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Por qué es una salvajada cortar la cola a los perros

Publicación de   EL PAÍS de Madrid.

Ana Alfageme

Siempre me apena ver a mi perra, Matilda, una schnauzer miniatura, como mueve el muñón que le dejaron al cortarle el rabo cuando tenía dos o tres días de vida. Ojalá lo hubiese conservado. Aparte de la barbaridad que significa mutilar a cualquier ser vivo, la cola es importante. Así que, ¿por qué no hay que amputársela?

  1. Porque sería como cortarnos las manos a nosotros. Los perros hablan con la cola. La guardan entre las patas cuando tienen miedo, forman una interrogación con ella si están en guardia y la baten enérgicamente para mostrar su alegría. “Se comunican entre ellos y con nosotros a través de ella”, explica la veterinaria Alicia González, de la Clínica veterinaria Los Molinos de Madrid, “así que pierden la capacidad de expresarse”. “El rabo le sirve para expresar excitación, inseguridad, alegría miedo… Como ejemplo en nosotros, a veces nuestras manos nos sirven también como herramienta en conversaciones”, dice su colega y adiestradora canina Sandra Real, “no solo es lo que decimos con palabras sino todo lo que podamos expresar con las manos”.
  2. Porque les causa problemas. Los expertos dicen que les cambia. “Toda amputación a cualquier animal sea cola, cuerdas vocales, uñas en los gatos por ejemplo, cuyos fines son puramente estéticos, afectará negativamente a su comportamiento normal y a su bienestar”, dice Real, “cuidar bien de una mascota es asumir la responsabilidad de proporcionarle una buena calidad de vida y bienestar físico y emocional”.
  3. Porque tendrán peor equilibrio. La cola posee un sentido anatómico y funcional. “Da lo mismo de la raza que sea un perro, la cola está compuesta por huesos llamados vértebras caudales que tienen ademas otros tejidos asociados”, añade Real, “siendo un elemento importante para mantener el equilibrio del animal al correr, girar y otros movimientos. La función de su cola es necesaria como la de las otras partes de su cuerpo”.
  4. Porque les duele. Como le ocurrió a Matilda, a los cachorros se les corta la cola a los dos o tres días de vida. Se suele hacer de una forma parecida a cuando se clampa el cordón umbilical al nacer. Al estudiar su reacción, se comprueban signos de estrés y dolor. En un estudio con una muestra de 50 cachorros sometidos a la amputación todos ellos chillaron cuando se estaba practicando el corte.

Y entonces, ¿por qué el PP quería imponer la excepción de permitir la amputación en los cachorros de razas de perros de caza?. “Es cierto que la cola de este tipo de animales, que se mueve en látigo, se puede romper al enredarse en las zarzas mientras cazan”, observa la veterinaria Alicia González, “y en ocasiones tenemos que operarles por esa rotura, pero no tiene sentido cortársela de forma preventiva”.

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