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“¿Qué hacíamos tirando, si no?”. El recado de Alejandro Valverde a Nairo Quintana

En el día de descanso del Tour de Francia no todo son sonrisas en el equipo Movistar. El conjunto telefónico fue el gran agitador de la última etapa pirenaica con final en Prat d’Albis, pero Alejandro Valverde y Mikel Landa no olvidan el tiro errado en la jornada del sábado en el Tourmalet. Allí los españoles apretaron las tuercas del pelotón en favor de su líder, en aquel momento Nairo Quintana, pero el colombiano cedió ante el ritmo impuesto por sus compañeros sin decir nada, bajo un silencio sepulcral. Se dejó caer del grupo sin avisar, como si la cosa no fuera con él. Cuando Marc Soler, que encabezada el tren, miró hacia atrás y no lo vio levantó el paso. Los rivales respiraron y los pupilos de Unzué tuvieron que cambiar de estrategia. Aflojaron y, sin querer, ayudaron a sus competidores, que asumieron la responsabilidad y tomaron el control de la carrera.
“Nairo no estaba en su mejor momento, pero tampoco lo sabíamos, no ha dicho nada, habría que preguntarle a él”, comentó un incrédulo Alejando Valverde en la meta de aquel día. Este lunes los corredores han vuelto a hablar del tema, que aún colea. “El sábado hicimos todo como se había hablado, pero lógicamente queda ese ambiente de ligera decepción, de descontento por no haber obtenido el resultado que queríamos, por no encontrarse bien Nairo y por no saber que era así. ¿Que qué falló? El único fallo fue que no dijo nada. Habría que preguntarle a él por qué no lo dijo. ¿Qué hacíamos nosotros tirando, si no? En cuanto vimos que se soltaba nos paramos inmediatamente”, arremetió el campeón del mundo, que sigue sin comprender lo sucedido. Fue una oportunidad perdida.
Como no podía ser de otra manera, el cafetero quiso salir al paso y dar su versión de lo sucedido. “En el Soulor, el puerto previo, ya dije que fuesen tranquilos. Se puso a tirar Andrey Amador y pasé una crisis, pero Mikel Landa quería más ritmo, se sentía fuerte. A mí no me hubiera gustado que me jodieran mi momento, él estaba fuerte y los rivales sufrían. Siguió adelante y buscó su interés. Yo me defendí como pude en el Tourmalet”, explicó Quintana. En el Movistar no dudan de la buena fe del corredor, pero no comparten sus formas. Si el campeón colombiano hubiera alertado a sus compañeros, a buen seguro que estos hubieran seguido enfilando el pelotón en favor de Landa, que demostró encontrarse más fresco de piernas. No lo hizo y el resultado fue una vergüenza mayúscula a los ojos de los aficionados, que criticaron abiertamente el planteamiento en las redes sociales.
Mikel no quiso meter el dedo en la llaga y le disculpó aquella jornada, aunque el domingo tanto él como Movistar volvieron a sufrir la desatención del menudo colombiano. No se lo esperaban. Quintana se metió en la fuga del día junto a sus compañeros Andrey Amador y Marc Soler. El objetivo era que los tres ayudaran a Landa, nuevo capo tras su extraordinario rendimiento en el Tourmalet, en cuanto este decidiera atacar. Mikel agitó el avispero a 40 kilómetros de meta, valiente. Amador y Soler hicieron su trabajo y acudieron al rescate de inmediato para facilitarle la aventura. En el Prat d’Albis le tocaba a Quintana asumir la responsabilidad y vestirse con el mono de faena, pero no solo no lo hizo sino que ni siquiera miró a Landa en cuanto este llegó a su altura. “Un par de kilómetros de relevo no me hubiera venido nada mal”, lamentó el vitoriano, que de nuevo mantuvo la compostura y prefirió no hacer leña del árbol caído.
“Quise ayudar, pero no pude”
Más contundente fue Alejandro Valverde este mediodía en cuanto le preguntaron por este último hecho. “Esperemos que el ‘factor Nairo’ exista y podamos aprovecharlo en situaciones importantes. Nairo es Nairo, sabemos quién es, lo que ha ganado. Es muy, muy bueno y aquí todo lo que él sabe se podría aprovechar por el bien del equipo. Si ayer no hizo más cuando Mikel lo pasó en Prat d’Albis espero que sea porque no pudiera“, advirtió el murciano, que por sus declaraciones no pondría la mano en el fuego por él. Quintana, que a falta de hacerse oficial fichará por el conjunto Arkea para las próximas tres temporadas, quiso justificar su nueva ‘jugarreta’: “Ayer ya iba con lo que podía. Quise echar una mano a Mikel, pero venía muy fuerte e inmediatamente siguió para adelante. Sabía que venía cerca, pero me llegó de repente, AG2R llevaba el ritmo, no podía apretar más y seguí según mis capacidades”.
Sea como fuere, a Quintana el cambio de roles no parece sentarle bien. Él mismo se autodeclaró líder de Movistar antes de que se iniciase el Tour y la carrera, más por su falta de fuerzas que la caída de la semana pasada, le ha situado lejos de la general, con la obligación de reinventarse. Resulta difícil imaginar como a un corredor como él, con su talento y experiencia, no le queda nada en la reserva para apoyar a un compañero que lo necesita. Lo de Quintana parece más desentendimiento con una formación en la que sabe que no va a continuar que otra cosa. Pero quedan los Alpes y todavía está por ver como terminará la historia.

Texto tomado de El Confidencial y publicado por MSN Noticias

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