Las “peticiones” del Papa Francisco
Cuatro visitas a Latinoamérica ha realizado el Papa Francisco desde que asumió, en septiembre de 2013. Durante esos viajes ha pasado por Brasil, Ecuador, Bolivia, Paraguay, México y Cuba, dejando numerosas anécdotas y recuerdos. Muchos de ellos tienen que ver con las “peticiones” y los preparativos que se tuvieron que realizar en cada país para su visita. Cada detalle, desde la comida hasta la movilización, han sido determinados por una característica esencial: la austeridad, uno de los sellos del Papa Francisco, y que seguramente marcarán su visita a Chile, el próximo 15 de enero.
Pero antes de eso, el Papa Francisco tiene programada una visita a Colombia, en septiembre de este año. Para esa ocasión, ya se han hecho algunas peticiones. Una de ellas: nada de hoteles. El Papa dormirá en la Nunciatura Apostólica de Bogotá, que será adaptada para recibirlo a él y su comitiva. Además, el Pontífice hizo una solicitud especial en ese país, y es que lo acompañe la Virgen de Chiquinquirá. Para eso, la imagen de la Virgen será trasladada vía aérea desde su santuario en Boyacá hasta la Catedral Primada de Bogotá.
Un papamóvil modesto
La austeridad se refleja en el tradicional medio de transporte de los pontífices modernos: el “papamóvil”. A diferencia de su antecesor, Benedicto XVI, el Papa Francisco prefiere que estos vehículos sean abiertos y no blindados, con mucho “aire”, lo que a veces levanta preocupaciones en los grupo de seguridad. Durante una entrevista en el diario La Vanguardia, de España, en 2014, el Papa recordó que “en Brasil me habían preparado un papamóvil cerrado, con muchos vidrios, pero yo no puedo saludar a un pueblo y decirle que lo quiero dentro de una lata de sardinas. Aunque sea de cristal, para mí eso es un muro. Es verdad que algo puede pasarme, pero seamos realistas, a mi edad no tengo mucho que perder”.
Cuando no está en actos masivos, el líder de la Iglesia Católica se moviliza por las ciudades en vehículos sencillos, nada de marcas de lujo. En Paraguay, por ejemplo, optó por el mismo Peugeot blanco 405 SR, del año 1988, en el que se había movilizado Juan Pablo II, y que hasta ese entonces se mantenía en exhibición. En su visita a México el año pasado, el Pontífice se transportó en un pequeño Fiat 500L blanco, el mismo modelo que había utilizado en su paso por Estados Unidos.
¿De almuerzo? Pollo con arroz
A sus 80 años, el Papa Francisco cuida mucho su salud en los viajes, con comidas livianas, compuestas principalmente de carnes blancas, frutas y verduras, además de espacios reservados para su descanso. El sacerdote boliviano Hugo Ara, miembro de la comisión de comunicación para la visita del Papa a Bolivia, recuerda que uno de los requisitos de las comitivas del Vaticano que visitaron el país era que “la alimentación debía ser leve”. Además, en varios de esos países se dispone un cuarto pequeño, en el que el Papa toma una pequeña siesta después de cada comida.
En Cochabamba, uno de los requisitos desde el Vaticano para la llegada del Papa fue que hubiera disposición de hojas de coca, por si le afectaba la altura.
Antes de su viaje a México, en febrero del año pasado, ocurrió una situación atípica cuando, en medio de un acto masivo en el Vaticano, un hombre le gritó al Pontífice: “¡Te esperamos en México!”, a lo que el Papa respondió: “¿Con tequila o sin tequila?”. A pesar de que surgieron bromas de que el Papa tomaría la tradicional bebida mexicana, en su viaje no hubo nada de alcohol y se optó por una dieta liviana, con una solicitud especial: nada de picante. En Chiapas, la mujer encargada de cocinarle fue María Socorro Arizmendi, hermana del Obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi, quien hospedó al Pontífice. En esa ocasión, el Papa aprovechó de reunirse a la hora de almuerzo con algunos obispos y personas de comunidades indígenas. El menú consistió de un solo plato, sin entrada ni sopa, compuesto por pollo, arroz blanco y champiñones.
Actos inesperados
El Papa Francisco también es conocido por sus gestos espontáneos. Por ejemplo, en su visita a Bolivia en 2015, el sacerdote Ara recuerda que el Pontífice “había recibido condecoraciones el día anterior, y antes de partir, en la capilla de la casa donde se hospedaba, las dejó a los pies de la Virgen de Copacabana, para que sea protegido por el amor maternal de María”, recuerda.
El secretario general adjunto de la Conferencia Episcopal Boliviana y coordinador de aquella visita, José Fuentes, recuerda que en la última reunión que tuvo con los obispos de la Conferencia Episcopal antes de irse del país “tuvo un detalle que no estaba en el programa. Llamó a todos quienes habían estado trabajando en las distintas comisiones para la preparación de la visita y saludó personalmente a cada uno de ellos. Es un hombre muy cercano a la gente”
Pero ese mismo afán por mantener los viajes austeros han llevado a anécdotas insólitas. Por ejemplo, en esa ocasión, en Bolivia, el Papa Francisco realizó una liturgia en el monumento del Cristo Redentor en la ciudad de Santa Cruz. Para ello, y ante la falta de otro lugar más cercano, se utilizó como sacristía un local de Burger King, donde el papa y 60 obispos se cambiaron de ropa para la ceremonia.
Previo a su llegada, los funcionarios del local trabajaron con intensidad, cubriendo con telas blancas las ofertas de hamburguesas y los precios de los “combos”, para hacer el lugar más apropiado.
En Chile, habrá otras historias.
Publicación de La Tercera