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Observan la mayor llamarada solar nunca vista en una estrella similar al Sol

Un equipo internacional de astrónomos, capitaneado por Kosuke Nomekata, del Observatorio Astronómico Nacional de Japón, acaba de ser testigo de la mayor eyección de masa coronal registrada hasta ahora, decenas de veces más intensa de las que los científicos pueden ver en nuestro sistema solar. La estrella responsable, EK Draconis, expulsó violentamente una cantidad nunca vista de energía y partículas cargadas. Si alguna vez el Sol hiciera algo parecido, la magnetosfera terrestre, el ‘escudo’ natural que nos protege de eventos similares, no podría evitar que la letal radiación llegara hasta la superficie de la Tierra. El inquietante hallazgo se acaba de publicar en ‘Nature Astronomy’.

Según explica Yuta Notsu, de la Universidad de Colorado en Boulder y coautor del estudio, los investigadores estudiaban cómo se producen las tormentas solares en otras estrellas similares a la nuestra.

El Sol ‘dispara’ este tipo de eyecciones de forma regular. Están formadas por nubes de partículas extremadamente calientes, o plasma, que pueden atravesar el espacio a velocidades de millones de millas por hora. Y si una eyección de masa coronal golpea la Tierra de lleno, podría freír los satélites en órbita y quemar los transformadores de las redes eléctricas que dan servicio a nuestras ciudades.” ‘Las eyecciones de masa coronal -afirma Notsu- pueden tener un impacto grave en la Tierra y la sociedad humana”.

Durante su investigación, Namekata, Notsu y sus colegas utilizaron telescopios terrestres y espaciales para observar EK Draconis, a 111 años luz de distancia, que parece una versión joven del sol. En abril de 2020, el equipo observó cómo esta estrella expulsaba una nube de plasma abrasador con una masa de mil billones de kilogramos, más de 10 veces mayor que la eyección de masa coronal más poderosa jamás registrada en una estrella similar al Sol.

Puede suceder en el Sol
Según Notsu, “este tipo de eyección de gran masa también podría, teóricamente, ocurrir en nuestro Sol. ‘Esta observación puede ayudarnos a comprender mejor cómo eventos similares pueden haber afectado a la Tierra e incluso a Marte a lo largo de miles de millones de años”. El investigador explica que las eyecciones de masa coronal se producen a menudo justo después de que la estrella emita un fuerte destello, una explosión repentina y muy brillante de radiación que puede extenderse hacia el espacio.

En el Sol, esta secuencia de eventos suele ser bastante ‘tranquila’, por lo menos desde que los científicos estudian regularmente el comportamiento solar. Pero en 2019 Notsu y sus colegas publicaron un artículo en el que mostraban que las estrellas jóvenes similares al Sol son capaces de producir erupciones como las nuestras, pero decenas, o incluso cientos de veces más poderosas. Y en teoría, una ‘super llamarada’ de esta clase también podría ocurrir en el Sol de la Tierra, aunque no muy a menudo, quizá una vez cada varios miles de años.

Aún así, el equipo de Namekata y Notsu emprendió su estudio para responder una pregunta: ¿podría una super llamarada conducir a también a una super eyección de masa coronal? “Las super llamaradas -explica Notsu- son mucho más grandes que las llamaradas que vemos surgir del Sol. Así que sospechamos que también producirían eyecciones de masa mucho mayores. Aunque hasta hace poco, eso era solo una conjetura”.

Para averiguar la verdad, los investigadores decidieron estudiar EK Drakonis, una estrella que tiene el mismo tamaño del Sol aunque es mucho más joven, apenas unos 100 millones de años. En palabras de Notsu, “es como se veía nuestro Sol hace unos 4.500 millones de años”.

Durante el invierno y la primavera de 2020, los científicos observaron la estrella durante 32 noches. Para ello utilizaron el satélite TESS, de la NASA, un instrumento pensado para descubrir exoplanetas en tránsito, y el telescopio SEIMEI, de la Universidad de Kioto. Y el 5 de abril de 2020 sonó la campana: los investigadores vieron cómo EK Draconis estallaba en una super llamarada, una realmente grande. Alrededor de 30 minutos después, el equipo observó lo que parecía ser una eyección de masa coronal alejándose de la superficie de la estrella, un ‘monstruo’ que se movía a más de un millón y medio de km/h.

Lo cual podría no ser un buen augurio para la vida en la Tierra, ya que el estudio insinúa que también nuestro Sol podría llegar a estos extremos de violencia. Y aunque este tipo de súper erupciones fueron sin duda mucho más comunes durante la juventud de nuestra estrella, nada indica que, de vez en cuando, no puedan volver a suceder. Según el estudio, estas gigantescas eyecciones del pasado podrían haber ayudado a que planetas como Marte o la propia Tierra sean tal y como los vemos hoy.

La atmósfera del Marte actual -concluye Notsu- es muy delgada en comparación con la de la Tierra. En el pasado, pensamos que Marte tenía una atmósfera mucho más espesa. Las eyecciones de masa coronal pueden ayudarnos a comprender lo que le sucedió al planeta hace miles de millones de años”.

Tomado de:

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