Olivetti, en busca del ordenador perfecto
En 1997, Olivetti vendía su línea de negocio de ordenadores personales. El comprador era un fondo de inversión, Piedmont International, que pagó una cantidad de entre 159 y 190 millones de dólares de la época. Fabricantes taiwaneses como ASUS, MSI o Gigabyte hicieron inviable la fabricación de ordenadores desde Italia, más caros que la competencia. Se ponía así fin a la producción de ordenadores Olivetti, iniciada a finales de los 50, y que pretendía rejuvenecer a esta multinacional italiana que desde su nacimiento, a principios del siglo XX, había fabricado principalmente máquinas de escribir.
Por aquel entonces, Olivetti estaba en manos de Adriano Olivetti, hijo del fundador, Camillo Olivetti. Fundada en 1908 en la pequeña población de Ivrea, Italia, en 1930 ya contaba con su primera fábrica en el extranjero y en 1948 entró en el negocio de las calculadoras electrónicas con su división Divisumma. Una empresa familiar con la calidad y el buen diseño como señas de identidad que supo actualizarse a medida que otros productos hacían sombra a sus máquinas de escribir, producto insignia desde su nacimiento y que no cesó de fabricar hasta 1994.
La historia de las máquinas de escribir Olivetti es más o menos conocida por todos, y los más viejos del lugar hemos podido disfrutar de varios modelos de estas piezas de arte que combinaban con armonía funcionalidad y buen diseño. Pero menos tratada es su etapa informática en la que intentó hacerse un hueco en el diseño y fabricación de computadoras, desde Italia, lejos de la industria informática de Estados Unidos donde IBM, Hewlett-Packard, Apple y otros luchaban por hacerse con el pastel del mercado de ordenadores personales.
Veamos cómo le fue a Olivetti en esta ambiciosa tarea que, aunque no terminó muy bien como hemos visto al principio, sí tuvo grandes momentos para el recuerdo.
Las primeras computadoras
El primer ordenador Olivetti se llamó Elea 9003, un mainframe que se lanzó al mercado en 1959, poco después del Siemens 2002 alemán y meses antes del primer IBM con transistores norteamericano. Primero de Olivetti y primero de Italia.
Acrónimo de Elaboratore Elettronico Aritmetico, (Procesador aritmético de señal electrónica) y renombrado más tarde como Elaboratore Elettronico Automatico (Procesador automático de señal electrónica), se trataba de la primera incursión de Olivetti en el sector de la computación en una época en la que la computación en sí misma estaba descubriendo los transistores, los circuitos impresos y otros elementos que permitieron en los años siguientes reducir el tamaño de las gigantescas computadoras de principios de los 50.
Gran parte del mérito lo tiene Mario Tchou, ingeniero italiano de origen chino que dirigió el equipo de científicos de la Universidad de Pisa y de ingenieros de Olivetti para crear esta primera computadora made in Italy. Con tan solo tres prototipos, de ahí lo de Elea 9003 y no 9000, lograron crear la primera computadora comercial que funcionaba enteramente con transistores.
En una época en la que las computadoras eran adquiridas por grandes empresas y organismos públicos, Elea 9003 tuvo relativo éxito, con 40 compradores entre los que destaca el banco Monte dei Paschi di Siena. Así pues, Olivetti siguió probando suerte con la serie Elea 6000 (1964), con menor capacidad de procesamiento y, por ende, más barata. También hubo una serie Elea 4000 que fue comprada y distribuida por General Electric bajo su propia marca.
La línea de computadoras mainframe Elea finaliza con su venta a General Electric. Para entonces Adriano Olivetti y Mario Tchou habían fallecido y había cierto desinterés en seguir fabricando y diseñando computadoras de este tipo. En cualquier caso, Olivetti se centrará en los ordenadores personales, que ya empezaban a despuntar en la segunda mitad de la década de 1960.
El ordenador personal
Cuando hablamos de ordenadores a todos nos vienen a la mente los ordenadores personales, los que llegaron a oficinas, bibliotecas, escuelas y a los hogares de quienes se los podían permitir. Pocos han tocado un superordenador pero sí un PC.
La paternidad del ordenador personal se atribuye a IBM con su IBM 610, anunciado en 1957. De menor tamaño de los ordenadores de aquel entonces, el objetivo era que se pudiera manejar por cualquiera sin necesidad de ser ingeniero o matemático.
Olivetti también hizo historia en la computación personal, historia que empieza con su Programma 101 de 1965 diseñado por el ingeniero italiano Pier Giorgio Perotto. Más parecido a una calculadora electrónica que a una computadora, integraba una impresora de carrete y un teclado principalmente numérico. Con un precio de 3.200 dólares de la época, vendió 44.000 unidades, la mayoría en Estados Unidos.
Olivetti Programma 101. Fuente: Wikipedia (Museo Nacional de la Ciencia y de la Tecnología Leonardo da Vinci)
Este primer ordenador tiene más parecido con las calculadoras y primeras computadoras que con los ordenadores personales a los que estamos acostumbrados. Programma 101 servía para realizar operaciones aritméticas, raíces cuadradas, fracciones, etc. Además, tenía memoria para realizar y combinar operaciones y cantidades numéricas. Por otro lado, los programas se grababan en tarjetas de plástico con una cara magnética. En cuanto a su diseño, caló tan fuerte que en la actualidad podemos ver un ordenador Programma 101 en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
En años venidores Olivetti lanzará más ordenadores personales, como el P602 (1971), su primer miniordenador y que recibió varias actualizaciones, como el P652 (1973). En paralelo, también lanzó terminales para conectar con mainframes, como el TC800 (1974) enfocado al sector financiero.
Pero si queremos ver un PC Olivetti tal y como entendemos hoy en día un ordenador personal debemos saltar a la serie M y más concretamente al Olivetti M20 de 1982, su primer ordenador personal de 16 bits. Con un procesador Zilog Z8000 de 4 MHz, integraba monitor, teclado alfanumérico y memoria de 128 KB. Tenía su propio sistema operativo, Olivetti PCOS (Professional Computer Operating System), y software compatible como Executive Secretary, OliWord, Olibiz o Microsoft BASIC. En 1983, su sucesor, el M24, optó por DOS como sistema operativo y por un procesador Intel 8086 de 8 MHz, un clon del IBM PC como tantos otros, y es que en los 80, el IBM PC se convirtió de facto en un estándar en la computación personal. Como curiosidad, el Olivetti M24 se vendió en Estados Unidos bajo distintos nombres, como AT&T 6300 o Xerox 6060.
Asociándose con la británica Acorn Computers y la francesa Thomson, Olivetti venderá en Italia a partir de 1985 computadoras de estas dos compañías bajo el nombre de Olivetti, como el Olivetti Prodest PC128 o el Prodest PC1, este último similar en especificaciones a un Amstrad PC20.
Tras probar suerte con los procesadores Zilog e Intel, Olivetti también lanzará una línea de estaciones de trabajo con la CPU Motorola 68k, la LSX, iniciada en 1987 con el modelo LSX 3005 y que acabará con el LSX 5030 de 1992, ya con procesador 486.
Más adelante vendrán las series M6 y M4, más recientes. El Olivetti M4-65, por ejemplo, contaba con procesador Intel 486 de 50 MHz, 4 MB de RAM, dos disqueteras y compatible con MS-DOS 6.20 y Windows 3.1.
Ordenadores portátiles
Si en Olivetti se atrevieron con las computadoras y más adelante con los ordenadores personales, el siguiente paso estaba claro: los ordenadores portátiles.
Su primer portátil, M10, se lanza en 1983. Su aspecto recuerda a una calculadora electrónica de las que hicieron furor en los 90, con pantalla multilínea y teclado alfanumérico. Su éxito fue relativo, 24.000 unidades vendidas en 1984, lo que en Europa supuso el 22% del mercado y el 70% en Italia.
Pero para ver un ordenador portátil similar a los actuales deberemos esperar a modelos como el M15 (1985), con 512 KB de RAM, pantalla de 640×480 y baterías de níquel cadmio, o el D33 (1991), con CPU Intel 386 de 33 MHz, 4 MB de RAM, pantalla de 12 pulgadas LCD monocromo y MS-DOS.
El fin de una era
La última apuesta de Olivetti por ser alguien en el mercado de ordenadores personales fue el lanzamiento de su Olivetti Envision en 1995. Podías elegir entre dos CPU, Intel 486 de 100 MHz e Intel Pentium P75. Contaba con un teclado inalámbrico por infrarrojos, módem interno, lector de CD, funciones de fax y contestador… Y como sistema operativo, podías ejecutarlo en modo sencillo como control remoto, modo intermedio con su propio software Olipilot o un tercer modo con Windows 95.
Su propósito era hacer las veces de reproductor de audio, reproductor multimedia y computadora personal. Sin embargo, las ventas no fueron las esperadas y dejó de fabricarse al año siguiente. De ahí al cierre de esta línea de negocio y a su venta en 1997, tal y como vimos al empezar este artículo.
Al igual que ocurrió con sus máquinas de escribir, Olivetti logró compatibilizar un buen diseño exterior con las mejores prestaciones técnicas. Empezaron en un mercado en el que no tenían experiencia y con los años supieron evolucionar a la par de rivales como Apple o IBM.
Textos y foto de hipertextual.com