album-art

Los daños colaterales de la cocaína en Colombia, el primer productor mundial

Han pasado ya 25 años desde la desaparición del escenario del narcotráfico mundial del siniestro Pablo Escobar pero los problemas derivados de la producción y comercialización de la cocaína, la droga ilícita por excelencia, no han dejado de crecer, especialmente en Colombia, el primer productor mundial.

El informe anual de la oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito sobre cultivos ilícitos, que ha sido noticia a nivel mundial en los últimos días, constata un dato ya conocido por otros anteriores como el de la Oficina de Política Nacional para el Control de Drogas (ONDCP) de Estados Unidos y las estimaciones del propio Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (SIMCI): las plantaciones de coca en Colombia ascienden a 171.000 hectáreas, un 17 % más que en el año anterior lo que se tradujo en un 31 % de incremento en la producción de cocaína, situándola en unas 1.315 toneladas.

El dato en sí es alarmante porque supone un récord en la historia de esta actividad delictiva en el país, que ya era el primer productor mundial y convierten al codiciado polvo blanco en en el tercer producto más exportado de Colombia, después del petróleo y el carbón y más grande que el del café.Las estimaciones del SIMCI cifran el negocio de la exportación de cocaína en el año  2017 en unos 2.700 millones de dólares, frente a los 2.500 millones que entran en en el país por el café, el producto por excelencia de la agricultura colombiana.

Según la misma fuente, de esos 2.700 millones, el mercado de la hoja de coca solo suponen 371 millones de dólares y el de la base de cocaína de 1.315 ya que, ante el aumento de la disponibilidad de la materia prima y del incremento de la producción, el precio del clorhidrato de cocaína bajó un 11 % y se tradujo en una disminución de un 28 % del valor de la  hoja fresca y un 14 % de la pasta de coca. La ley de la oferta y la demandaEste incremento de la producción responde básicamente al incremento de la demanda, tanto en los Estados Unidos, el primer mercado mundial, como en el resto del mundo, incluidos los mercados emergentes de China y Australia, donde los precios de venta al consumidor final se disparan hasta triplicar los de EE.UU. y duplicar los del siempre boyante mercado europeo.

Cubrir ese incremento de la demanda, a pesar de la creciente efectividad de la lucha policial contra esta lucrativa actividad ilícita está resultando posible gracias a una serie de circunstancias internas en el principal país de origen de la producción. Los expertos destacan como una de las más determinantes la reestructuración de los grupos armados en Colombia tras la desmovilización de las FARC, que ha convertido a  las células de ex militantes disidentes de esa guerrilla en uno de los principales promotores del negocio del narcotráfico.

Hectáreas de coca
Fuentes de la  Fundación Ideas para la Paz cifran en 1.200 -4.000 según agencias de inteligencia internacional-  los ex guerrilleros que siguen alzados en armas, 700 de los cuales tendrían presencia en los departamentos de Putumayo, Caquetá, Guaviare, Guainía y Vaupés, donde controlan los cultivos de coca y las rutas del tráfico de droga.

El politólogo colombiano Ariel Fernando Ávila, director de la  Fundación Paz y Reconciliación, en un reciente análisis publicado en Semana.com, apuntaba cuatro causas que explican, según él,  el aumento de los cultivos de hoja de coca en Colombia. La primera, la fluctuación del precio de la onza del oro: «Mucha población -explica- fluctúa entre la minería ilegal del oro y los cultivos de coca, de tal forma que cuando el precio del oro cae, se van a sembrar coca y a la inversa». La segunda, la revaluación del dólar. «Hace algunos años el precio de la divisa  de referencia estaba en 1.800 pesos, actualmente está cerca a los 2.900 pesos, como en cualquier mercado, esto tuvo un impacto dinamizador en esta economía ilegal», concluye.

La tercera, el aumento del consumo de cocaína en varios países:  «Estados Unidos -concreta- volvió a aumentar el consumo, Brasil es hoy el segundo consumidor de mundo, Argentina y varios países europeos han elevado la demanda de cocaína, de hecho, el precio del gramo en la calle aumentó en los años 2012 y 2013. Por ejemplo, la cocaína cortada o sin pureza costaba 84 dólares el gramo en 2011 y en 2013 pasó a 91 dólares. Actualmente estaría en 93. Sin cortar o con grados altos de pureza estaba en 2011 en 179 dólares el gramo en calle, y en  2013 pasó a 190. Actualmente estaría en 165 dólares. Tanto la revaluación del dólar como el aumento de los precios en Estados Unidos dinamizaron el mercado».

En cuarto lugar cita el vacío de poder que se generó con la salida de las Farc de sus zonas de operación que «llevó al surgimiento y llegada de diferentes estructuras criminales, que aumentaron la presión sobre los campesinos para que sembraran más hoja de coca. Sumado a ello, en varias regiones del país, pero no en todas, familias de cocaleros aumentaron la siembra ante la expectativa de recibir beneficios en el marco del acuerdo de paz. Como se ve -concluye- las razones son múltiples, pero resulta claro que mientras los precios estén altos y la demanda aumente, será difícil doblegar este mercado ilegal».

A esta ya de por sí compleja realidad se suman los daños colaterales que genera esta actividad ilícita por donde pasa. Prosigue el asesinato de líderes sociales: 295 entre entre diciembre de 2016 y junio de 2018. Los departamentos más azotados por esta ola de violencia son Nariño, Putumayo y Antioquia, los tres aparecen entre los cinco con más cultivos ilícitos. Más coca, menos bosquesEl último informe del SIMCI alerta también de los devastadores efectos del crecimiento de los cultivos de hoja de coca sobre el ecosistema colombiano, uno de los más ricos del mundo. El 34% de los cultivos de coca identificados están plantados en áreas que en 2014 eran bosques. Otro dato menos preocupante  sobre el impacto en la sostenibilidad ambiental es que el 5% de la coca está sembrada en parques naturales, y el 27% a menos de 20 kilómetros de una de esas áreas protegidas.

Todo ello  no no es casual. Coincidiendo con el comienzo de las negociaciones de paz con las Farc se suspendieron las fumigaciones con glifosato, una sustancia altamente nociva para la salud humana -se constataron sus efectos cancerígenos- y para los cultivos legales.Fue la política de fumigaciones instada y financiada por Estados Unidos a través del polémico Plan Colombia lo que desplazó los cultivos hacia los parques naturales o sus inmediaciones que eran santuarios naturales y ahí se seguirán refugiando si el inquilino de la Casa Blanca impone la reactivación la aspersión con glifosato.

Con este panorama cada vez son más las voces sin intereses directos  o indirectos en el jugoso negocio del oro blanco las que se preguntan: ¿tiene sentido seguir manteniendo la actual política oficial  sobre la comercialización de las drogas ilícitas? ¿no ha llegado la hora de darle el mismo tratamiento que las legales: alcohol y tabaco?

Textos y fotos de  Investigación del periodista Julio Á. Fariñas

Login

Welcome! Login in to your account

Remember me Lost your password?

Lost Password