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¿Usa frecuente los audífonos? Conozca aquí los peligros.

La tecnología ha transformado nuestra vida y, algunas veces, hace que las nuestras rutinas se modifiquen de formas que no siempre son saludables. Un claro ejemplo de esto son los audífonos, una pieza imprescindible para miles de personas, pero que puede generar afectaciones al cuerpo si no se utiliza adecuadamente.

La versión más primitiva de este accesorio se remonta a inicios del siglo XX, cuando Nathaniel Baldwin, un hombre interesado por la Ingeniería Eléctrica, creó los primeros amplificadores de sonido; según cuentan, con el fin de escuchar mejor al orador de su iglesia mormona. Posteriormente, esta pieza cambió de utilidad principal y se masificó a partir de los años 80 con la popularización de los reproductores de música personales.

Hoy en día, es frecuente su uso y son ampliamente conocidas sus ventajas. Sin embargo, hay riesgos a los que nos exponemos cuando los usamos de mala forma.

La unidad de medida más común para el sonido son los decibeles. Para calcular el nivel de decibeles, se puede tomar como base que las turbinas de un avión tienen una intensidad aproximada de 140, el pito de un carro ronda los 100, el sonido ambiente de un restaurante los 70 y una conversación a un tono promedio los 50. Según la Organización Mundial de la Salud, OMS, es perjudicial para el oído humano la exposición a más de 85 decibeles durante ocho horas o a 100 por quince minutos.

Para hacer más gráfico el por qué, podemos imaginar que el oído tiene una especie de membrana que cuando está expuesta al ruido se va debilitando. Cuando el ruido no es muy alto, esta se desgasta lentamente y el daño es a largo plazo, pero si el ruido es excesivo puede causar daños definitivos, aunque la exposición haya sido corta.

Un estudio que analizaba la pérdida de la audición, publicado en la revista Anales de Otorrinolaringología Mexicana, muestra los impactos de la audición según la exposición al ruido.“La exposición durante 10 años a un ruido de una intensidad de 90 decibeles (dB) disminuye 3 dB la audición de una persona; si la intensidad es de 95 dB disminuye 6 dB, y si es de 100 dB llega hasta 12 dB la pérdida auditiva. Si el tiempo de exposición es de 30 años a 90 dB, se pierde un promedio de audición de 4 dB, si es de 95 dB se pierden 10 dB de audición, y finalmente, a 100 dB existe una pérdida de 18 dB”, aseguró. Por lo que la exposición constante a los audífonos puede causar tanto daños a corto como a largo plazo

El sonido máximo de los reproductores de audio puede alcanzar los 120 decibeles, por lo que en esos casos lo recomendable es escucharlo al 60% de capacidad total. Los más recomendables son los que no se incrustan en el oído, sino que son externos, como las diademas; además de que dan una mejor recepción del sonido. De la misma forma, se recomienda no utilizar auriculares por períodos de tiempos limitados ya que el uso constante de auriculares también puede causar trastornos en el sistema nervioso.

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