Melendi: «Tengo que agradecer que la gente se dé cuenta de que no soy el mismo»
Este viernes se estrenò la mas reciente producción musical del interprete Asturiano, Melendi, “Quítate las gafas”. La periodista Elena Calvo lo entrevisto para el diario ABC de Madrid.
Esta es la nota.
-Casi quince años han pasado desde que Melendi saltó a la fama con el disco «Sin noticias de Holanda». Durante los últimos años, ha tratado de dar un giro a su estilo musical, que se ha visto consolidado en su nuevo trabajo «Quítate las gafas», el primer disco de estudio que graba son Sony. Además, más allá de los éxitos que el cantante ha cosechado en España, Latinoamérica le tiene ya considerado como uno de los artistas de referencia. Precisamente en esta parte del continente americano comenzará su gira el próximo febrero, que llegará a España a partir de mayo. Murcia, Madrid, Barcelona o Valencia serán algunas de las ciudades por las que Melendi pasará con su música.
¿Por qué nos tenemos que quitar las gafas?
Bueno, el título del disco realmente no es tan romántico como parece, es bastante casual. Históricamente, durante mis discos, una de las canciones ha sido la que ha dado nombre al disco. En este caso había dos canciones que optaban, que eran candidatas y eran «Flores de agua y plomo», que me encantaba, porque me parece una definición de las personas muy bonita y muy poética, y la otra era «Quítate las gafas», que es más directo, y al final nos decantamos por este. Hay división de opiniones, yo creo que sí acertamos pero nunca se sabe. Da mucho juego también. Hemos puesto en Internet una plantilla en la que puedes poner tu cara con las gafas y la verdad es que eso mola, tiene rollo también, y que la gente participe.
¿Y qué significado tiene para usted?
Realmente ninguno. Yo creo que la profundidad en las canciones la tienen que poner los sentidos de quien las escucha, porque si yo explico las canciones al final es como si un actor te cuenta el final de una película. Al final, el trabajo que yo he hecho es para que cada uno reconozca en esas canciones la parte que quiere o necesita ver, depende del momento de vida que está atravesando. Eso se pierde si yo cuento desde el punto de vista del que yo lo veo. Cada uno tiene que ver en una obra lo que quiere ver y lo que necesita ver.
¿En estos quince años de carrera ha cambiado su perspectiva?
Cambia mucho, claro. Yo creo que según vas cumpliendo años lo que cambia ya no es solo tu perspectiva, sino tus prioridades. Y bueno, la verdad es que yo me lo he pasado muy bien en mi vida. Haciendo una de las canciones de este disco, «Yo me veo contigo», que es un repaso desde los años 80, años 90 hasta el 2000, donde recordé muchísimas cosas. No sé si te pasa a ti, pero cuando tenía 20 años no recordaba casi nada de la infancia, y según voy cumpliendo más años me vienen recuerdos que antes parecía que tenía enterrados. Y la verdad es que he tenido una vida muy feliz y he tenido muchísima suerte, y además el poder seguir trabajando en lo que me gusta tantos años… Yo empecé en el año 96 en una orquesta, me vine a Madrid en el 99 y saqué el disco por fin en 2002, después de mucho trabajo. Llevo dedicándome a esto más de 20 años.
La gira de este nuevo trabajo llegará a España en mayo
En estos últimos años hemos visto un cambio claro en su estilo de música, que se empezó a notar en «Un alumno más», ¿es este disco la consolidación definitiva de ese cambio de estilo musical?
Sí, estoy contigo. En «Un alumno más» y «Lágrimas desordenadas». Esa música que después de la rumba se endureció, se hizo un poco más rock, y después mutó a un sonido así como un poco más pop… Me permito licencias, que creo que es bueno y positivo, pero siempre hago los discos de una manera. Yo hago cuatro o cinco canciones primero que lo llamo de respeto, porque es desde donde yo hablo a mi gente, porque no me olvido que las canciones las hago para mi gente, no para mí. Y esas cuatro o cinco son pop, rock… Y luego, cuando ya estoy tranquilo y tengo eso, me permito mis licencias. En este disco hay una licencia que es el son cubano, que realmente es una rumba de base, pero que como la canción está ambientada en Cuba aposté por meterle un tres y una clave, y da esa sensación de son cubano, pero en realidad es una rumba. Puede parecer profundo, como que me he sumergido en los ritmos latinos, pero en realidad no me he sumergido tanto. Y también hay una canción funky, que es «Soy tu superhéroe», y hay una canción así rumbatón que es «Mi mayor fortuna». Esos son los experimentos que me permito una vez sé que ya he cumplido con mi función.
¿Y cómo cambiando tanto el tipo de música se pueden mantener los seguidores?
Bueno, yo no sé si mantengo a mis seguidores o es algo dinámico que entran y salen. Yo creo que todos los seres humanos vibramos en una frecuencia y esa frecuencia va cambiando según vamos cumpliendo años. Y algunos dejan de vibrar y entran otros. Creo que el punto de vista de cómo ven las cosas es lo que lo marca todo. Lo que creo que es importante es que al fin y al cabo toda la gente que empezó a escucharme cuando yo tenía 18 años, 19 o 20, ahora tienen mi misma edad, o sea que somos parecidos. Y los seres humanos vivimos los mismos procesos vitales. Creo que se han ido identificando con los cambios y con las cosas. Aparte pienso que el ser humano tiene mucho miedo al cambio al principio pero que después se da cuenta de que saliendo de esa zona de confort es como uno crece realmente. Tiene miedo a hacer el esfuerzo que implica el cambio, pero después viene la recompensa. Yo creo que la gente valora mucho eso también.
«Pienso que el ser humano tiene mucho miedo al cambio al principio, pero es como crece realmente»
¿La música le ha ayudado a crecer?
Muchísimo, muchísimo. De hecho en una de las canciones digo que escribiendo descubrí lo importante. Yo empecé a escribir por una necesidad. Yo soy un gran tímido, si me sacas del medio que conozco, me callo, soy un pulpo en un garaje. Y a mí siempre me costó mucho menos decir lo que pienso o lo que siento escribiendo que hablando. Mucho menos. Lo descubrí joven, y esa es la suerte que tuve. Encontré lo que me gustaba joven y me agarré, yo creo que eso es lo que he hecho bien. Poner siempre en valor las cosas que sabía hacer y no querer hacer las cosas que no sé hacer. Creo que ese es el secreto.
Aun así hay quien sigue recriminando que no sea el mismo que sacó «Sin noticias de Holanda»…
Y tengo que agradecer que se den cuenta de que no soy el mismo.
Está orgulloso entonces.
Sí. Y además, ¿qué sería de mi vida si pensara igual que cuando tenía 18 años? Qué fracaso vital y qué fracaso musical como artista si siguiera hablando de las cosas con la misma visión que entonces. Cuando escucho esos comentarios me enorgullece que la gente se dé cuenta de que hay un cambio.
¿Qué vamos a descubrir de usted en este nuevo disco?
Cada uno va a descubrir lo que quiera descubrir.
¿Y qué ha querido transmitir?
Tengo que ser sincero. Hay canciones en las que sí escribo lo que realmente quiero escribir, y hay otras que me van guiando y hasta el final no tengo ni idea de lo que voy a escribir. Realmente yo me sorprendo muchas veces con la profundidad con la que la gente interpreta las canciones que ni siquiera yo tengo. Hay algunas que sí, que evidentemente forman parte de momentos de mi vida, cosas que uno interpreta, cosas que ve y dice, voy a plasmar como yo las veo, que no quiere decir que sea la realidad. Y otras que me sorprende muchísimo la interpretación que se hace. La gente tiene muchas veces mucha más profundidad, algo que a mí me gustaría.
¿Hay alguna canción más especial que el resto?
Yo creo que «Flores de agua y plomo» es de las más bonitas. Es una canción acústica. Es la primera vez que me atrevo a producir eh, lo he producido yo. En ocho discos, este es el primero. Lo he producido con Luca Germini, que es el pianista que va conmigo en directo y estoy muy orgulloso porque creo que lo hemos hecho bastante bien. Y «Flores de agua y plomo» es una cancion que a mí me gusta porque creo que, aunque las canciones muy producidas son necesarias para el directo también porque le dan fuerza, como gusto personal, menos es más. Y «Flores de agua y plomo» es una canción que fluye, que es sencilla, que entra, que va haber un momento de comunión con la gente… esa es mi favorita yo creo.
¿Y por qué se atreve a producir ahora precisamente?
Porque creo que producir es más cuestión de tiempo y de cariño que de nombres. Esa es mi opinión, que puedo estar equivocado. Y en la música hay muchos profesionales que te pueden ayudar a donde tu no llegas y creo que evidentemente sabiendo cuál es tu lugar…
De momento, con los temas que ha lanzado, ¿la acogida ha sido buena?
Sí, yo creo que sí. Y eso que los temas han sido los más arriesgados. Yo creo que va a ir bien. Siempre pienso en positivo. Creo que también el pensar en positivo, no digo que sea garantía de nada, pero facilita mucho las cosas.
En otras ocasiones ha habido problemas en sus firmas de discos, ¿esta vez habrá?
Vamos a valorarlo. Realmente al final uno se lo plantea y las acciones tienen que tener sentido para la compañía, para el punto de venta, para la gente y para mí, y al final nos dimos cuenta de que es algo con lo que ninguna de las partes sale beneficiada. Porque los primeros ellos, que tienen que esperar colas de ocho o diez horas. Me acuerdo el año pasado que estuvimos firmando más de diez horas hasta que el centro ya cerró a las doce y media o una y se quedaron mil personas todavía fuera. Al final no puedes hacer nada y el centro queda fatal, la compañía queda fatal, el distribuidor queda fatal, yo quedo fatal y la gente sufre. Y te planteas si es una acción buena hoy en día. Se pierde un poco ese contacto que a mí me gustaría que se hiciera, pero es que realmente nos resulta difícil hacerlo de una manera justa y ecuánime porque si limitas eso a un número de personas también está siendo injusto, si lo dejas a todo el mundo no se puede… Es complicado.
No da tiempo, yo les agrdezco muchísimo, si me deja el centro me quedo hasta las 6 de la mañana y quedamos todos contentos, no hay ningún problema porque a mí no me cuesta nada, son 4 dias que estamos firmando. Pero es que es imposible. Realmente esas acciones antes, que no había tanta difusión con las redes sociales, se podían llevar a cabo de mejor manera. Ahora hay un alcance tan masivo que al final es más complicado.
¿Para esta gira también va a visitar Latinoamérica?
Sí, esta además la empezamos ahí. Tenemos 25 fechas ya entre febrero y mayo porque el 6 de mayo empezamos en España, en Murcia. Vamos a ir por más de 50 ciudades, en Madrid el 19 de mayo. Y a la semana siguiente, el 26, en Barcelona.
«El 6 de mayo empezamos la gira en España, en Murcia. Vamos a ir por más de 50 ciudades»
¿Y cómo se encuentra ahí?
Muy bien. Pasamos largas temporadas ahí, sobre todo el período hasta mayo. Hacemos conciertos que todavía no son macroconciertos, de 4.000 o 5.000 personas. Cuatro meses allí pero ocho aquí, o sea que sigo teniendo un porcentaje muy alto aquí.
¿Y Asturias?
¡Patria querida! Siempre en el corazón. Estoy ahora mismo además con mi Oviedo, que está en segunda división. Perdona que te hable de fútbol pero estoy tan emocionado con mi equipo… Estamos segundos. ¡Que se acabe la liga ya, que subimos!
El programa «La Voz», en el que participa, ¿le aporta algo que no le dé la música en sí?
Tiene algo. Es un espacio diferente. Al final nosotros nos movemos en la triada de producir, promocionar y hacer directos. Hay un componente en el que siempre estás con la misma gente. Esta es otra faceta que te permite la música y mi posición gracias a Dios. Son emociones totalmente diferentes, revisitas todos los miedos que pasaste cuando empezaste, te ves reflejado en sus ilusiones, en todo lo que les pasó… He de reconocerte que me prometí que este año no iba a dramatizar, no iba a dejarme llevar por las emociones, pero no se puede. No se puede porque convives con sus ilusiones y al final ahí se genera algo que no se puede explicar. Tienes que estar en el plató y sentir lo que pasa porque al final las emociones son las que mandan y uno no las controla.