de las reservas de petróleo y sobre todo gas natural de la Unión Soviética en ese tiempo, y ahora de Rusia, reposan bajo el suelo siberiano.
Wikicommons Cruces ortodoxas La mayoría de los miembros de la familia murieron pocos años después.
Un lugar nuevo para explorar era lo que estaban buscando los cuatro geólogos cuando avistaron la cabaña de los Lykov y tuvieron que cambiar de planes.
Con la noticia del hallazgo, de acuerdo al relato de Peskov, todo el país se convulsionó. La gente quería saber cómo habían logrado llevar una vida familiar y, sobre todo, lograr que el feroz invierno ruso no los aniquilara en el bosque.
Pues no fue fácil. El testimonio de los cinco familiares (Akulina había muerto en 1961), registrados en el libro de Peskov, relató una lucha por sobrevivir sin las herramientas debidas.
Tuvieron que luchar para conseguir comida, apenas lograban tener algo de alimento con la semillas que habían llevado y con los animales que podían cazar, muchas veces con los pies descalzos incluso en invierno.
“Su vida se volvió bastante primitiva, especialmente porque no podían reemplazar las herramientas que habían llevado cuando se marcharon en 1936”, explicó el periodista Dash.
Durante casi 10 años vivieron lo que ellos llamaron “los años del hambre”, donde tenían que decidir si comían todo lo que habían sembrado y había sobrevivido a las plagas y los animales salvajes.
O si, en cambio, dejaban algunas semillas para el año siguiente. En alguna ocasión tuvieron que comerse el cuero que tenían de los zapatos que habían llevado consigo y vestirse con las pieles de osos y otros animales que cazaban.
Las condiciones extremas también los llevaron a mudarse y se fueron cada vez más lejos de centros urbanos o pequeñas aldeas. Y esa fue la principal razón de su aislamiento.
Muertes en seguidilla
Según Peskov, el interior de la cabaña donde vivían los Lykov parecía un retrato de la época medieval: vasijas de madera, suelo hecho con el follaje del bosque, paredes sin ventanas porque no tenían un cristal para que los protegiera del frío.
Pero maravillados con el televisor que traían los geólogos, se dieron cuenta de todo lo que había pasado, de los horrores de la guerra y de los avances de la ciencia en el espacio, entre muchos otros cambios de la vida cotidiana.
Cuando les hablaron de los satélites, ellos entendieron lo que habían visto en el firmamento sin poderlo adivinar: “Ah, esas son las estrellas que parecía que estaban girando cada vez más rápido en el firmamento”.
Getty Images Río congelado en Siberia Siberia es una las regiones más inhóspitas del planeta. 1
Pero había que volver a la realidad.
Al principio, lo único que la familia le recibió a los geólogos fue sal (“fue una tortura vivir todos estos años sin ella”, dijo el patriarca) y, por lo demás, pretendía continuar con su vida tal como la llevaban.
Sin embargo, fue inevitable volver a tener contacto con las localidades más cercanas. Los Lykov, que comenzaron a recibir cada vez más cosas para reacomodarse, cayeron rendidos ante la magia de la televisión .
Aunque Peskov y Dash sostienen que lo que pasó a continuación no se debió al contacto de la familia con la civilización, en los años siguientes tres de los seis integrantes de la familia murieron a causa de distintas enfermedades.
Dimitry, Natalia y Savin, en 1981. Dos de ellos afectados por una infección en los riñones -debido a la limitada dieta que llevaron durante años-, pero Savin debido a una neumonía causada por una infección.
Karp, por su parte, murió en 1988. La única sobreviviente, Agafia, decidió quedarse a vivir lejos de las ciudades. Tal como había aprendido a vivir con sus seres queridos, esperaba morir en el lugar en el que a ellos les hubiera gustado.