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LA REFORMA PENSIONAL, UNA CARRERA CONTRA EL TIEMPO. La columna de opinión de Oscar Rodrigo Campo

Por: Óscar Rodrigo Campo Hurtado
Representante a la Cámara por el Cauca

Se les agota el tiempo a las reformas del Gobierno Petro, tanto la reforma a la Salud como la reforma Pensional entran en tierra derecha, como dirían en las carreras de caballos, solo que con unos “pura sangre” jadeando y bastante cansados ¿les alcanzarán los restos para cruzar la meta?
Teniendo realidades diferentes, se pudiera decir que, la reforma a la Salud que ya lleva surtidos dos de los cuatro debates, tiene hoy una situación muy compleja frente a un proyecto de archivo que pareciera tener las mayorías para que sea hundida en la Comisión Séptima del Senado, nada fácil la tiene el Gobierno que, entre otros anuncios de su malestar, le ha hecho “sonar la peinilla en el pavimento” al Congreso, hasta con Asamblea Constituyente lo ha querido increpar.
Mientras tanto, con una mirada más calmada y conciliadora, avanza la reforma Pensional, que, en particular, la veo muy pertinente por la difícil situación que afronta el sistema de pensiones en Colombia, el cual, además de ser bastante injusto frente a la realidad de los trabajadores en su vejez, se muestra bastante inestable y que, si no se modifica la propuesta del Gobierno en términos de viabilidad fiscal pudiese ser peor el remedio que la enfermedad.
Vale la pena entonces preguntarse ¿cuál es el panorama actual del sistema y qué riesgos conlleva? Es importante empezar precisando los pesos y contrapesos de esta reforma. El pilar más grande del sistema y de la reforma es el Contributivo, dirigido a los trabajadores formales con capacidad de pago para una pensión integral de vejez, de invalidez y sobrevivientes; aquí encontramos, según cifras del Ministerio de Trabajo, dos grandes grupos: el más grande está afiliado a los Fondos Privados -19 millones de afiliados- que reciben el componente complementario de ahorro individual y que tan sólo tiene 318 mil pensionados, con una tasa de reemplazo que oscila entre el 20-40 % de los ingresos aportados provenientes de los ahorros de los cotizantes, más el rendimiento financiero de los mismos.
Realidad muy diferente al segundo grupo, que lo maneja Colpensiones, con una población de casi siete millones de afiliados y con más de dos millones de pensionados, que tienen una tasa de reemplazo entre el 55-80 % del promedio indexado de los últimos 10 años, donde todos los colombianos terminamos subsidiando esa pensión que no necesariamente obedece a la realidad de los aportes promedio de las 1.300 semanas requeridas.
Sobra decir, que todos quisiéramos pensionarnos con la comodidad del régimen de prima media, pero el problema radica en su sostenibilidad a mediano y largo plazo, como lo indica en su último informe el Comité Autónomo de la Regla Fiscal, es como seguirle echando aire a un globo que ya está a punto de explotar, esa es la realidad de la deuda pensional que en la actualidad equivale al 100 % del Producto Interno Bruto -PIB- y que en un futuro no muy lejano ese globo terminará explotando. El compromiso pensional pesa mucho en el Presupuesto General de la Nación y sería utópico y bastante irresponsable pensar en sostener esta realidad de los subsidios a las pensiones, y abrirle la puerta, simultáneamente, a asistir a la población en pobreza extrema y a las personas mayores sin el pleno de las semanas requeridas.

Es por esto, que el debate se centra en dos aspectos, el primero está frente a qué grupo quedaría en el régimen de prima media que manejaría Colpensiones, el Gobierno propone que todo trabajador que gane entre 1 y 3 salarios mínimos legales vigentes -SMLMV- quedaría abrigado en este sistema estatal, aclarándose que todos los trabajadores comprendidos entre 1 y 25 SMLMV deberán cotizar por los primeros 3 SMLMV en este sistema público. En la ponencia alternativa, se propone que el régimen de prima media quede adscrito a los trabajadores de Colpensiones hasta 1.5 SMLMV. Vale la pena también considerar al Comité Autónomo de la Regla Fiscal quien sugiere que sea de solo 1 SMLMV. Esta discusión es crítica, ya que, de no acertar, el pasivo pensional podría llegar hasta los 900 billones de pesos tal como lo ha afirmado Fedesarrollo.
El otro aspecto que genera profundas contradicciones es el manejo de los 405 billones que asciende el ahorro pensional, hoy ubicados entre depósitos de renta fija, renta variable en el exterior, fondos privados externos e internos, y, renta fija local y externa, de allí provienen los rendimientos financieros para los aportes complementarios al ahorro individual de los Fondos Privados. ¿Qué propone la reforma Pensional? Que el Gobierno Nacional tenga flujo financiero, sobre 250 billones hasta el año 2070, habilitándose para redefinir su inversión, en el primer año de 4.2 billones y para el segundo año de 5.2 billones, y como si fuera poco, tener el manejo desde Colpensiones de este recurso quitándole autonomía a los fondos privados y desde luego aumentando el riesgo de la seguridad del ahorro de toda una vida de los trabajadores colombianos. Es por esto, que la ponencia alternativa pondría al Banco de la República como responsable de estos ahorros, asegurando entre otras cosas, alejar la tentación del Gobierno a gastar en la deuda pública, con todos los riesgos de volver polvo nuestros ahorros pensionales.
Es importante dejar claro que, además de injusto, seguir subsidiando las pensiones altas se vuelve un imposible, ya que este privilegiado grupo termina siendo una minoría frente al universo de la población en etapa de vejez. En buena hora el proyecto de reforma Pensional destaca en dos de sus cuatro pilares a quienes en el territorio nacional se encuentran en condición de pobreza extrema y a los cotizantes del sistema que llegando a los 65 años no cumplieron los requisitos de pensión, estos son los pilares solidario y semi-contributivo. Allí se destinaría gran parte de lo que hoy son los subsidios para las altas pensiones y así se podría solventar un ingreso digno a un alto número de colombianos totalmente desprotegidos y que en una combinación de fuentes (Presupuesto General de la Nación, subcuenta de subsistencia del Fondo de Seguridad Pensional y los aportes hechos por los que no tienen requisitos de pensión teniendo la edad) darían vida a una pensión solidaria y a una pensión que pudiera ser de medio salario mínimo o proporcional a las semanas cotizadas, que mucho ayudaría a resolver la situación de millones de colombianos.
Ningún Gobierno ha logrado cursar y aprobar sus reformas sin antes escuchar y conciliar con los distintos sectores de la sociedad, entendiendo que la democracia representativa es el Congreso y que éste debe tener entendimiento dialéctico y no mecanismos soterrados que tanto se han criticado en la historia reciente, pero pareciera ser la única forma de persuasión que entiende este Gobierno hacia esta rama del poder público; menos logrará que se apruebe exitosamente reforma alguna sino le da validez a voces rectoras como el Comité Autónomo de la Regla Fiscal, y a sectores tan importantes como Fedesarrollo y la academia. Todos coincidimos en la imperiosa necesidad de reformar el sistema pensional sin sesgos ideológicos y mucho menos con intransigencias sobre la realidad fáctica que esperan las nuevas generaciones.
Solo habrá plazo hasta el próximo 20 de junio para vencer los tres debates, uno en Senado y dos en Cámara, bastante ajustada la agenda para lograr esta reforma tan necesaria, pero que al igual que las otras, necesita decantar los sesgos y las utopías para que dejen de ser una mera ilusión. La Reforma Pensional, una carrera contra el tiempo.

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