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Ladrillos más duraderos usando fibra de carbono reciclada

Unos científicos han conseguido desarrollar un tipo de ladrillo poroso más duradero frente a la cristalización de la sal, mediante la utilización de residuos de fibra de carbono provenientes de palas de aerogeneradores desechadas, usados como aditivos en su fabricación.

El logro es obra de investigadores del departamento de Mineralogía y Petrología de la Universidad de Granada (UGR) en España.

El equipo, encabezado por Laura Crespo López de la UGR, se propuso crear un ladrillo respetuoso con el medio ambiente, que utilice menos materias primas y cumpla con los estándares requeridos para su uso en la construcción.

En el ámbito de la edificación, existe la necesidad de avanzar hacia un modelo económico más sostenible y en los últimos años se están explorando alternativas orientadas a reducir el consumo de recursos naturales y minimizar la acumulación de residuos.

El descubrimiento realizado por el grupo de investigadores de la UGR no solo permite disminuir la dependencia de recursos no renovables como la arcilla, sino que plantea además beneficios económicos y medioambientales muy significativos.

Un proceso menos contaminante y con muchos beneficios

Los ladrillos elaborados en el marco de este estudio se han fabricado de manera manual, siguiendo la metodología tradicional. En un esfuerzo por maximizar el aprovechamiento de residuos sin comprometer la consistencia de la mezcla arcillosa, se ha incorporado el 5% y el 10% en peso de polvo de fibra de carbono, ya que una adición mayor dificultaría el correcto amasado teniendo en cuenta la ligereza del residuo en relación con su volumen. Una vez secos, los ladrillos se cocieron a 800, 950 y 1100 grados centígrados.

Se utilizaron diferentes técnicas analíticas para determinar la influencia de la fibra de carbono en la calidad de los ladrillos, desde la determinación de la importancia de los tamaños de partícula de las fibras y del material arcilloso, hasta el análisis microtextural mediante microscopía electrónica de alta resolución, mostrando resultados muy relevantes.

Entre ellos, la investigación ha revelado, por ejemplo, que la fibra de carbono proveniente de las palas de los aerogeneradores contiene además resinas y compuestos termoplásticos. Durante el proceso de cocción de los ladrillos, estos elementos y parte de las fibras se consumen, generando microporos y mejorando significativamente la conductividad térmica de las piezas cerámicas. El uso de fibra de carbono como aditivo en la producción de ladrillos es, además, una alternativa menos perjudicial en cuanto a contaminación atmosférica comparada con otros métodos de «reducción de residuos» empleados en la industria eólica, como la incineración, la pirólisis o el reciclaje químico.

En términos de durabilidad, la investigación ha permitido observar que los ladrillos cocidos a 950 y 1100 grados centígrados con fibra de carbono experimentan la menor pérdida de material en comparación con los ladrillos elaborados solamente de arcillas, demostrando así una mayor resistencia al ataque de la sal y una mayor durabilidad. Este hallazgo revela además la capacidad de la fibra de carbono para mejorar la resistencia estructural de los ladrillos en condiciones ambientales agresivas, consolidando su posición como una opción duradera en la construcción sostenible.

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