La Tierra, barrida por el ‘grito de nacimiento’ de un agujero negro
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Astrónomos de todo el mundo están absolutamente fascinados por un pulso de alta energía inusualmente largo y brillante que el pasado 9 de octubre barrió la Tierra sin previo aviso. La poderosa emisión provenía de un ‘estallido de rayos gamma’ (GRB), el tipo más potente de explosiones en el Universo, y fue uno de los eventos más brillantes y luminosos que se conocen hasta ahora. Normalmente, este tipo de fenómenos apenas duran unos segundos.
Ese día fue domingo, y a buena hora de la mañana una ola de rayos X y Gamma atravesó nuestro Sistema Solar, activando los detectores del Telescopio de rayos Gamma Fermi, de la NASA, el Observatorio Swift y la nave espacial Wind, entre otros. De inmediato, telescopios de todo el mundo apuntaron a la fuente de la emisión para estudiar sus secuelas. Hoy, una semana después, las observaciones continúan.
Catalogada como GRB 221009A, la explosión se convirtió rápidamente en la estrella del 10º Simposio Fermi, una reunión de astrónomos de rayos gamma que se celebra estos días en Johannesburgo, Sudáfrica. «Es seguro decir que esta reunión comenzó con una explosión: todos hablan de esto», asegura Judy Racusin, científica adjunta del proyecto Fermi en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland, uno de los asistentes.
La señal, que se originó en la dirección de la constelación de Sagitta (Flecha), tuvo que viajar aproximadamente 1.900 millones de años para llegar a la Tierra. Los astrónomos creen que representa el ‘grito de nacimiento’ de un nuevo agujero negro, originado en el corazón de una estrella masiva que colapsó bajo su propio peso. En esas circunstancias, un agujero negro naciente es capaz de impulsar poderosos chorros de partículas que viajan casi a la velocidad de la luz. Los chorros atraviesan la estrella y emiten rayos X y rayos gamma a medida que avanzan hacia el espacio.
El estallido también brindó la oportunidad, largamente esperada, de inaugurar la observación combinada de dos experimentos en la Estación Espacial Internacional: el telescopio de rayos X NICER, de la NASA, y el detector japonés Monitor de Imagen de Rayos X de todo el Cielo (MAXI). Activada en abril, la conexión entre ambos instrumentos se denomina Red de Alerta de Monitor de Alta Energía en Órbita (OHMAN), y permite que NICER observe rápida y automáticamente estallidos detectados por MAXI, algo que anteriormente requería la intervención manual de los científicos en tierra.
De este modo, según explica Zaven Arzoumanian, líder científico de NICER en Goddard, «OHMAN proporcionó una alerta automática que permitió a NICER realizar un seguimiento del fenómeno en menos de tres horas, tan pronto como la fuente se hizo visible para el telescopio. Oportunidades futuras podrían resultar en tiempos de respuesta de unos pocos minutos».
La brillante luz de esta antigua y lejana explosión trae consigo nuevos conocimientos, entre otras cosas, sobre el colapso estelar, el nacimiento de un agujero negro, el comportamiento y la interacción de la materia casi a la velocidad de la luz y las condiciones en una galaxia distante. Otro GRB tan brillante podría no volver a producirse en décadas.
Un estallido de diez horas
Según un análisis preliminar, el Telescopio de Gran Área (LAT) de Fermi detectó el estallido durante más de 10 horas. Una de las razones del brillo y la inusual longevidad del evento es que, para ser un GRB, se produjo relativamente cerca de nosotros.
«Este estallido se ha producido mucho más cerca que los GRB típicos – explica Roberta Pillera, miembro de Fermi LAT Collaboration que dirigió las comunicaciones iniciales sobre la explosión-, lo cual es emocionante porque nos permite detectar muchos detalles que de otro modo habrían sido demasiado débiles para verse. Pero también se encuentra entre los estallidos más energéticos y luminosos jamás observados, independientemente de la distancia, lo que lo hace doblemente emocionante»
«Este estallido se ha producido mucho más cerca que los GRB típicos – explica Roberta Pillera, miembro de Fermi LAT Collaboration que dirigió las comunicaciones iniciales sobre la explosión-, lo cual es emocionante porque nos permite detectar muchos detalles que de otro modo habrían sido demasiado débiles para verse. Pero también se encuentra entre los estallidos más energéticos y luminosos jamás observados, independientemente de la distancia, lo que lo hace doblemente emocionante».
Tomado de: https://www.abc.es/ciencia/tierra-barrida-grito-nacimiento-agujero-negro-20221016121319-nt.html