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La ley de física que discretamente controla tu vida y puede ayudarte a mejorarla

Hay una teoría física que lo explica. En realidad no solo explica estas cosas, sino que lo explica potencialmente todo: el comportamiento de cualquier ente en movimiento, ya sea animado o inanimado.


Se trata de una ley física bastante reciente y aún poco conocida por el público: se llama ley Constructal y la formuló en 1996 el profesor estadounidense de ingeniería mecánica Adrian Bejan, de la Universidad Duke de Carolina del Norte.
Bejan quiso hacerla más accesible para las masas en su libro “La física de la vida: la evolución de todo”, publicado en 2016.
La esencia de esta teoría es que todo proceso en movimiento, da igual si es algo vivo, como una planta, un río o algo más intangible o inanimado, como una ruta migratoria o la comunicación entre computadoras, todo avanza hacia una mayor eficacia.
Bejan dice que toda la naturaleza está formada por sistemas de flujos que cambian y evolucionan sus configuraciones con el tiempo para fluir mejor.
En ese avance se producen cambios morfológicos y ajustes que responden al mismo principio de optimización, de evolución hacia algo mejor.
Y eso, según escribió Bejan en su libro, se aplica a flujos tan dispares como “el tráfico en la ciudad, el transporte del oxígeno en los pulmones y la fluidez del pensamiento rápido y lento en la arquitectura del cerebro”.
Bejan dice que toda la naturaleza está formada por sistemas de flujos que cambian y evolucionan sus configuraciones con el tiempo para fluir mejor.
Así, según la ley Constructal, la tendencia es siempre hacia una fluidez más fácil, y con el tiempo los flujos se hacen más grandes. Y cuanto mayores los flujos, más inherentemente eficaces son.
¿Ley o teoría?
En la física hay muchas teorías, tantas como la mente quiera imaginar, pero pocas leyes.
Una ley debe explicar o resumir un fenómeno universal, como las leyes de la dinámica de Newton.
Además, según el ingeniero, una ley debería ser “obedecida” por cualquier sistema imaginable: cuerpos, ríos, máquinas.
¿Esto es un árbol, un cerebro o un mapa del metro? De acuerdo a la Ley Constructal todo sistema, inanimado o no, sigue un mismo patrón. Y eso se puede ver en las formas que nos rodean.
Las teorías, en cambio, son predicciones sobre cómo algo debería ser, y están basadas en una ley.
Para Bejan, la ley Constructal explica el funcionamiento de cualquier sistema dinámico y es el motor de campos tan distintos como la evolución, la ingeniería o el diseño.
A él mismo le llegó la inspiración mientras diseñaba el sistema de refrigeración de computadoras portátiles: se dio cuenta de que los conductos se ramificaban como si fueran árboles y a partir de ahí nació el concepto de su ley.
Ahora su propuesta Constructal está ganando aceptación en los círculos científicos, y según le dijo Bejan a la revista National Geographic en 2016, no ha sido refutada en las publicaciones especializadas.
De hecho el estadounidense acaba de recibir la prestigiosa medalla Benjamin Franklin, en parte por su “teoría constructal, que predice el diseño natural y su evolución en los sistemas de ingeniería, científicos y sociales”.
Según el ingeniero mecánico, entender mejor esta ley podría ayudarnos a anticipar cambios, por ejemplo en las dinámicas sociales, en los gobiernos o en la economía.
¿Y cómo puede mejorar tu vida?
Si una dinámica se vuelve más eficaz cuanto más fluida y libre es, entonces la moraleja para nuestras vidas bien podría ser “no te pares”.
La inacción interrumpiría el flujo y detendría ese proceso de optimización natural.
Bejan, que nació y creció en Rumanía bajo un gobierno comunista, se reconoce como un optimista.
Su ley Constructal aplicada de una manera práctica a nuestro día a día, a nuestro trabajo, sugiere que cuanto más libres, flexibles y dinámicos nos volvamos, más eficaces seremos.
Por el contrario, la inacción interrumpiría el flujo y detendría ese proceso de optimización natural.
Según dijo Bejan hace unos años en declaraciones a la revista Forbes, su teoría tiene incontables aplicaciones “porque pone el diseño biológico y la evolución dentro del campo de la física, junto a todo lo demás que hasta ahora no tenía cabida bajo el paraguas de la ‘ciencia dura’: la economía, las dinámicas sociales, los negocios y el gobierno”.
Una de las frases que más le gusta repetir al ingeniero en charlas y entrevistas, que también es recurrente en sus libros, es “la libertad es buena para el diseño”.
Así que el mensaje es fluir más y mejor para ser mejores.

Texto y foto de BBC Mundo.

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