Los Colores de los Taxis de Medellin, Colombia
¿Ha visto los taxis negros? Quizás usted sea de los que ha tenido la oportunidad de encontrárselos rodando en Medellín, aunque por ahora solo hay cuatro de estos vehículos. Sin embargo, no son los únicos distintos, porque a los tradicionales amarillos hay que sumarle los siete verdes que ya circulan.
Pero no se trata solo de simples colores, pues cada uno de ellos tiene diferencias tarifarias (ver tabla) y características que los hacen especiales. En conjunto, según los registros de la Secretaría de Movilidad, la capital antioqueña cuenta con 19.131 taxis.
El año pasado fue el de la diversificación. En mayo llegaron los verdes, cuya característica es que son eléctricos, aunque las metas de la alcaldía estuvieron lejos de cumplirse, pues estimaba que antes de terminar el año habría 200 de estos vehículos en Medellín y solo hay siete. Los de lujo, que son negros, también comenzaron a funcionar en 2019.
Experiencia de lujo
Aunque desde 2016 –con la Resolución 2163 del Ministerio de Transporte– se trazó el camino para que los taxis de lujo comenzaran a funcionar, solo hasta el año pasado Medellín y Cali se convirtieron en las primeras ciudades donde funciona este servicio. Se distinguen de los particulares negros por la placa blanca y franjas ajedrezadas a sus costados, además de los logos de la compañía a la que están afiliados. Solo pueden ser usados para este fin los camperos de cuatro puertas, camionetas o automóviles tipo sedán.
Elkin Agudelo, quien llevaba 10 años con su amarillo, decidió cambiarlo por uno negro hace cuatro meses. Explicó que su carro tiene sistema de posicionamiento GPS, airbags, aire acondicionado y los conductores siempre van con traje formal.
Por eso la carrera mínima cuesta $2.800 más que en uno amarillo indicó, y agregó que se requiere una preparación especial para conducirlos. En su caso él tiene una técnica administrativa en servicio de transporte individual de pasajeros que hizo en el Sena.
“También hablo inglés, pero si es en otro idioma no hay lío porque tenemos aplicaciones de traducción”, comentó. Si el taxi amarillo, incluso el verde, se toma en la calle, el de lujo sí es distinto porque solo se puede pedir por aplicación o llamando a la empresa. Por eso, anotó Agudelo, los clientes suelen ser empresariales, huéspedes de hoteles o turistas.
Los taxis limpios
Manuel Ariza migró a la movilidad eléctrica luego de manejar por ocho años un taxi de gasolina. Al igual que cuando se pasa a tener un taxi de lujo, el requisito para tener uno verde es chatarrizar el viejo. En su caso, fue uno de los seis taxistas que recibió un auxilio de $18.300.000 que entregó EPM para cambiar el vehículo.
Varias son las miradas que su automóvil se roba en los acopios y, señaló, solo por el color muchas personas prefieren subirse en su carro. Puede parar en la calle o recibir servicios por aplicación. Lo diferente son las cero emisiones que al año ahorran 13 toneladas de CO2. La mínima cuesta $1.200 más que en un amarillo y, cada 78 metros, se cobran $124 adicionales y no $110.
“Este carro no vibra tanto, no tener clutch es un alivio, hace menos calor y eso también le mejora el estado de ánimo a uno. Yo al menos ya no me canso tanto. Y de paso se derrumba el mito que un eléctrico no tiene fuerza, pues el mío tiene 214 caballos, frente a los 64 que tiene uno de ‘bolita’. A ver cuál sube más fácil una loma”, dijo Ariza.
También pasó de gastar $60.000 a diarios en gasolina a $15.000 que es lo que consume en electricidad. Incluso tiene un cargador en su casa que en ocho horas llena la batería, pero él nunca consume toda la carga y, subrayó, en alguna electrolinera de carga rápida de EPM puede “tanquear” en menos de una hora.
La Secretaría de Movilidad anunció que seguirá apuntando para aumentar el número de taxis verdes en la ciudad para bajar las emisiones. Espera que haya al menos 1.500 de estos vehículos en los próximos tres años. “Estamos definiendo con aliados cómo será el alcance”, manifestó.
Por su parte, Agudelo cree que los negros apenas están comenzando su apogeo y, aunque hay algún temor de los conductores por depender de la empresa para recibir servicios y no poder recoger pasajeros en la calle, “con el tiempo se verán más de lujo porque estamos enfocados en un público específico”.
Textos tomados de El Colombiano de Medellin.