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Qatar quiere organizar los Juegos Olímpicos en el 2036

El emirato ha recibido multitud de críticas en los últimos años durante los preparativos mundialistas, desde cuestiones relacionadas con los derechos humanos a su balance medioambiental. En el otro plato de la balanza, el país puede vanagloriarse del éxito organizativo del evento -con un coste estimado de 300.000 millones de dólares- y de las infraestructuras construidas.

Doha aspiró, sin ser elegida, a los Juegos Olímpicos de verano de 2016, 2020 y 2032. Catar planea diversificar su economía más allá de la energía y apunta para ello al deporte y al turismo, por lo que se estaría planteando una nueva campaña para 2036, según responsables deportivos.

“El Comité Olímpico Internacional (COI) no lo ha querido y creo que después del Mundial va a ser exactamente igual”, advierte Jean-Loup Chappelet, especialista del movimiento olímpico de la Universidad de Lausana.

“Ante cualquier otra candidatura, Catar no tiene ninguna opción”, estima, subrayando que ahora “el COI busca evitar las inversiones que hagan dispararse los presupuestos” y la inscripción del respeto a los derechos humanos en el contrato de la ciudad anfitriona.

El cambio de fecha del partido de apertura del Mundial, a tres meses de la competición, fue muestra para muchos de “falta de profesionalidad”. También el cambio de postura sobre la venta de cerveza en los alrededores de los estadios a apenas dos días del inicio del evento. Para Chappelet, se trata de “errores” que pueden pesar a la hora de evaluar una candidatura olímpica.

Catar y la FIFA “han marcado varios goles en propia puerta”, estimó Michael Payne, director de marketing del COI entre 1983 y 2004, aunque admite que la cuestión del alcohol “se olvidó rápido” y “la mayoría de la gente, viendo lo que Catar ha hecho, destaca que no estuvo mal”.

Como en el caso del Mundial, trasladado al otoño catarí para escapar de las altas temperaturas del verano local, unos Juegos Olímpicos en Doha necesitarían muy seguramente un cambio de fechas respecto a las habituales de julio y agosto. Hay precedentes en la historia, como por ejemplo los de Tokio en 1964 (10-24 de octubre) o los de Seúl en 1988 (17 septiembre-2 octubre).

Siete de los ocho estadios del Mundial de fútbol estaban climatizados y el responsable de su sistema de aire acondicionado estima “realizable y posible en términos de ingeniería” climatizar, por ejemplo, el recorrido del maratón.

Saud Abdulaziz Abdul Ghana, apodado “Dr Cool”, aseguró por su parte a la AFP que no había sido contactado en relación a un proyecto olímpico.

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