Tu grado de felicidad depende del lugar donde vives
En marzo de este año, The New York Times publicó que la felicidad ayudaba a tener una mejor salud. Entre lo beneficios destacaba una presión arterial normal, menos enfermedades del corazón, control de peso y niveles saludables de azúcar en la sangre.
Pero, un estudio reciente dice que la felicidad depende de las percepciones culturales que se tienen sobre los estados de ánimo. Esta investigación fue publicada en la revista Psychological Science y dice que ser más positivo de relaciona con mejores índices de salud en estadounidenses, pero no en los japoneses.
Para ello, se analizaron datos de la salud de 1,017 personas de Estados Unidos y 374 de Japón, tomados de los estudios Midlife en ambos países. Los participantes informaron con qué frecuencia habían sentido diez emociones positivas diferentes en los últimos 30 días; después, se tomaron muestras de sangre para medir los niveles de lípidos, un indicador de la salud del corazón.
También, se tomó en cuenta la edad, sexo, nivel socioeconómico y condiciones de salud crónicas de cada personas, pero hubo una gran diferencia: los adultos del país norteamericano que experimentan altos niveles de emociones positivas que los hace sentirse extremadamente felices, tiene perfiles médicos más sanos; sin embargo, no ocurre lo mismo con los asiáticos.
La conclusión de Jiah Yoo, líder de la investigación, fue que era posible que el pensamiento positivo podía mejorar la salud, por el hecho de estar condicionados a creer que es el estado óptimo, que las emociones y las perspectivas no son tan objetivamente buenas o malas como han sido determinadas.
La investigadora destacó que este estudio sólo puede demostrar correlación y no causalidad. Además dijo que las expresiones positivas no siempre pueden ser saludables –incluso existen estudios que señalan los efectos dañinos para la salud cuando hay una incesante búsqueda de felicidad–.
Finalmente, Yooh dijo que la felicidad depende de lo que signifique para cada lugar. Ejemplificaba que en Estados Unidos la felicidad se enfocaba en ser optimista, mientras que en China se centraba en ser solemne y tener una actitud reservada.
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