Las madres solteras sufren calvario en Marruecos
Conocer a Amina conlleva sobrecogerse por sus ojos. Por su mirada. Es la mirada de alguien que había llevado sobre sus hombros, durante 9 meses, el peso del abandono, de la soledad, del rechazo, de la culpa. Sobre todo de la culpa. Y del odio, que percibía en las miradas de los demás, pero también el suyo propio, se odiaba a sí misma y a la criatura que llevaba dentro.
Se quedó embarazada de su pareja con 37 años. Es de una aldea muy pequeña de Marruecos, un ‘douar’ (como se conoce a estas aldeas en el Magreb) cercano a Kenitra. Su compañero le abandonó cuando le confesó que espera un hijo suyo. Y fue en ese momento cuando llegó el rechazo de su entorno: de su familia, de sus vecinos y de sus amigos. Se había convertido en una ‘chica fácil’, en una ‘indeseable’, como se llama en el país magrebí a la mujeres que se quedan embarazas fuera del matrimonio, y el bebé que llevaba en su vientre en un ‘hijo del pecado’.
Decidió seguir adelante con el embarazo. La conocí recostada sobre la almohada en la cama del apartamento que la asociación ‘100% Mamás’ tiene en Tánger para las mujeres, que como Amina (nombre falso), deciden ser madres solteras. Les dan un hogar, cuidados sanitarios y cariño. El suficiente para que dejen de sentirse culpables y empiecen a amar con locura a su bebé. “En cuanto vi al niño recordé lo que era ser feliz. Ahora solo quiero estar con mi hijo, ser una buena madre y olvidar todo lo que he pasado”, reconocía Amina mientras sostenía con ternura en sus brazos a un niño de dos meses. Su familia no sabe que está allí. Y no quiere que lo sepan.
Para las más jóvenes, sacar adelante a un niño dentro de una familia conservadora que la considera una ‘mujer indeseable’, es inviable
Pero no todas pueden o, quizás no quieren, sacar de sus entrañas la fuerza con la que Amina se enfrentó a su familia y escapó de casa. Para las más jóvenes sacar adelante a un niño dentro de una familia conservadora, con padres y hermanos que jamás permitirían que su hija o hermana fuera considerada una ‘mujer indeseable’, es algo inviable. Y optan por abortar de forma clandestina -el aborto solo es legal en Marruecos en caso de violación, malformaciones, salud mental de la madre o en caso de que la vida de la madre corra peligro- o, si no tienen recursos, se ven obligadas a abandonar a la criatura después de nacer.
En el país magrebí, 50.000 bebes nacen al año fruto de relaciones extramatrimoniales, 123 al día. De esos 123, 24 son abandonados a diario, según datos de un informe sobre madres solteras de INSAF (una asociación marroquí que trabaja por los derechos de los niños y las madres solteras). Solo en Casablanca, 300 niños son abandonados en los contenedores al año, según informaba una investigación del periódico francés ‘Le Monde’.
Muchas de estas madres son víctimas de violaciones o abandonadas por sus parejas cuando se quedan embarazadas, como Amina. Muchas vienen de “áreas rurales dónde las mujeres no tienen acceso ni a una consulta prenatal ni posparto”, según la Asociación Marroquí de Planificación Familiar (AMPF). O no tienen la posibilidad de abortar, por falta de recursos o de información. Llevan su embarazo a escondidas durante nueve meses, dan a luz solas y después abandonan al recién nacido.
Textos tomados de Foto de Telemundo