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Una lámpara compostable hecha con impresora 3D y cáscaras de naranja

Todo en la vida forma parte de un círculo que se retroalimenta y en el que un final puede suponer un principio, sobre todo gracias a las maravillas que aunan tecnología, sostenibilidad y diseño de interiores.

Movimientos astísticos como el Trash Art ya han dejado patente que se puede crear una pieza de arte a partir de cualquier desecho o desperdicio ya sea orgánico o artificial. Y si hay desechos aprovechables, esos son las pieles de las frutas.

Con las cáscaras de las naranjas o de los limones no solo podemos proporcionar un buen olor a nuestras casas si no que, ahora también, podemos proporcionarles luz.

‘Ohmie’ es el nuevo producto de una startup con sede en Milán que transforma los desechos de alimentos en un menaje funcional para el hogar. ‘Ohmie’ es la lámpara de mesa que ha realizado Krill Design.

Se trata de una lámpara compostable hecha de las cáscaras de dos o tres naranjas que se secan, se muelen en polvo y se agregan a una base de almidón vegetal biopolimérico.

Ese material combinado se moldea en gránulos que se utilizan en un proceso de impresión 3D que da como resultado un material con un tono homogéneo y una base texturizada.

Debido a sus orígenes orgánicos, esta lámpara minimalista, similar al cuero, varía ligeramente en color a medida que envejece e incluso mantiene su aroma cítrico característico.

“Ohmie” no es el primer producto de Krill Design que se basa en un modelo de economía circular; sus iniciativas anteriores involucran plásticos reciclados y restos de café que se someten a un proceso similar antes de ser moldeados en muebles de oficina y otros bienes de consumo.

Imaginad tener una casa hecha de mobiliario procedente de restos orgánicos como el café y la fruta; imaginad lo agradable que tiene que ser vivir envueltos en esos aromas que además aseguran que el corazón del planeta siga latiendo.

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