Murio Henry Heimlich creador de la maniobra para salvar vidas por atragantamiento
El invento se comió a su apellido. En EE.UU., Heimlich era el sinónimo de salvar vidas, de una maniobra contra el atragantamiento por la que se estima que se han evitado unas cien mil muertes por asfixia en las últimas décadas. Henry Heimlich, el padre de esa técnica, falleció este fin de semana en Cincinatti (Ohio).
Creó la «maniobra Heimlich» en 1974, cuando los atragantamientos eran un problema considerable en EE.UU.
A comienzos de los años 70, la muerte por ahogarse con un trozo de comida o con un juguete era la sexta causa de muerte accidental más recurrente en el país, provocaba alrededor de 4.000 víctimas al año, muchas de ellas niños. Heimlich ideó una técnica por la que se abraza a la persona que sufre el ahogamiento por la espalda y se hace presión fuerte con las dos manos cerradas sobre el abdomen y hacia el centro del estómago. La descripción de las diferentes variantes de la maniobra se convirtió rápidamente en un icono de primeros auxilios y todavía perdura: se enseña en los colegios y hay un póster en cada restaurante.
Ayudó a su popularización que muchos famosos salvaron la vida con la técnica, desde Ronald Reagan al alcalde de Nueva York Edward Koch, pasando por actrices como Elizabeth Taylor, Goldie Hawn o Halle Berry. No fue su única innovación en el campo de la medicina. Tras su experiencia como cirujano en la Segunda Guerra Mundial, desarrolló y patentó una válvula para el drenaje de heridas que fue muy utilizada en Vietnam. También ideó procedimientos para tratar enfermedades pulmonares crónicas y para las volver a enseñar a tragar a víctimas de infartos. La «maniobra Heimlich» ha perdido brillo en los últimos años. La Cruz Roja y otras organizaciones han pasado a favorecer el golpeo de la espalda antes de realizar la técnica en caso de atragantamiento, por las lesiones que puede provocar. Además, la idea de Heimlich de utilizar la técnica para ahogados en el agua ha sido muy combatida. Heimlich aseguró que usó su maniobra el pasado mayo para salvar la vida de una compañera de su residencia de ancianos, que se había atragantado con un hueso. Él tenía 96 años y ella, 87. Heimlich dijo que era la primera vez que la utilizaba con sus propias manos.