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Un Bunker en Qatar serà la concentración Argentina en el Mundial

El búnker que la selección argentina eligió como su casa para albergar sus sueños durante el Mundial tiene 8,1 kilómetros cuadrados.

La Universidad de Qatar es tan grande que hay autobuses que la recorren y una estación de la línea Roja del metro que lleva su nombre. Más de 23.000 estudiantes de 10 facultades distintas la transitan a diario. La Albiceleste ya hizo base anoche en la estructura elegida, ubicada entre la Universidad de Ciencia y Tecnología y el edificio que funciona como actual residencia de hombres, con la conveniencia de que se halla a apenas 20 metros de las impecables canchas de fútbol con iluminación en las que ensayará a diario.

La avanzada de la delegación, que incluye al cuerpo técnico, médico, empleados administrativos, seguridad, cocina, directivos más cercanos y dos jugadores (Franco Armani, el primer confirmado en la lista de 26, y Federico Gomes Gerth, arquero juvenil de tigre que viajó como el único sparring), ya había visto cómo había quedado el lugar gracias a un video y fotos enviados a Buenos Aires para corroborar que lo que necesitaba la AFA estaba cumplido.

Es que a pedido de Scaloni y su equipo de trabajo, al cerrar el acuerdo con la Universidad, la entidad que rige el fútbol argentino encargó una serie de obras en el espacio que ocupa la Albiceleste, para adaptarlo a la convivencia de las estrellas del seleccionado.

“El toque estándar internacional ya se encuentra incorporado en las instalaciones deportivas de la Universidad y se han ejecutado detalles de acondicionamiento que fueron exigidas por la AFA”, reconocieron en junio las autoridades de la casa de estudios ante la consulta de Infobae.

Infobae visitó la universidad de Qatar y recorrió el lugar de entrenamiento de la selección argentina.
Fueron tres los proyectos presentados para dichas modificaciones y uno se impuso sobre los otros.

En más de una oportunidad, representantes del combinado nacional se trasladaron para chequear el avance de las obras. ¿En qué se enfocaron? Una de las cuestiones fue la renovación de dos sectores clave, como los que serán utilizados como salas de lavado y planchado para la indumentaria que llevó la utilería desde Ezeiza.

Otra, la creación de un quincho con capacidad para alrededor de 100 personas y aire acondicionado incluido (para paliar las tórridas temperaturas qataríes en horas del mediodía o de la tarde). Allí se reunirá el grupo para degustar las comidas de camaradería o los asados, inclusive cuando esté autorizado el ingreso de familiares, amigos y allegados. Vale resaltar: las parrillas también fueron un agregado, otro toque Albiceleste para sentir el calor del hogar a 13.000 kilómetros de distancia.

El predio cuenta de por sí con una pileta de natación, una playa seca con sombrillas y juegos para niños. El espacio también se acondicionó para el esparcimiento. A cada habitación se le agregó un televisor (la mayoría no tenía) y se reemplazaron las camas porque eran pequeñas: ninguna superaba el metro ochenta de largo. “Dibu Martínez nos queda con los pies colgando”, había bromeado uno de los presentes en la primera recorrida.

En el Mundial de 2018, cuando Argentina se afincó en el complejo de Bronnitsy, también encaró arreglos para adaptar el lugar a sus conveniencias, incluso más profundas que en Qatar University. Y las reformas le quedaron al centro de entrenamiento como un beneficio extra que le reportó el acuerdo. Sin embargo, la Universidad tomó un camino totalmente distinto. E incluyó una peculiar cláusula en el contrato.

¿De qué se trata? La misma ordena que cuando la Selección entregue la llave del predio (espera que sea el 18 de diciembre, tras la final a disputarse en el estadio Lusail, a apenas 17 minutos en bus del búnker) debe dejar las instalaciones exactamente iguales que como las encontró antes de modificarlas. Es decir, las autoridades prefieren mantener el perfil austero que poseían antes del desembarco de los planos albicelestes.

En consecuencia, por ejemplo, Argentina no compró los televisores, sino que los alquiló por espacio de dos meses. Y las camas más pequeñas que resultaron reemplazadas no se descartaron: por el contrario, descansan en un depósito para volver a su lugar cuando Messi y compañía retornen a Sudamérica para las vacaciones de fin de año previas al regreso a la competencia en Europa.

De todos modos, si el título de la Copa América se repite en el Mundial, el sello albiceleste quedará indeleble en el lugar y trascenderá a las obras que durarán apenas unos días.

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