El blogger y youtuber Alan Estrada se enamorò de Colombia, esta es su historia.

Increíble! Así describen a Colombia sus visitantes extranjeros. Calificación perfecta para un lugar lleno de magia, naturaleza, cultura, música y sabrosura. Una descripción real, nada comparada con series y películas estancadas en el pasado, ávidas de rating a cuenta de exageraciones. Una valoración que pueden constatar quienes empacan maletas y recorren sus montañas, páramos, valles, selvas, llanos y costas. Así como lo hizo Alan Estrada, el bloguero de viajes hispanoparlante con mayor número de seguidores en el mundo; quien recorrió varios lugares del país.
“Alan por el mundo”, como se le conoce en su blog y su canal de Youtube, inició en Nariño, al sur del país, muy cerca de la frontera con Ecuador, una travesía de 33 días por Colombia. Luego de visitar y documentar sus experiencias en las ciudades principales, el Paisaje Cultural Cafetero, la zona andina, la punta norte del continente suramericano y la costa Caribe, concluyó que “si se quiere conocer todo no hay que viajar a Colombia, hay que vivir en Colombia, pues hay demasiado que ver y hacer”.

Su vida es un viaje
Alan Estrada, de Tepatitlán de Morelos Jalisco (México) replanteó su proyecto de vida tentado por el sueño de recorrer el mundo, disfrutar sus paisajes, aprender de las culturas y compartir con la gente. Tras un viaje ‘mochilero’ a la India y el sudeste asiático, tomó la decisión que le ha permitido conocer múltiples destinos. Desde 2010, viaja a diferentes países y comparte sus consejos y experiencias a través de un blog y un canal de Youtube con millones de seguidores.
Acompañado de su cámara y de ‘Beto’ (su drone), se camufló entre la gente y los paisajes de Colombia. Obtuvo gratas experiencias al probar masato, salpicón, buñuelo, pandebono, chontaduro, arroz bochinche, bandeja paisa, cuy y aguapanela con queso, entre otros platos tradicionales. Un extranjero que dejó una extensa lista de amigos colombianos, fruto de las tertulias y anécdotas compartidas. Un mexicano buena onda convencido de que “los colombianos son lo máximo de amables. Hablan bonito, sonríen, son educados y gentiles y para todo tienen una palabra cortés”.
El blogger y youtuber, disfrutó varios atractivos turísticos de Colombia, recomendados por diferentes agencias de viajes. El país se posiciona actualmente como uno de los principales destinos del mundo y Alan vino a comprobarlo. Con sus videos y su blog de viajes busca inspirar a quienes quieran visitarlo, atestiguando un destino barato y muy auténtico, donde la gente es genuinamente amable y hay limonadas y frutas de todos los sabores. Una travesía donde las mariposas amarillas son el preludio de lugares mágicos, abundantes en especies y diversidad. Argumentos de sobra para afirmar que “el momento de visitarlo es ahora, porque cada vez más y más personas van a descubrir sus encantos”.

El suroccidente del país
Sin duda un amanecer a orillas de la Laguna de La Cocha, un embalse natural de origen glacial incrustado en la Cordillera de los Andes, es un comienzo sublime para cualquier travesía. Allí pasó Alan su primera noche en Colombia, quien posteriormente visitó el Santuario de fauna y flora Isla de La Corota, el área natural protegida más pequeña de Colombia. Una muestra superior a las 350 especies nativas de flora y 50 especies de aves, que sirvió de antesala a la vista sorprendente del Santuario de Las Lajas, en Ipiales. Un templo construido sobre un abismo, en torno a la imagen milagrosa de Nuestra Señora de Las Lajas, la cual apareció en 1734 sobre la ladera de la montaña.

La Sucursal del Cielo
Seducido por la idea de “aprender a mover el bote”, Alan llegó a la ciudad de Cali. Una visita ambientada por la capilla de San Antonio, Monumento Nacional que se alza en el barrio colonial del mismo nombre; el monumento de El Gato del Río, del artista Hernando Tejada; y la vista panorámica desde el cerro del Cristo Redentor. No podían faltar por supuesto las caminatas por el Bulevar del Río, la Plaza de Caicedo, la Catedral Metropolitana y la Iglesia de La Merced, punto fundacional de la ciudad que se remonta a 1541.
Además del chontaduro, las carantantas y el ceviche del Pacífico, Alan probó la esencia de la Capital Mundial de la Salsa. El recorrido musical inició con la visita al Museo Jairo Varela, donde se enlazan las historias de la salsa y la capital vallecaucana. Posteriormente, visitó una de tantas escuelas de salsa en la ciudad y asistió a la función de Delirio, el fascinante y afamado espectáculo de más de 200 artistas, 4 escuelas, orquestas y acróbatas de circo. Un paso obligado, antes de ir a ‘azotar baldosa’ en La Topa Tolondra, al son de pachanga, salsa y bogaloo.

Paisaje Cultural Cafetero
El municipio de Calarcá fue el primer destino en el trayecto por los pueblos cordillerales de la región cafetera, a los que se sumaron Salento, Filandia, Córdoba y Pijao. Paisajes montañosos y de laderas verdosas, transitados por los afamados Jeep Willys que conectan los centros urbanos y las zonas rurales. Un territorio de ensueño, de principal importancia para la cultura nacional, donde abundan las cosechas de café y las antiguas fincas rurales. Allí, Alan participó en la recolección de los granos maduros, aprendió a despulparlos y disfrutó la preparación de un café dulce de calidad superior, en el país productor del café más suave del mundo.
En el trayecto probó el canelazo y los aborrajaos, antes de transitar perplejo por el afamado Valle del Cocora, en medio de imponentes palmas de cera de hasta 60 metros de altura. Experiencia que estuvo acompañada de una visita al Parque Nacional Natural Los Nevados, ubicado a 4.200 metros sobre el nivel del mar. Allí, en medio de rocas, cascadas y nacimientos de agua, frailejones y mucha neblina, quedó extasiado al contemplar la magnificencia de la naturaleza en todo su esplendor. Según él, se sintió en una locación de Game Of Thrones. Trayecto que finalizó en el Hotel Termales del Ruiz, un espacio de relajación ambientado por cientos de colibríes.
2.600 metros más cerca del cielo

La visita a Bogotá no pudo esperar.

Alan disfrutó la vista panorámica de la ciudad desde el cerro de Monserrate, sumando la que logró en la cima de la torre Colpatria. La capital, como los otros destinos nacionales, ofrece demasiadas opciones y planes, suscitando momentos de indecisión al viajero. En su visita, Alan optó por recorrer las calles empedradas de La Candelaria, que se remontan a los tiempos de la colonia y mantienen la imagen de lo que fuera la ciudad en tiempos fundacionales. Además, visitó el MAMBO, el Museo del Oro, el Museo Santa Clara y La Puerta Falsa, el restaurante más antiguo de la ciudad, con más de 200 años de historia. Agenda cultural que completó con un recorrido en bici por el Grafiti Tour.
Recorrido por la sabana
Años atrás la región de Bogotá y sus alrededores fue el epicentro de la civilización Muisca, uno de los pueblos indígenas más numerosos del país. Por esto, Alan no perdió la oportunidad de visitar La Laguna del Cacique de Guatavita, famosa por ser el lugar que dio vida a la Leyenda de El Dorado, además de su innegable belleza natural. El recorrido por la sabana estuvo acompañado de una visita al restaurante temático Andrés Carne de Res y a la Catedral de Sal de Zipaquirá, la primera maravilla turística de Colombia.

Caño Cristales y Medellín.

En el tour por Colombia se encuentran lugares como Caño Cristales, el río de cinco colores considerado el más hermoso del mundo. Alan tomó un vuelo desde Bogotá hacia la Macarena. Allí, como es habitual, viajó por un río y participó en caminatas para encontrar este tesoro natural. Posteriormente, extasiado, partió hacia Medellín, la ciudad más innovadora del mundo, para descubrir algunos de sus atractivos.
En la capital antioqueña subió en bici al cerro Nutibara, donde se encuentra el Pueblito Paisa, una réplica exacta de los pueblos antioqueños en la antigüedad. Probó el jugo de borojó, la bandeja paisa y el salpicón. Recorrió el Museo de Arte Moderno, el Parque de los Pies Descalzos, el Parque de Las Luces, la Plaza de Botero y el Museo de Antioquia. Indagó el origen de la Feria de las Flores y disfrutó del evento que, desde 1957, se celebra anualmente en la Ciudad de la Eterna Primavera. Recorrió la Comuna 13, enfrentándose a los prejuicios sobre un lugar que en años pasados fue un foco de violencia en la ciudad y hoy es un foco de cultura. Finalmente, a las afueras de la ciudad, subió a la piedra de El Peñol y visitó el colorido pueblito de Guatapé.

Punta norte del continente.

La costa Caribe colombiana agrupa varios sitios turísticos que deslumbran a cualquiera. Desde Medellín, Alan viajó a Riohacha, en el departamento de La Guajira. Este departamento se ubica en la punta norte del continente suramericano, donde las dunas del desierto y las olas del mar ondean conjuntamente. Un lugar sin igual, donde se duerme en chinchorros que se arrullan con las ventiscas habituales. En su visita, Alan documentó el paso por Manaure, Cabo de la Vela, el cerro Pilón de Azúcar, Punta Arcoíris, las Dunas de Taroa y Punta Gallinas.
Finalmente, el viajero mexicano visitó Palomino, una playa con un concepto medio ambiental, de comida vegetariana, afamado entre los turistas internacionales. Luego participó en una caminata de cinco días, hasta encontrar la Ciudad Perdida, un asentamiento indígena legendario escondido entre las montañas de la Zona Norte en la Sierra Nevada de Santa Marta. Su visita finalizó con un recorrido por Santa Marta, Barranquilla y Cartagena, tres ciudades emblemáticas, cercadas por la costa atlántica y llenas de magia e historias por contar.

Textos y foto de COLOMBIA.co

 

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