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¿Podrían muchos casos de “demencia” en los hombres ser cirrosis hepática?

Un nuevo estudio de veteranos de EE. UU. que envejecen encuentra que uno de cada 10 que han sido diagnosticados con demencia en realidad podría tener unas deficiencias cerebrales provocadas por la cirrosis hepática.

Es una afección llamada encefalopatía hepática, y con frecuencia se puede tratar, explicó un equipo dirigido por el Dr. Jasmohan Bajaj, del Centro Médico de la VA de Richmond, en Virginia.

El diagnóstico erróneo como demencia puede estar retrasando el tratamiento de la encefalopatía hepática para demasiadas personas.

“La detección temprana de los problemas hepáticos permite intervenciones específicas y abre vías para abordar los factores tratables que contribuyen al deterioro cognitivo”, dijo Bajaj. Es un destacado experto en encefalopatía hepática y también trabaja en el Instituto Stravitz-Sanyal de Enfermedades Hepáticas y Salud Metabólica, que forma parte de la Universidad de la Mancomunidad de Virginia.

La cirrosis hepática (una cicatrización gradual y una disfunción del tejido hepático) puede tener muchos factores contribuyentes. Estos incluyen la edad, ser hombre, el consumo de alcohol, la hepatitis viral, la insuficiencia cardíaca congestiva y otras condiciones de salud.

Las investigaciones han demostrado que alrededor del 30% de los veteranos tienen algún tipo de enfermedad hepática.

La cirrosis hepática, en particular, puede afectar al cerebro. La encefalopatía hepática ocurre cuando un hígado disfuncional permite una acumulación de toxinas en la sangre que luego llegan al cerebro.

Esto, a su vez, puede desencadenar episodios de delirio o confusión que podrían parecerse a la demencia, anotaron los investigadores.

Sin embargo, mientras que la demencia es casi imposible de revertir, la encefalopatía hepática es muy reversible con medicamentos que limpian la sangre de toxinas.

Sin este tratamiento, los pacientes con encefalopatía hepática pueden caer en coma e incluso morir.

Por lo tanto, “este vínculo inesperado entre la demencia y la salud hepática enfatiza la importancia de evaluar a los pacientes en busca de contribuyentes potencialmente tratables al deterioro cognitivo”, dijo Bajaj.

El último estudio fue provocado por casos que Bajaj ha visto de primera mano. Dos pacientes varones mayores fueron diagnosticados con demencia con enfermedad de Parkinson concurrente. Pero una vez que se detectó y trató su encefalopatía hepática, ambos se recuperaron, y un paciente se recuperó hasta el punto en que pudo comenzar a conducir nuevamente, dijo Bajaj.

En el nuevo estudio, el equipo de Bajaj revisó los expedientes médicos de más de 177,000 veteranos de EE. UU. que habían sido diagnosticados con demencia entre 2009 y 2019. Ninguno de los pacientes había recibido un diagnóstico de cirrosis.

La gran mayoría de los veteranos eran hombres y tenían una edad promedio de 78 años. Se evaluaron utilizando una medida estándar de la salud hepática.

Bajaj y sus colegas encontraron que un 10.3 por ciento de los veteranos diagnosticados con demencia también obtuvieron puntuaciones bajas en la medición de la salud hepática, lo que significa que lo más probable es que tuvieran cirrosis subyacente. Estas tendencias fueron más altas entre los veteranos negros e hispanos en comparación con los blancos.

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