Economía colombiana se recuperará más lento de lo previsto: BBVA
Publicación y foto de Dinero.com
Los datos de crecimiento del PIB en el primer trimestre, así como los primeros indicadores del comportamiento del segundo trimestre llevaron a que el mercado y el Gobierno siguieran la línea del equipo técnico del Banco de la República y bajaran la proyección de crecimiento para este año.
Ya muy pocos esperan que la economía en efecto crezca el mismo 2% del año pasado. El BBVA Research, por ejemplo, proyecta para este año un PIB de 1,5% que llegaría a 2% en el 2018.
Una de las razones es que la recuperación en términos del crecimiento por consumo privado, inversión y oferta es más lenta, pese a que la inversión es ahora uno de los factores positivos de la economía mientras que la oferta es dispersa.
La razón es que cuando llegó el choque de la desaceleración global al país, lo primero en caer fue la inversión y más de un año después, cuando dicho factor se recupera, el consumo privado es el que se desacelera y da pocos signos de recuperación.
Por otro lado, el crecimiento del empleo en las 13 principales ciudades del país pasó de un promedio de 2,4% entre 2014 y 2015 a uno de apenas 0,4% entre 2016 y lo corrido del 2017, con un comportamiento volátil y signos de debilitamiento. Además, se espera que el comportamiento sea similar durante el 2018.
Bogotá es la ciudad que más empleo ha destruido durante esta desaceleración económica y completa siete meses consecutivos de destrucción de oferta laboral, un comportamiento que no alcanzan a compensar las demás ciudades del país que como Cali y Barranquilla aumentan la creación de empleo, pues la capital del país mantiene un peso importante sobre la economía nacional.
A todo esto debe sumarse la poca capacidad que tienen ahora tanto el Gobierno como el Banco de la República para aplicar políticas contracíclicas que impulsen nuevamente el crecimiento del país.
Por un lado el Gobierno ya ha hecho un ajuste en el gasto de funcionamiento al disminuirlo desde el 16,2% como proporción del PIB en el 2013 hasta el 14,7% en el 2016, algo que no es muy notorio ya que con la reforma tributaria del 2012 el Gobierno empezó a asumir los pagos al Sena e ICBF para incentivar la creación de empleo en cierto rango.
Y ya que el cumplimiento de la Regla Fiscal requiere menos gasto, el Ministerio de Hacienda ya planea un Presupuesto General de la Nación para 2018 que incluiría un “fuerte recorte” en el gasto, un acto que más bien sería una redistribución del mismo, dado que debe mantener sus programas sociales, la inversión en infraestructura y la aplicación del acuerdo de paz, entre otros factores.
Por el otro lado, el Banco de la República se enfrenta a una tasa de interés real que se mantiene en terreno contractivo, con una inflación que si bien ha disminuido y en junio regresó al rango meta, subirá nuevamente en el segundo semestre por un efecto base y terminaría el 2017 en 4,3%.
Otro indicador preocupante de la inflación es que su caída se debe principalmente al comportamiento del precio de los alimentos, mientras que otros componentes se mantienen aún lejos del 4% máximo en el rango meta del IPC.
Por esta razón, el BBVA espera que el Emisor disminuya sus tasas de interés en por lo menos 50 puntos básicos más durante el segundo semestre del año, para llegar a una tasa real neutral de 5,25% que le permita estabilidad por lo menos hasta el 2018, cuando los tipos de referencia deberían caer en otros 75 puntos hasta 4,5%.
Juana Téllez, economista jefe del BBVA Research, advirtió que “la discusión ahora es cómo incentivar la inversión y hacer nuevas reformas para impulsar nuevamente el crecimiento del PIB real y potencial”.
La diferencia entre las crisis de 1999 y de 2008 frente a la desaceleración actual, está en que en los dos primeros momentos la recuperación de la economía fue en “V”, algo que le permitió caer rápidamente para recuperarse con la misma velocidad dadas las condiciones internacionales y de política económica nacional.
Ahora la recuperación es en “L”. Es decir que luego de una rápida caída, la economía se recupera paulatinamente y mantiene cierta estabilidad. Porque, entre otras razones, en esta oportunidad los mercados internacionales no le cerraron la puerta a Colombia lo que le permitió mantener su déficit de cuenta corriente que igual se ha cerrado y llegaría a ser de 3,9% este año.