El festival para millonarios en las Bahamas que terminó siendo una pesadilla
Algunos pagaron hasta 50.000 dólares para ser parte de la experiencia y tuvieron que escaparse a las pocas horas.
Publicación del diario de Argentina
¿Qué hacen los millonarios cuando sienten que el VIP del recital ya no es suficiente? Crean un festival solo para ellos, los “anti-festival”. Así nació el Fyre Festival que prometía dos semanas de lujo en el Caribe, en una isla llena de modelos con comida gourmet y alojamiento 5 estrellas. Pero la experiencia fue una pesadilla.
El anuncio fue en diciembre y las entradas, que empezaban en 1200 dólares y escalaban a 50.000 por el paquete de alojamiento entero, se agotaron a las pocas horas. El video que vendía el evento incluía celebridades como Bella Hadid y Emily Ratajkowski llegando en jet privado a una isla de agua cristalina, bailando en la orilla y tirándose al mar desde cruceros exuberantes.
El problema es que faltó inversión y organización. La productora a cargo de coordinar el evento contó en NYMag cómo renunció al ver el caos en el que se estaba metiendo. A pocos días del evento no se había montado el escenario ni se le había pagado a las bandas que iban a presentarse.
El jueves 27 de abril, cuando empezaron a llegar los primeros, inundaron las redes sociales con quejas y fotos. La isla lujosa resultó ser una porción de tierra sin construcción, poca arena y estructuras a medio hacer. Las carpas donde iban a dormir eran tiendas de campaña que en muchos casos no estaban montadas.
¿La comida gourmet? Viandas de sándwiches de queso con lechuga. ¿El servicio VIP? Las valijas fueron arrojadas desde un container a sus dueños. Lo peor de todo fue la vuelta a la mañana siguiente, cuando todos corrieron desesperados para conseguir volver a Miami. Los vuelos internos estaban cancelados y terminaron encerrados por horas en el minúsculo aeropuerto de la “isla paradisíaca”.
Tanto las bandas, que cancelaron sus presentaciones como las modelos que fueron parte del comercial pidieron disculpas. Los organizadores fueron demandados por 100 millones de dólares.