‘No soy fan de la pornografía’ afirmó Hugh Hefner a la revista DONJUAN
En el año 2009, el hombre que revolucionó el mundo con la revista Playboy, habló con la revista colombiana.
Hugh Hefner, el creador del emporio Playboy, fue a su manera un impulsor de la revolución sexual que se vivió desde los años 50 y 60 en Estados Unidos. A partir de su revista con contenido para adultos, que llegó a vender hasta 7 millones de copias por edición en todo el mundo –y fue traducido a todos los idiomas e incluso al braile–, propuso una manera diferente de entender la sexualidad sin tapujos.
Por ello era tan admirado como vilipendiado, lo que se sumaba a los excesos en su vida, con las fiestas en la llamada mansión Playboy, o la habitual bata roja, que retrataba una intimidad que se hacía pública. Esta es una versión condensada de la entrevista que publicó la revista Donjuan en el 2009.
–Hello there –dice Hugh Hefner al otro lado de la línea, en su oficina de Los Ángeles. Su voz de trompeta desafinada no hace pensar en el mundo que ha creado, lleno de rubias en shorts de jeans que conducen tractores; conejos, culos bronceados repletos de vellos rubios alrededor de una piscina y tetas gigantes.
Su voz recuerda a la de Popeye el marino, y ese saludo, “Hello there”, no hace pensar en un hombre multimillonario que vive en una mansión de estilo victoriano con tres novias de 23 y 19 años, que hace fiestas multitudinarias llenas de personalidades de Hollywood y que en épocas mejores tenía un jet privado, The Big Bunny, con 21 camas y discoteca a bordo. Su saludo es más el de un campesino que grita dentro de un pozo buscando a su perro.
El imperio Playboy ya no es el de antes. Una de las mansiones fue vendida por 10 millones de dólares menos de lo esperado (18 millones) y sus acciones, después de la crisis, perdieron su valor en 60 por ciento, pasando de 10 dólares hace unos años a un promedio entre 4 y 3 dólares en 2009.
Desde 2008, Playboy Enterprises Inc. ha despedido a cerca de 80 personas, y otras, como dos de las novias de Hefner del programa The Girls Next Door, quisieron irse porque ya habían conseguido su objetivo: usar el reality para ganar atención mediática, no sin antes dejar muy en claro que el secreto de la virilidad de Hefner es el Viagra. The Big Bunny fue vendido y terminó sus días de lujo haciendo vuelos de Aeroméxico hasta 2004.
Christie, la hija de Hugh Hefner y CEO de la compañía desde 1988, renunció en enero de 2009 para dedicarse a labores benéficas después de haber sido la artífice del éxito de la compañía en los años 90. Los planes de la empresa para hacer frente a la crisis están centrados en acabar con la producción de títulos en DVD y volcar todo el poder a internet, que en cierta forma ha sido el culpable de la caída del negocio por la piratería, la saturación del mercado pornográfico en la red y la amenaza que representa para los medios impresos.
Playboy es un patrimonio de la humanidad y una marca tan poderosa como Coca-Cola, que se ha sostenido por la capacidad de trabajo inagotable de su fundador.
¿Usted piensa que en la era de internet las revistas van a desaparecer?
Pienso que la generación de ahora lee menos que la de antes. Esto se debe a que tiene un pobre conocimiento de la historia. En todo caso, nunca va a ser lo mismo leer un libro o una revista que leer en internet. No creo que los periódicos y las revistas vayan a desaparecer. Con los avances de la tecnología, uno puede ganar o perder algo. Es una cuestión de énfasis, de qué puede dar cada medio.
Texto publicado en el TIEMPO, diario de Bogotá, Colombia. Escrito por Simón Posada