Tras NordStream, crecen las preocupaciones por un posible sabotaje a los cables submarinos de fibra óptica
Radio Diez de Marzo comparte:
Dinamarca y Suecia detectaron la semana pasada dos fugas en los gaseoductos NordStream 1 y Nordstream 2, que son los encargados de enviar gas natural de Rusia a Europa a través del mar Báltico. Todavía no se conoce la razón, sin embargo, los rumores de que se trata de un sabotaje por parte del Kremlin no dejan de aumentar.
Los daños a los gaseoductos se produjeron cerca de la isla de Bornholm (Dinamarca): uno a 88 metros de profundidad y otro a 70 metros de profundidad. Dichas macrotuberías están protegidas por 15 centímetros de acero y hormigón y es complicado acceder a ellas sin alertar a las autoridades.
“Por lo que hemos visto, es altamente probable que haya sido deliberado y no por accidente y es muy improbable que haya sido alguien que no sea un Estado sin ser detectado”, opinó Khashayar Farmanbar, el ministro de Energía suizo. Estas afirmaciones aludían a Rusia y el posible sabotaje energético.
Los cables submarinos tienen estructuras más finas y delicadas que los gaseoductos
No obstante, de momento todo son sospechas y todavía no se sabe nada con certeza. Mientras tanto, el temor ante la posibilidad de que dañen los cables submarinos de telecomunicaciones también crece, ya que su infraestructura es supuestamente más vulnerable que la de los gaseoductos que se han visto perjudicados.
A través de los cables submarinos de telecomunicaciones, Google asegura que se genera el 98% del tráfico internacional de Internet actual. Por lo que un ataque contra parte de esta infraestructura podría suponer problemas en la red y grandes pérdidas económicas (la instalación de un cable cuesta millones de euros).
Junto al área en la que NordStream 1 y 2 se han dañado, hay varios cables submarinos de fibra óptica que, de romperse, podrían suponer apagones parciales de Internet. Estos podrían dañarse por las fugas de los gaseoductos o por un corte similar al que han realizado en ellos.
Si el daño afectase al rendimiento de los cables, podría haber consecuencias negativas, como que hubiese una peor conexión o una caída momentánea de Internet en algunos territorios. Sin embargo, no habría un apagón total de Internet mundial, puesto que en todo el planeta hay cables submarinos instalados que seguirían funcionando.
Los cables submarinos cercanos a la rotura de los NordStream 1 y 2
El Báltica: de 437 kilómetros. Conecta Kolobrzeg (Polonia), Ystad (Suecia) y Gedser (Dinamarca).
El Denmark-Poland 2: de 110 km. Llega hasta Mielno (Polonia).
El Rønne-Rødvig: de 153 km. De la isla Bornholm a Rodvig (Dinamarca).
El C-Lion 1: de 1.172 km. Conecta Hanko y Helsinki (Finlandia) con Rostock (Alemania).
¿De qué se componen y cómo funcionan estos cables?
Se trata de infraestructuras consistes en un núcleo de fibra óptica recubierto y protegido por capas de cobre, policarbonato, aluminio, acero y polietileno. Su objetivo es sencillo: permitirnos estar conectados a Internet desde cualquier punto de la Tierra -el 98% de todo el tráfico web internacional viaja a través de ellas-.
Según datos de TeleGeography, una de las empresas más importantes de este sector, en 2022 hay 530 cables submarinos activos y planificados en todo el mundo. Si bien, advierten, este número cambia constantemente a medida que entran en servicio nuevos cables y se retiran de servicio los cables más antiguos.
Para que entendamos mejor su presencia, esta compañía ha elaborado uno de los mapas más detallados que existen actualmente:
Desde TeleGeography afirman que, durante la mayor parte de su viaje a través del océano, “un cable suele ser tan ancho como una manguera de jardín”. “Los filamentos que transportan señales de luz son extremadamente delgados, aproximadamente del diámetro de un cabello humano”, añaden. Eso sí: los cables tendidos más cerca de la costa, que se encuentran enterrados bajo el lecho marino, utilizan capas adicionales de blindaje para una mayor protección.
La instalación de un cable submarino es bastante compleja, pero podríamos resumirla en tres pasos. El primero sería el sondeo previo, es decir, analizar los fondos marinos mediante cartas y estudios con barcos especializados para definir exactamente por dónde debe discurrir el cable y qué características -longitud, protecciones, etc.- debe tener.
Una vez esto está definido, se pasa a la etapa de fabricación: en centros especializados y normalmente cerca de un puerto, se manufactura el cable personalizado, ya que no existen dos cables iguales.
Por último, se carga el cable en un barco y se procede a su despliegue. En las zonas cercanas a la costa se entierra o protege el cable, puesto que es donde más riesgos existen, y a partir de los 1.000 metros de profundidad el cable se tiende sobre el lecho marino.
Algunos cables son más cortos, como el cable CeltixConnect de 131 kilómetros entre Irlanda y Reino Unido. Por el contrario, otros son increíblemente largos, como el cable FLAG Europe-Asia (FEA) de 28.000 kilómetros y 16 paradas -una de ellas en Estepona, Málaga-, que data de 1997 y une Reino Unido y Japón.
Tomado de: https://www.20minutos.es/tecnologia/actualidad/tras-nordstream-crecen-las-preocupaciones-por-un-posible-sabotaje-a-los-cables-submarinos-de-fibra-optica-5065842/