album-art

Las razones de Donald Trump para no inaugurar la fortaleza sobre el Támesis

A Donald Trump se le esperaba en Londres para inaugurar por todo lo alto la nueva y flamante embajada norteamericana, rebautizada como la “fortaleza” sobre el Támesis.

Downing Street ultimaba ya los preparativos de la visita, prevista inicialmente para febrero, con la idea de relanzar la “relación especial” entre los dos países y pese al temor a grandes manifestaciones en las calles. El propio Trump le ahorró el mal trago a Theresa May anunciando en Twitter la suspensión de su visita: “La razón por la que he cancelado mi viaje a Londres es porque no soy un gran defensor de la operación realizada por la Administración Obama, que vendió por calderilla la embajada mejor emplazada de la ciudad, sólo para construir una nueva en un lugar menos céntrico y por 1.200 millones de dólares (unos 1.000 millones de euros).

Lo cierto es que los planes para el cambio de embajada en Londres los inició el presidente Bush en el 2008, y que el viejo edificio de Grosvernor Square no era propiedad del Gobierno norteamericano, sino del Duque de Westminster, y que estaba cedido en “leasing” (arrendamiento). En cualquier caso, el exabrupto nocturno de Trump pilló con la guardia baja a Downing Street, que hasta el jueves contaba con la “visita de trabajo” del presidente norteamericano, incluida una visita a la Reina para encontrarse discretamente y sin la pompa de una visita de Estado.
La cinta oficial de la embajada la cortará pues en febrero el secretario de Estado Rex Tillerson, aunque el edificio de 12 pisos en el barrio de Nine Elms (al sur del Támesis) empezará a ser ocupado el 16 de enero. No se sabe de momento si el alcalde de Londres, el laborista Sadiq Khan, con quien Trump libra un frecuente pulso en Twitter, será invitado a la ceremonia inaugural de la “fortaleza” de cristal, diseñada por Kieran Timberlake.
Khan fue el primero en respirar con alivio y celebrar la suspensión de la visita del presidente norteamericano: “Parece que Trump ha recibido el mensaje de muchos londinenses que aman y admiran América y a los americanos, pero que encuentran las políticas y las acciones de su presidente en el polo opuesto de los valores de inclusión, diversidad y tolerancia de nuestra ciudad”.
“Su visita en febrero se habría encontrado sin duda con protestas pacíficas y masivas”, advirtió el alcalde de Londres. “Lo ocurrido sirve para reforzar el error que cometió Theresa May para precipitarse y extender la invitación de una visita de Estado”.

Frente al silencio oficial de Downing Street, el secretario de Estado Boris Johnson replicó en el acto, tildando a Khan de “pomposo petimetre” y acusando a los laboristas de “poner en peligro nuestra relación especial con Estados Unidos”.
La inquina de los británicos hacia Trump se remonta a la campaña electoral, en una petición masiva para vetar su entrada en Reino Unido por su comentarios “racistas y sexistas”, que fue finalmente respaldada por más de un millón de firmantes y fue debatida incluso en Parlamento británico. El presidente de la Cámara de los Comunes, el conservador John Berkow, tensó la cuerda al mostrar su oposición a que el presidente norteamericano pudiera dar un discurso en el Parlamento.
El último incidente entre los dos Gobiernos, zanjado con una escueta reprimenda de la ‘premier’ Theresa May, fue cuando Trump decidió retuitear en las redes varios mensajes de Jayda Fransen, dirigente del grupo ultraderechista Britain First.

Textos y foto de  Diario de Madrid, España.

Login

Welcome! Login in to your account

Remember me Lost your password?

Lost Password