La posibilidad de un cuarto pico es una eventualidad real en Colombia: Ministerio de Salud
Colombia registró este viernes el número más bajo de muertos por covid-19 en lo que va corrido del año, se registraron 1.850 casos nuevos en un marcado descenso de la curva epidémica.
Las percepciones sobre esta situación fluctúan entre la tranquilidad de la gente que en el marco de esta tregua viral se relaja y flexibiliza las medidas de bioprotección, y las voces de los técnicos que aseguran que esto es el preámbulo de una nueva oleada, es decir, un cuarto pico de la pandemia en el país.
El ministro de Salud, Fernando Ruiz Gómez, ha dejado claro que de acuerdo con los análisis genómicos que realiza el Instituto Nacional de Salud y el seguimiento y proyecciones de la pandemia, que se hacen bajo coordinación de su cartera, todo permite identificar que la posibilidad de un cuarto pico es una eventualidad real.
De otro lado, Carlos Eduardo Pérez, director de infectología de la Clínica de Marly y del Hospital de la Samaritana, ya no avizora esta situación como una eventualidad sino como un hecho sobre el que hay que dimensionar es qué tan prolongado y qué tan severo será. En otras palabras, Pérez asegura que la cobertura de las vacunas con esquemas completos y el comportamiento social serán determinantes en este desenlace.
Por su parte, Carlos Álvarez, infectólogo coordinador de estudios covid para Colombia delegado por la OMS, insiste en que hay una probabilidad real que está fundamentada en que aún existe un porcentaje importante de personas susceptibles de infectarse, es decir, que no han padecido el covid y tampoco se han vacunado, lo que se suma a la presencia de variantes como la delta, que tiene mayor capacidad de transmisión y podría ser dominante en el país.
En esto coincide Gabriel Riveros, exministro de Salud, que además le suma la incertidumbre de la verdadera capacidad de protección de las vacunas que se aplican, que podría mermarse entre más tiempo circule el Sars-CoV-2, que ha demostrado tener grandes facilidades para transformarse.
De ahí que Luis Jorge Hernández, doctor en salud pública y docente de la Universidad de los Andes, insiste en la necesidad de cuantificar bien las coberturas de vacunación en razón a que mientras el Gobierno dice que ha aplicado más de 35 millones de dosis, las coberturas poblacionales reales son menores al 50 por ciento, una proporción muy lejana a los niveles requeridos para una inmunidad colectiva que tiende a aumentar en la medida en que pasa el tiempo con las modificaciones virales.
Pero Hernández va más allá porque considera que el cuarto pico llegará y su impacto dependerá también de otros factores que a pesar de estar en el papel, en la práctica no han funcionado. Tal es el caso de la estrategia de ‘Pruebas, rastreos, aislamiento selectivo sostenible’ (Prass), que evidencia un bajo volumen actual de tamizajes (pruebas realizadas a nivel nacional), en momentos en que esto debería reforzarse para obtener información sólida que permita tomar decisiones anticipadas.
En el mismo sentido, Hernández cuestiona la no cuantificación de las medidas de bioseguridad ni de los aforos y la baja capacidad de transmitir la necesidad de promover las actividades al aire libre o en espacios bien ventilados. Por ello, considera que de no controlarse todos estos elementos, el cuarto pico puede llegar a tener dimensiones inquietantes. Álvarez también plantea que en este escenario es importante tener en cuenta la presencia de la variante mu, dado que aún se desconoce cómo puede interactuar con la variante delta, a pesar de que esta rápidamente se convirtió en predominante en el país y fue responsable, en gran parte, del tercer pico.
Sin embargo, el especialista se arriesga a pronosticar que el cuarto pico podría presentarse con un aumento de casos, pero no tanto de personas hospitalizadas o que puedan llegara cuidados intensivos, en razón a que las personas que tienen más riesgos en una buena proporción ya están vacunados, lo que las blinda contra desenlaces severos.
En el mismo sentido opina Alejandro Gómez, secretario de Salud de Bogotá, quien insiste en la necesidad imperiosa de vacunar al mayor número de personas antes de que la dinámica natural de la pandemia empiece a aumentar el número de casos como corresponde a las enfermedades respiratorias, que se presentan por picos, y que para el caso del Sars Cov-2 podría presentarse entre la segunda y la tercera semana de octubre.
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